"¡Mis pequeñas almas, que han sido llamadas! Aún si son débiles y frágiles, ofrézcanse completamente y disuélvanse en mi Inmaculado Corazón, para que se puedan unir con mi amor y volverse uno. Por lo tanto, si ustedes se hacen uno, respondan al deseo de esta Madre de acabar con la violencia y el terror, diciendo "Amén" y síganme, entonces Satanás, que ha estado tratando de conquistar este mundo, será derrotado y huirá y ustedes sostendrán la bandera de victoria de mi ardiente Inmaculado Corazón y cantarán la gloria del Señor.
Sin embargo, tengan presente que, si ustedes no aceptan mis palabras, yo no los podré ayudar. Por lo tanto, hagan de sus vidas una oración con un corazón sublime y una gran devoción."
- Mensaje de la Santísima Madre, del 18 de Junio de 2000