¡Todos los hijos en el mundo que han sido llamados! No es muy tarde todavía. Rápidamente vengan a Mí, que soy el Amor mismo y el Redentor misericordioso, sin temor alguno, y de las manos de Mi Madre, que es el atajo para venir a Mí.
Aún la mayoría de los hijos que dicen que me dan a conocer y que me aman están espiritualmente ciegos y sordos. Se han hecho espiritualmente incapacitados, han perdido su sentido de dirección, están confundidos, han perdido su equilibrio, han caído en el caos, andan errantes y van por el camino del infierno. Me siento extremadamente triste y pesaroso en Mi Corazón, como si se estuviera rompiéndome en pedazos.
¡Mis pequeñas almas que han sido escogidas por Mi Madre! Cuando menos ustedes, recordando que sólo Mi Madre puede alejar la ira de Dios de ustedes, respondan con "Amén" a los mensajes de amor de Mi Madre que ella ansiosamente les ha dado, revelando personalmente su presencia, amor y amistad con sus lágrimas y lágrimas de sangre, y aceite fragante; y con una total fe y confianza, ayuden a todos los rebaños de ovejas, que han perdido su camino y andan errantes, a que suban a bordo del Arca de Salvación de María que Mi Madre ha preparado y ayúdenlos a llegar al puerto celestial.
Al darme a conocer a Mí y a Mi Madre, ustedes también serán perseguidos en este mundo, pero en el siguiente mundo, ustedes recibirán el poder y privilegio de cortar y comer los frutos del árbol de vida eterna, se les dará una parte, recibirán una brillante corona real, y cantarán Aleluya a Mi lado y al lado de Mi Madre, junto con los Santos, rodeados y protegidos por los Ángeles y envueltos en gloria. (palabras de Jesús del 2 de noviembre de 2000) |