“Basándose en los sonidos de las fervientes oraciones por las pequeñas almas como tú, Mi Madre, María, sostenía firmemente el brazo de Dios Padre, que sostiene la copa de su justa ira, que se ha levantado alto, para hacer descender el castigo en este mundo, con fervor suplicando y rogándole que no envíe el castigo, incluso derramando lágrimas de sangre, y está pidiéndome que los pecadores no sean condenados y todos los niños de este mundo se arrepientan y se salven. Cumpliendo con su petición, estoy derramando sangre así, por el arrepentimiento de los pecadores, incluso en este momento, 2000 años después de Mi Crucifixión y Muerte por la conversión de los pecadores.”
Mensaje de Jesús del 19 de Octubre 2006 |