¡Todos los amados hijos en el mundo! Aun en esta hora, cuando han pasado dos mil años, vengo a ustedes, derramando sangre así, para estar con ustedes. No se arrepientan en el último día, luego de haber estado atados y habiéndose comprometidos con las cosas del mundo y con la carne que se pudre y es pasajera, sino dense prisa para ir tras de Mí a través de Mi Madre, ármense con los mensajes que Mi Madre y Yo les hemos dado para arrepentirse, repitiendo las mismas palabras una y otra vez, y hereden el Cielo que ha sido ganado a través de los dolores inmensurables de la Cruz." (Mensaje de Jesús el 18 ene, 2002)