-5
de julio de 1982
Insté a mi marido, que volvió a casa del
trabajo, se apurara para la reunión de oración nocturna, con el propósito de no
llegar tarde. Siempre me había
acompañado a la reunión de oración voluntariamente, sin ninguna queja, pero hoy
estaba con un humor irritable, como si hubiese tenido un mal día en el
trabajo. Dijo, "¿No podemos olvidarnos sólo una vez?"
Cuando escuché esto de él, pensaba que
iríamos a recibir mucha gracia esa noche, porque el diablo lo sabía y estaba
haciendo que mi marido sintiera rechazo para ir a la reunión de oración. Estaba resuelto llevarlo a la reunión de
oración, insistiendo varias veces, pero él no quería cambiar su pensamiento.
Definitivamente dije, "¿Estás seguro?
Si tuviera cáncer otra vez y me moría, lo lamentarías. ¿No sentirías
remordimiento?" Entonces, rogué sinceramente, "¡Señor! Si mi marido
puede arrepentirse completamente y volverse un fiel instrumento para Ti, por
tener cáncer otra vez y morirme, lo haré gustosamente." Escuchando esto,
mi marido estaba sobresaltado y dijo, "¡Cariño! Lo siento. Iré contigo. ¿Qué sería si te mueres y yo me quedo vivo?
No puedo vivir sin vos. Así que, no digas una oración así más, está bien?" Él estaba más apurado que yo para ir a la
reunión de oración.
En las reuniones de oraciones previas, mi
marido y yo, nos habíamos sentado juntos siempre, pero hoy me sentaba en
adelante, y mi marido atrás. Mientras
todas las personas en la reunión de oración estaban rezando simultáneamente,
aproximadamente a las 3 a.m.,
alguien en la parte posterior, un hombre, empezaron a llorar fuerte. Mientras todavía estaba rezando, con mis ojos
cerrados, ¡otras personas alrededor de mí me dijeron, "¡Julia,
felicitaciones!" Así que, ¡miré
atrás y vi que mi marido era el que estaba llorando! Momentáneamente, dije, "¡Oh, Señor! ¡Usted escuchó mi oración!" Derramé lágrimas de gratitud.
En ese momento, no había tiempo especial
para testimonios durante la reunión de oración, pero, al final de la reunión,
mi marido se puso de pie repentinamente, fue caminando hacia adelante, y dijo
que daría un testimonio. Todos
aplaudieron.
"Mi nombre es Julio Kim, vivía hasta
ahora sin saber que era un pecador. Mi
esposa estaba sufriendo de un cáncer, pero no lo sabía y me concentré solamente
en mi trabajo. Se casó conmigo, que era
el mayor entre ocho hermanos y hermanas, y sufría tantos apuros. Sin embargo, nunca se quejó y era tan amable
con mis hermanos menores y hermanas como si fuesen sus propios hermanos y
hermanas. Mis hermanos menores la
llamaban su "Hermana mayor".
Mientras estaba peleando con su cáncer,
cuidó a mi abuela gustosamente con el equipo de mi madre, que tenía más de 90
años. Incluso en ese momento, no imaginé
que mi esposa tenía un cáncer.
Simplemente dije, "Mi esposa había nacido con un buen corazón." Me sentía agradecido con ella en mi mente,
pero a menudo era desagradable y descortés con ella, lastimando sus
sentimientos.
Aunque mi esposa estaba sufriendo mucho
dolor debido al cáncer, nunca dijo algo sobre él. En vez, me consoló, me calmó, me abrazó y me
masajeó sin siquiera, decir, "Hagamos un nuevo principio." Siempre que hacía esto, en lugar de
sentirme agradecido a ella, pensaba que
su comportamiento era tonto.
Mi esposa se enfermó otra vez, siete años
después que se había recuperado de su cáncer previo. Solamente cuando recayó en su enfermedad, mis
ojos fueron abiertos, pero era demasiado tarde. Incluso los doctores se
rindieron y la dieron de baja del hospital diciendo que no había esperanza para
la recuperación. Solamente entonces,
entendí y lamentaba que no hubiera dicho una palabra amable hacia ella, que
había sido tan cariñosa conmigo y con el resto de la familia.
Probé muchas cosas para ayudarla a
recuperarse, pero era demasiado tarde.
Nada funcionaba. Dije a mi esposa,
"Cariño, has sido un ángel, pero podrías morirte debido a este estúpido
marido." Lloré y le pedí su
perdón. Renové mi solución de hacer algo
para ayudarla a recuperarse.
Después de muchos días de desesperación, y
cuando mi esposa estuvo muy cerca de la muerte, nuestro Señor la curó
milagrosamente.
Por supuesto, me sentía agradecido con el
Señor por curarla del cáncer, pero mi gratitud ha sido débil. Ése es el motivo por el que sentía rechazo
venir a esta reunión de oración nocturna, con la excusa de mi cansancio. Entonces, durante la conferencia del Sr.
Seung - Baik Ha, ésta noche, dije, "Debemos reconocer el amor que
recibimos y expresar nuestra gratitud para él." Escuchando esto, dije, "Amen"
inconscientemente. Incluso después que
su conferencia haya terminado, las palabras del Sr. Ha quedaron dando vueltas
en mi corazón como ecos. Sonaban como si
el Señor me hablara.
Escuchando estas palabras rodeando mi
corazón, me arrepentí de mis fracasos para reconocer el amor de mi esposa,
pensando en él como una norma. Rogué
que, "Señor, solamente hoy, Te agradezco sinceramente de las profundidades
de mi corazón por restituir la salud a mi esposa, que estaba por morirse. Desde ahora, llevaré una nueva vida para el
Señor y para mi preciada esposa. Te agradezco tanto."
Escuchando el testimonio de mi marido,
derramé lágrimas incesantemente pensando "Cuando di mi vida por el bien de
la conversión de mi marido, el Señor consintió mi oración y permitió que
nosotros compartiéramos el verdadero amor quince años después que nos habíamos
conocido primero." Pensaba que las
oraciones sinceras fueron respondidas, seguramente cuando las palabras que
pronunciamos nos regresan de la misma manera que los ecos. Medité sobre las palabras del Señor.
Jesús llevaba su vida privada silenciosa
durante treinta años en preparación de los tres años de su vida pública. Por supuesto, mi vida no puede ser comparada
con la vida de Jesús, pero no he dicho a nadie sobre todos los dolores que he
sufrido, y ahora me siento rebosante de alegría, porque mi oración fue
respondida por el Señor.
"¡Oh!
¡Mi Señor, mi amado!
Te agradezco una y otra vez. ¡Todo puede hacerse de acuerdo con Tu
Voluntad."
"¡Sí, mi pequeña niña amada!
Hasta ahora, has vivido voluntariamente
aceptando sufrir todos los dolores por el beneficio de otros. Una vida aceptando los dolores por el amor de
otros es realmente una vida de consagración, ¿no? Todo lo que has pedido sinceramente y llorado
tanto ha sido para el propósito de imitarme total y fervientemente. ¿Cómo no puedo hacer lo que me estás
pidiendo?
Él
(su marido) lo ayudará con el propósito que usted pueda hacerse un grano de
trigo, que se muere y produce mucho fruto en el suelo. Por lo tanto, usted estará alimentando los
fruto del Espíritu Santo a las almas estériles y empobrecidas, y los llenará
desde ahora."
(Nota
de traductor: para más detalles acerca de la recuperación de Julia, por favor
lea su testimonio: "El asombroso amor de Dios me salvó de la muerte y me
dio una nueva vida" en el libro: Regina Caeli, pp. 15-22, publicado por
Mary´s Touch by Mail, 2002.)
Andrew Bong, un hombre ciego,
de edad, recupero
su visión a través de la ferviente
oración de Julia..
(18 de Agosto, 1986)
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