Naju, Our Lady of Naju-Messages and signs from heaven


13 de Septiembre de 2009- Domingo

(Homilía del P. Aloysius Chang durante una Misa en Naju)

Estoy seguro que todos ustedes ya saben que conocí a la Sra. Julia Kim, vi a la Santísima Madre derramar lágrimas, me arrepentí de mis errores como sacerdote, y comencé a hacer esfuerzos para llevar una vida recta como sacerdote. (Nota del traductor: el Padre Aloysius Chang visitó por primera vez Naju, el 23 de Mayo de 1991, y fue testigo de la Santísima Madre derramando lágrimas de la estatua.)

Sin embargo, no ha sido fácil para mí seguir al Señor y a la Santísima Virgen correctamente, debido a los malos hábitos que se habían formado en mí durante muchos años. Ha sido Julia, que ha ayudado a ponerme de pie otra vez, cada vez que flaqueaba. Ella me ha respetado inmensamente como sacerdote, escuchado mis palabras y opiniones con gran estima y humildad, y siempre me ha tratado con amor.

Con el tiempo, llegamos a conocernos mejor, Julia, empezó a encontrar más malos hábitos en mí, uno tras otro. Al principio, ella me comentó acerca de ellos con mucho cuidado, pero, cuando no los estaba corrigiendo, se puso más firme. Fue muy difícil para mí, corregir algunas de mis formas de hablar y de comportarme, a los que estaba acostumbrado durante muchos años, y ni siquiera había conocido que no eran buenos. También tuve un poco de terquedad como sacerdote y, a veces me resistía a los consejos de Julia. Cada vez que lo hacía, ella sufría fuertes dolores, en reparación por mi terquedad.

Me he dado cuenta que Julia sufre menos dolores, debido a nuestros errores y los malos hábitos, que debido a nuestra negativa a arrepentirnos y corregirlos, poniendo excusas, culpando a los demás y justificándonos a nosotros mismos. La Santísima Madre desea que todos sus hijos en este mundo se conviertan en pequeños niños como Julia. Ella desea ansiosamente que los que han sido especialmente llamados formen una completa unidad con Julia y se conviertan en almas humildes y pequeñas.

Cuando Julia ve errores en nuestras vidas, ella le pide al Señor por más dolores a sí misma, para nuestro bien y también nos dice dónde necesitamos correcciones y mejoras. Lo hace, porque quiere que todos nosotros seamos liberados de todos los defectos y manchas, y entremos juntos en el cielo. Así, se regocijan cuando escuche algunos consejos de Julia. Si despreciamos o los rechazamos en formas humanas, el diablo estará encantado. Esta es una enseñanza espiritual que tiene un hilo de conexión con la cuenta en el Evangelio de nuestro Señor cuando regaña severamente a Pedro, diciendo: "¡Quítate de mi vista, Satanás!" (Marcos 08:33)

Si con humildad y alegría aceptamos los consejos de amor de Julia, que se había criado personalmente por el Señor y de la Santísima Madre, que se convertirá en un acceso directo para nosotros, para ser llevado personalmente por el Señor y de la Santísima Madre. Incluso si somos indignos y cometemos errores frecuentes, debemos practicar la espiritualidad de "diciendo Amén rápidamente, a cada llamada del Señor y de la Santísima Madre", "culpándonos a nosotros mismo, en lugar de culpar a los demás", y "amablemente ofreciendo mis sacrificios por el beneficio de los demás", con el fin de imitar a Julia. Entonces, el Señor nos usará como piedras angulares de Su Casa.

Julia Kim con los peregrinos de las Filipinas, después de un milagro Eucarístico, durante la Misa en la Iglesia Parroquial de Naju, el 24 de Septiembre de 1994

 

¡Oh! ¡Qué asombroso poder de amor!
Testimonio personal de Rufino Park
Yun-Hoon Park
(Historia del agua de gracia de Naju)

Su Excelencia, el Obispo Daniel Hak-Soon Chi, de la Diócesis de Wonju, Corea, había estado sufriendo de persistentes hipos y le había preguntado a Julia que venga para Wonju y rece por él. Sin embargo, Julia estaba en un hospital en esos momentos y no podía viajar. El Obispo no quiso esperar y fue a Naju él mismo (Enero de 1990).

En Naju, Julia rezó por el Obispo y sus hipos pararon. Después que se curara, el Obispo permaneció en Naju para completar el rezo de la novena con la Santísima Madre, que lloraba. Mientras rezaba en la Capilla, él atestiguó que la estatua de la Santísima Madre se movía, y derramaba lágrimas en varias ocasiones.

Cuando Julia se enteró que el Obispo quería beber un poco de buena agua mineral, ella decidió traer el agua mineral del Monte Biseul, cerca de Daegu, á 200 kilómetros al este de Naju, aunque ella debía estar en cama.

Ambos, Andrés y yo, le aconsejamos decididamente a Julia, que no lo piense, ya que parecía imposible que ella realizara ese largo viaje. Sin embargo, el amor y sinceridad por cumplir el deseo del Obispo eran bastante fuertes, como para cambiar nuestros pensamientos, llenos de preocupaciones humanas.

La altura del Monte Biseul, era de 1.080 m.s.n.m. Cuando llegamos al pie de la montaña, vimos la montaña muy escarpada y empinada. Después de subir un poco la montaña, nos volvimos para contratar a alguien en la aldea para llevar el agua, pero no había nadie en la aldea que quiera llevar un pesado envase de agua de 20 litros por la escarpada montaña.

La gente en la aldea parecía pensar que estábamos locos al arriesgarnos a los peligros de llevar hacia abajo el agua de la montaña, a finales del invierno. De todas formas, a Julia no le importaba cuales eran los pensamiento sobre ella, y llegamos al manantial del agua mineral, y llenamos el envase de 20 litros de agua.

Tres de nosotros tomamos el envase del agua por turnos, para llevarlo debajo de la montaña. Como la montaña era escarpada y empinada, y el tiempo estaba muy frío, fue muy duro descender, incluso sin llevar el envase del agua. Debió haber sido más difícil para Julia, que debía haber permanecido en la cama de hospital.

Un accidente finalmente ocurrió, casi cuando habíamos descendido toda la pendiente de la montaña, y caminábamos en zona llana. Repentinamente, Julia, que caminaba adelante de nosotros, cayó severamente en la tierra, como si se tropezara con la punta de una roca. El envase del agua cayó y se destrozó en pedazos en la tierra congelada, y el agua se derramó y salpicó por todas direcciones. Julia estaba tendida con su rostro y con sus dos brazos estirados, como el Señor clavado a la Cruz. Toda su ropa y cuerpo estaban mojados y congelados con el agua fría. Algo del agua salpicó en la parte inferior de mis pantalones, formando escarcha. ¡Qué frío habrá tenido Julia!

Andrés y yo, insistimos que volvamos a casa, pero Julia no se daba por vencida. Ella fue al almacén y compró un nuevo envase de agua. Subimos a la montaña otra vez y finalmente tuvimos éxito en traer el agua mineral para el Obispo.

¡Oh, que asombroso es el poder del amor, que no considera su propio interés! ¿Podría una verdadera hija hacer esto para su padre en este tiempo tan frío del invierno? ¡Como debe ser amada profundamente por Jesús y la Santísima Madre al poder ofrecer totalmente sus terribles dolores, para la gloria del Señor y el arrepentimiento de los pecadores!

Vi claramente el amor, con excesiva efusión, de lo más profundo de su corazón y fluir sobre todas las personas. Hoy comprobé cuál es realmente el más sublime y el más apacible amor que nos envía el Señor y a la Santísima Madre, y que es lo que realmente significa una confianza llena de fe. Estoy tan agradecido y alabo al Señor y a la Santísima Madre por dejarme participar en estos momentos de gracia.

No puedo describir mi gratitud y alegría en cada momento de trabajo, como ayudante de Julia. El sector donde Julia se cayó, era una de llanura, sin rocas puntiagudas. Cuando recuerdo el accidente que sucedió, compruebo que fue el astuto diablo quién, ofendido por el extremo amor y dedicación de Julia, le hizo un ataque, pretendiendo que éste fuera un accidente ocasional.

Sin embargo, Dios puede volver el mal en bien. Él vio el extremo amor y sinceridad en Julia, y prometió concederle un manantial de milagros, que puede curar enfermedades espirituales y físicas. (18 de Enero de 1990). Luego de dos años, desde 1992, a través de la Santísima Madre, Dios nos dio un manantial de eterna vida para todos los niños en el mundo. Como dice un viejo proverbio, que la dedicación de una única persona puede movilizar los cielos, el amor de Julia y el deseo extremo debe haber alcanzado y haber tocado los cielos.

¡Señor! ¡Alabanza, gratitud, gloria, y adoración a Tí!

¡Aleluya! Amén.

Rufino Yun-Hoon Park

Departamentos Soogang #302

Geumgye-Dong

Naju, Provincia de Jeonnam, Corea

 

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