Breve Testimonio de Mi Viaje a Naju
Testimonio de Juan Limb
Breve
Testimonio de Mi Viaje a Naju
Testimonio de Liliana
Testimonio de Marta
Testimonio de Andres Dante Bandettini
Testimonio de Camila Yang-Shim
Choo
Testimonio de Juan Bautista Ji-Sung Kim
Testimonio de Ana Soon-Jung Kang
Testimonio de Teresa Park
Testimonio de Lucia Sul-Kyung Lee
Testimonio de Andrea Han-Ghil Kim
Testimonio de mi viaje a Naju
Testimonio de Ellyna Na Tawidjaja
Testimonio de Anne Paulina, Indonesia
Testimonio de mi viaje a Naju
Me resulta adecuado contar, en primer lugar, el porqué de mi
devoción a nuestra madre de Naju, siendo que hay muchas manifestaciones y advocaciones mucho más cercanas, con muchos
mensajes de amor y esperanza…pero bien se, donde El quiera, cuando quiera, ahí
estaré. Ahora puedo decir con alegría esto que mencioné anteriormente, donde
“El” quiera, pero años anteriores, consumido por la tristeza y la depresión,
fui esclavo de una fuerte adicción a las drogas que me llevo a tener muchos
alti-bajos, y pensar en terminar con mi vida varias veces. No fue hasta que por
medio de un gran hermano (Andrés), llego a manos de mi madre un pequeño embase
de agua milagrosa, con la instrucción de que me sea entregada. Por supuesto que
en ese momento no presté atención alguna a este regalo, hasta que una noche,
totalmente excedido de consumo, sentí llegar el final de mi vida. Recuerdo que
estaba solo y sin nada que poder hacer, hasta que vi el agua milagrosa de Naju
en mi mesa de luz y la tomé, prometiendo a María que si salvaba mi vida esa
noche, yo iba a pelear por cambiar. Amanecí con vida, aunque aún con un corazón
muerto, y mi calvario no terminó ahí, fue mucho después que el Señor me sanó de
esa adicción, y me regaló la gracia de una nueva vida, y fue precisamente en
ese momento, que pude reconocer que antes de recibir el regalo de tener una
nueva vida, Mamá María, en esa noche de agonía, intercedió por mí, para poder
recibir la gracia que vendría después,( en resumidas palabras hizo posible que
Jesús salvara mi vida vieja y consumida, para poder tener una nueva). Es muy
largo de contar todo el antes y el después, pero menciono, al menos, esta parte
porque fue precisamente lo que me unió incondicionalmente al amor de quien hoy
es mi reina, La Elegida.
Fue variado el tiempo de preparación antes
del viaje a Naju, en el cual se dieron situaciones de lucha espiritual, que
casi terminan por concluir en no viajar, aunque uno pueda reconocer después que
era parte de la instrucción que el Señor tenía preparada. En fin, también largo de contar, y considero innecesario
detallar.
Viajamos (Juan y yo) a Naju dos días antes
de la celebración del 25 aniversario del derramamiento de lágrimas de sangre de
nuestra Señora. (17 de octubre 2011), y al llegar, fuimos a la capilla donde se
encuentra la primer imagen donde se manifestó nuestra Madre, con lágrimas.
Desde el primer instante, fui impregnado por
la presencia de Mamá con aromas intensos a rosa, que me acompañaron
hasta el final de mi estadía en Naju. El momento más esperado para mí era subir
a la montaña, y al día siguiente pudimos hacerlo, contando con la gracia de que
no había muchos peregrinos en esos días, ya que, como mencione antes, habíamos llegado antes de la fecha.
No
quiero olvidar contarles la paz que se vive a través de cada uno de los
servidores, y peregrinos que son fieles a nuestra madre, realmente es un clima
de santidad indescriptible, y agradezco mucho
a Dios haber conocido gente tan hermosa y entregada a servir.
Son tantas bendiciones que a más de 1 año
de haber estado allí, no se por donde seguir contado ni como, y ser breve al
mismo tiempo!
Muchas atenciones recibidas durante esos días:
poder hablar fluidamente ingles después de13 años de no practicarlo, pedir poder confesarme y que me llueva a mi
lado un sacerdote que hablaba en castellano e ingles (increíble no), o por
ejemplo antojarme de comer pan ante tanta rara variedad de comida Coreana, y
llegue ese pan a mis manos sin pedirlo..y mucho más.
Pero me faltaba algo! ¿Por qué la Madre me
había llamado hasta aquel lugar?
Recibí un fuerte mensaje en una de mis
oraciones, al encontrarme postrado ante uno de los milagros eucarísticos, junto
a la primer imagen de la Madre, solo que no supe interpretar que significaba,
hasta que al día siguiente, se me acercó un sacerdote (guía espiritual de Julia Kim), y me confirmó ese
mensaje, traduciéndome que fui llamado para ser fortalecido y emprender un
nuevo camino hacia Jesús. No terminó todo ahí, el 19 de octubre, durante la
celebración del derramamiento de lágrimas de sangre, me arrodillé delante de la
pequeña y cautivadora imagen de la Santa Madre, y al contemplar su cara
amorosa, pude ver cómo caía una lagrima de sus ojos, agradeciendo a Dios por
tan poderosa demostración de amor. Hicimos el vía-crucis y se vivió un clima de
profunda oración, pero todavía sentía que algo me faltaba, algo más había
preparado.
Luego de la celebración, nos quedamos un día
más, y en ese momento fue que recibí lo que sentía que me faltaba.
Mi compañero tuvo que ir a la ciudad,
(hasta ese momento no nos habíamos separado), por lo que pedí que mientras él
estaba ocupado, me llevaran a la montaña. Al llegar, sentí la necesidad de peregrinar por la montaña sin
calzado, y comencé a orar rosario y coronilla, mientras caminaba por las
diferentes estaciones del vía-crucis
armado en la montaña. No puedo explicarles el arrepentimiento que me invadió al
llegar a los pies de la cruz, no pude resistir más y rompí en un interminable
llanto tocándo los pies del Señor crucificado, y abrazando a María, quien firme
estaba ahí recibiendo con amor el abrazo de un pecador como yo, junto a Juan y
María Magdalena(es tan real, que hasta están los soldados romanos).
Nunca me sentí tan amado! Instantáneamente
comprendí que esa mujer, llena de amor y ternura de madre, me había llevado
hasta allí para presentarme a su hijo, mi salvador y redentor, y a renovar mi
llamado a servir con mi vida a ese Jesús vivo, que se dio todo por nosotros. Y
el verbo se hizo carne, y habitó en mi!!!! Fueron 4 ½ hs. de profunda oración,
hasta que me vinieron a buscar, y el saludo de despedida antes de partir de esa
tierra santa, fue recibir una gota de sangre preciosa de nuestro Señor
Jesucristo, en la remera que llevaba
puesta, que fue descubierta por Eli(un alma pura donde nuestra Madre habita),
llenándome de alegría y gozo, y reafirmando, una vez más, el AMOR
INCONDICIONAL.
. ¿Por qué la madre me había llamado?: Para
presentarme y arraigar en mi corazón a su hijo, Jesús, mi rey y señor, a quien hoy sirvo con alegría, a través de la música, y en compañía de la
Madre de la Nueva Generación, mi Arca de salvación, mi Señora… La Virgen María!
Sergio Nazareno
SanLorenzo-Santa Fe-Argentina
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