Mayo 8, 1990
- Día de los Padres de Familia.
Era
el Día de los Padres de Familia, pero yo no podía ir con la Santísima Madre a
causa de los intensos dolores en todo mi cuerpo. Aun cuando me tocara un cabello, sentía como
si me hubiera picado con una aguja. Por
lo tanto, mi esposo, Julio, fue a la Capilla solo y colocó un
clavel en el vestido de la Santísima Madre.
Lo sentía mucho. Yo estaba
ofreciendo los dolores en la cama diciendo, ¡Madre!
Lo siento. Te enviaré un ramo de mi
corazón y oraciones."
Cerca
de las 10:40 p.m., oí la voz distante de la Santísima Madre.
LA SANTÍSIMA MADRE:
¡Hija! Me siento frustrada. ¿No estás tú ansiosa de verme?
Escuché
con muchos deseos, pero ya no pude oír más.
Por lo tanto, me levanté a pesar de los dolores y fui con la Santísima
Madre. Cuando entré en la Capilla,
percibí un olor indescriptible y fuerte que llenaba toda la Capilla. También había un olor a azucenas. La Santísima Madre estaba derramando lágrimas
y su cara se veía pálida.
Al
estar rezando y pidiéndole perdón, la hermosa voz de la Santísima Madre salió
de la estatua.
LA SANTÍSIMA MADRE:
¡Hija!
Es el Día de los Padres de Familia, pero casi no hay niños buscando a su Madre
Celestial. Me siento sola, porque ni tú,
a quien yo escogí, me buscas a causa de los dolores. Por favor no me dejes como una Madre
sola. He llamado y salvado muchas almas
con mis lágrimas de misericordia, pero ¿cuántos me han seguido en
agradecimiento por ese amor?
Estoy
triste. Tantos de mis pobres hijos, que
usualmente se olvidandemí, mebuscansolamenteenlostiemposdifíciles, como si
trataran de agarrar un salvavidas...
¿Cómo puedo trabajar en corazones tan cambiantes?
Una
vez que reciben la gracia que pidieron, regresan a sus miserables vidas, se
olvidan de mi amor y viven de una manera despreciable y mal agradecida. Pero, hija mía, mi misericordia me lleva a
llamarlos de nuevo. Estoy derramando
lágrimas de sangre como estas a causa de los pobres niños que no son
agradecidos por las bendiciones que reciben, no les dan amor a los otros, y
piensan que las gracias que recibieron son de ellos como si se las merecieran. Hoy, por lo menos ustedes, conforten mi
Inmaculado Corazón que está sufriendo.
Esta Madre tuya, que no ha sido aprobada
todavía, está en verdad por encima de todas las criaturas y todos los
herejes. Es necesaria una aprobación
rápida para salvar las pobres almas que están además insultando a Dios con su orgulloso sacrilegio y están uniendo sus fuerzas
con el demonio.
¡Qué
precio tan alto se tiene que pagar para derrotar al demonio! Me siento ansiosa cuando te veo. ¡Hija! Agarra valor y ofrece tus sufrimientos
con más amabilidad. También reza más
fuerte por la unidad. Conforme mis
mensajes se van difundiendo por el mundo y son puestos en práctica, los
demonios se están volviendo más y más activos.
El Dragón Rojo está empleando todo tipo de medios para promover la
división, aún entre los sacerdotes. Haz
que nuestro enemigo, Satanás, se quede sin poder con tu fe y tu amor. Al hacerlo, ayúdame a salvar muchas
almas. Ofréceme hasta las cosas que tú
creas que son miserables. Mi Corazón
maternal se lastima, al ver todo esto.
¡Hija!
Debes ser fuerte y abrir la puerta de tu corazón totalmente a Dios
Padre, Quien viene a ti. Me quedaré
contigo para que puedas luchar y vencer al demonio y logres la unidad en el
profundo y misterioso Amor de Dios.
¿Verdad
que la unidad es un fruto realmente hermoso?
Ya que hay muchas almas que caen en las astutas trampas del enemigo, te
debo pedir sacrificios extremos hasta el grado de ofrecer tu vida.
¡Hija! Sígueme a mí, la Madre y la Asistente en la
Redención, confiando todo a mi inmensamente grande Inmaculado Corazón. No olvides que yo, la Madre María, estoy
preparando un hogar donde tú puedas descansar.
Sígueme sin desanimarte. Yo les
doy la misma gracia misericordiosa a todas las almas que confían en ti, te
siguen y dan testimonio de mí.
Mi
Hijo Jesús te dará la copa de bendiciones a ti a través de mi generoso
amor, yo que soy el hilo que une el Cielo y la tierra. ¡Adiós!
¡An-nyoung!
Cuando
la Santísima Madre terminó sus palabras, alguien me estaba tocando
suavemente. Yo me preguntaba si era la
Santísima Madre que me estaba confortando en mis sufrimientos, pero cuando miré
era mi esposo Julio. "¡Julia!
La Santísima Madre está derramando lágrimas de sangre." Al oír las apremiantes palabras de Julio, vi
la estatua de la Santísima Madre y la vi derramando muchas lágrimas de
sangre. También tenía mucha sangre bajo
su nariz. Eran cerca de las 11:20
p.m. Ella continuó derramando lágrimas
de sangre hasta cerca de la 1:20 a.m., cuando las lágrimas de sangre comenzaron
a secarse. Después de eso, ella estuvo
derramando tan solo unas lágrimas.
Junio 30, 1990
Durante
el servicio nocturno de oración en el quinto aniversario de las primeras
lágrimas de la Santísima Madre, recibí dolores en mis costillas y entré en
éxtasis. Con una luz brillante, se
apareció la Santísima Madre. Se veía aún
más hermosa, cariñosa, amigable y amable que antes. Tenía un manto azul, un rosario en la mano
izquierda y estaba irradiando luz de su mano derecha sobre todos aquellos que
estaban presentes en el servicio de oración.
En
ese momento, Jesús se apareció en el cielo con un manto rojo, mirando abajo
hacia nosotros con amor y cariño, y enviándonos una luz con Sus brazos
abiertos. Esta luz se estaba difundiendo
como la luz del sol sobre todas las personas en el servicio de oración. En ese momento, los ángeles y los Santos
también fueron vistos rezando con gran alegría.
Los ángeles estaban bailando y rezando con nosotros. La Santísima Madre comenzó a hablar con una
voz muy amable y cariñosa.
LA SANTÍSIMA MADRE:
¡Hija! Gracias.
Mi
Hijo Jesús otorga bendiciones especiales al brillar la luz sobre todos aquellos
que vinieron a esta reunión recordándome.
Y por medio de los dolores y el amor que has experimentado, muchos niños
recibirán la gracia de conversión hoy.
El
Amor nos conduce a la victoria.
Búsquenla con todo su corazón.
Entonces, la preciosa gracia será concedida para la salvación de muchas
almas. Debido a que los pecados del
mundo son excesivos, el amor de mi Inmaculado Corazón no es suficiente y por
eso los estoy llamando. Aun en
este momento, también estoy dando señales en otros sitios para difundir los
mensajes de mi amor para que el Señor sea alabado.
Así
como Dios es Tres Personas en Una, yo soy la única Madre del Cielo para todos
ustedes. Igual como el Padre, el Hijo y
el Espíritu Santo son Uno, ustedes también deben ser uno.
Te
lo estoy pidiendo a ti, porque hay muchos niños que vienen aquí por curiosidad
y están buscando milagros y señales.
Ofrece más sacrificios y expiaciones para que todos los niños, al oír mi
clamorosa voz de amor, puedan vivir (los mensajes) activamente y seguirme con
confianza. Tráemelos. Cuando me sigan
completamente, los abrazaré con amor y dejaré que reciban la alegría
celestial.
¡Hija!
No olvides que estoy siempre cerca de ti a tu lado.
Julia: ¡Oh, Señor y mi
Madre María! Nos han llamado a todos
nosotros. Que se haga Su Voluntad en la
tierra. Que todos nos acerquemos a Tu
altar con los regalos de agradecimiento y las ofrendas de sacrificios.
En
ese momento, el Espíritu Santo se apareció desde el Cielo en la forma de una
paloma y derramó luz sobre todas las personas que estaban asistiendo al
servicio de oración.
Julio 30, 1990
Cerca
de las 10 a.m. del 27 de Julio, la estatua de la Santísima Madre fue llevada al
cuarto de video debido a la construcción en la Capilla. Ella comenzó a derramar lágrimas cerca de las
10:15 a.m. en ese día. Desde cerca de
las 11:00 a.m., las lágrimas comenzaron a secarse. El Padre Spies me pidió que le preguntara por
qué estaba derramando lágrimas. Le seguí
preguntando, pero ella no dijo nada. A
las 9 a.m. del día de hoy, después de que ella había derramado lágrimas durante
tres días, escuché su voz de la estatua mientras yo estaba meditando después de
rezar el rosario.
LA SANTÍSIMA MADRE:
Muestra
el poder del amor más vigorosamente y da tu heroico servicio con la mayor
lealtad posible.
Yo
estaba esperando que ella hablara más, pero ella ya no dijo nada. Se veía muy triste.
"¡Oh,
Madre del amor! Yo me esforzaré para ser
heroicamente leal.
Agosto 15, 1990
- Fiesta de la Asunción de la Santísima
Madre
Me
acerqué a la Santísima Madre en la sala de video y mientras estaba rezando, entré
en éxtasis cerca de las 4:15 p.m. La
Santísima Madre se apareció con una corona reluciente y un manto azul y un
rosario en una mano. Ella se veía tan
hermosa, pero su cara estaba llena de ansiedad.
LA SANTÍSIMA MADRE:
¡Hija! Estoy sufriendo aun el día de hoy, porque hay
demasiados pecados en el mundo.
Se
me rompía el corazón al escuchar a la Santísima Madre decir estas
palabras. Ella necesita ser confortada y
alabada por sus hijos en esta gran fiesta de su Asunción, pero está sufriendo
dolores aun el día de hoy. Me sentí tan afligida.
LA
SANTÍSIMA MADRE:
¡Hija! Qué maravilloso sería si todos los niños
pensaran como tú piensas. Ahora muchos
niños me están siguiendo superficialmente al comprometerse con la carne
corruptible y con el mundo contaminado de errores. Estoy muy triste, porque hay muy pocos niños
que me están siguiendo realmente de corazón.
Ya
que se le oía como si se ahogara con las lágrimas, la miré y la vi
llorando. Le dije con ansiedad.
Julia:Madre, lo siento. Por favor perdóname. No procuré lo suficiente. Haré un mayor
esfuerzo para hacer la voluntad de mi Madre.
LA SANTÍSIMA MADRE:
En
este momento, el demonio está usando
toda clase de métodos para derrotarte y para hacer caer a sacerdotes y a muchos
hijos que he escogido, para que no se difundan los mensajes.
Las flores de la maldad se ven bonitas en el
exterior y confunden y atrapan aun a almas inocentes en formas astutas. Dichos males se ocultan aun detrás de
apariencias inocentes. Esto se puede discernir solamente por las almas que
están en estado de gracia.
¿Puedes
aceptar con gusto sufrir, para que a través de tus sufrimientos sean ofrecidas
a mí las almas que juzgan con orgullo y avaricia, afirmando conocer los caminos
del Cielo, pero no practicando lo que saben, y así vaciar sus orgullosos
corazones?
Julia:Sí, Madre. Si
tú me ayudas, haré todo lo que me pides.
LA SANTÍSIMA MADRE:
¡Gracias,
Hija mía!
En
ese momento, hubo un fuerte ruido como un terremoto y un extraño objeto se
apareció ante mí. La parte de arriba de
su cuerpo era como un caballo gris y su parte inferior como un ser humano. Era
el demonio de la división. Él estaba
promoviendo la división entre muchos países y, como resultado, se desató una
guerra entre tres de ellos. Vi a uno que
se alejaba corriendo después de pelear un rato.
El demonio se iba riendo alegremente de la escena.
El jefe de los demonios enviaba a los demonios
pequeños al mundo, mientras él observaba a todos países de un vistazo buscando
a cual arrastrar a la guerra. Sonreía con una fea apariencia. Entonces le dije
que era mejor que dejara de hacer lo que estaba haciendo.
El demonio me dijo en una
forma amable que, si yo me unía a él, me daría un país. Cuando me rehusé rotundamente, él me atacó y
dijo, "Si te elimino a ti y
al Padre Spies, mi trabajo avanzará mejor. Tú eres nuestro gran
enemigo. Por lo tanto, es mejor que te
eliminemos." Mientras me atacaba,
él exigió que me rindiera.
Pero,
cuando me rehusé, él llamó a otros demonios y dijo que deberían matarme. El demonio en jefe que parecía un caballo me
tumbó y aplastó mi cuello. Los demonios
pequeños agarraron mis piernas y trataron de romperlas. Yo le confié todo a la Santísima Madre. Recé para que hubiera paz en el mundo, aún si
yo muriera. De repente, se puso muy
oscuro y pensé que me moría. Pero de pronto
la presión sobre mi cuello desapareció y regresó la luz, mientras, alguien sostenía mi mano
suavemente y con calidez. En ese
momento, oí una voz dulce, amigable y al mismo tiempo dolorosa.
LA SANTÍSIMA MADRE:
¡Hija! Mi amada y dulce hija. Me siento mal porque siempre te estoy dando
dolores, pero esta Madre está sufriendo dolores aun más grandes debido a los
grandes insultos. Ahora son los tiempos
de pecados y desorden. Como tú viste,
este mundo se está desbordando con desorden y, como resultado, una gran amenaza está presionando sobre la raza humana.
¿Aun si trato de posponerlo, qué caso tiene,
si el mundo no se arrepiente? Nunca ha
habido otra época cuando tantos hijos del mundo se han alejado tanto del
arrepentimiento y han traído la ruina sobre ellos mismos en cooperación con los
demonios y bajo el control de los demonios como ahora. Todos ellos deben escuchar mi voz de
amor. Pero, en vez de escuchar mi voz
apremiante que arde de amor, ellos se rebelan en mi contra con insultos,
críticas y juicios causando gran daño a sus almas. Debido a esto, mis amadas pequeñas almas
están sufriendo dolores por amor a ellos.
Julia: ¡Madre!
Estoy ofreciendo mis dolores para que ellos se conviertan tan pronto
como sea posible.
LA SANTÍSIMA MADRE:
¡Gracias,
mi pequeña alma! Sus pecados son muchos,
pero tengo piedad de ellos y espero su regreso.
Pero si persisten en ser indiferentes y me rechazan, el brazo de
justicia de Dios se levantará pronto y la copa de Su ira se desbordará. ¿Qué caso tendrá arrepentirse en ese momento?
¡Mi
hija que me sigue sufriendo dolores! Aún
el día de hoy, estoy llamando, por medio de tus sufrimientos, a mis pequeñas y
débiles almas que pelearán una difícil batalla contra la fuerza del mal que
causa pesares y tentaciones día y noche.
Ofrece tus sufrimientos con más amor.
Comprende que es como escalar una montaña, cuanta másescarpada mayor es la recompensa o como el olor de los alimentos podridos que
será mayor, cuando más proteína tenga.
Voy a recolectar las
semillas del martirio a través de tus sufrimientos, para sembrar semillas de
bondad, en el jardín de mi Inmaculado Corazón para que florezcan.
Por lo tanto, prepara muchas buenassemillas. Se usarán para salvar a muchos
humanos y países en los tiempos decisivos de tribulación.
¡Mi
amada y pequeña alma! Ofrécete completamente con tu fidelidad a mí por amor a
sus(tus) hermanos que están severamente insultando y resistiéndose a mi amor y
también por amor a los sacerdotes y religiosos que sufren por la Iglesia, dolor
de parto.
Tú
debes caminar en línea recta hacia delante sobre el camino que caminaron los
Santos, confiando totalmente en mí con amor.
Nunca ha habido un santo que no me haya seguido de cerca. Tú fuiste escogida por mí para una importante
misión. No tengas ninguna duda acerca de
mi protección y mi amor. Entrégate y
confía en mí y, por lo tanto, convierte la copa de ira divina en una copa de
bendiciones con las intensas flamas del amor ardiendo en mi Inmaculado
Corazón.
¡Hija! Aun cuando todas las personas de este mundo
te abandonen, no olvides que siempre estoy a tu lado y recuerda tu recompensa
en el Cielo. ¡Adiós! ¡An-nyoung!
Cuando
la Santísima Madre y la luz desaparecieron, mis sufrimientos empezaron. Cuando abrí los ojos, mi cuerpo me dolía
tanto que no me podía ni mover. Me
llevaron en una camilla a mi casa (que
está al lado de la Capilla). Sentía
mucho dolor en mis piernas y respiraba
con dificultad. Las personas que estaban
presentes se sorprendieron del repentino sangrado de los dedos de los pies. Ellos dijeron que, mientras yo estaba
sufriendo, mis piernas se levantaron una y otra vez, y las mujeres presentes
las bajaban. En ese momento, los dedos
de mis pies comenzaron a sangrar.
Octubre 4, 1990
La
estatua de la Santísima Madre comenzó a llorar.
Mi esposo, Julio, y yo rezamos el rosario desde cerca de las 10:40
p.m. seguido de una meditación. Conforme continuaba la meditación, se fue
convirtiendo en llantos y lamentos. Se
me rompía el corazón al pensar en la angustia de la Santísima Madre por las pobres
almas que seguían a los falsos profetas por su ceguera y sordera. Además, mis muchas actuales dificultades y
dolores físicos también me estaban haciendo sentir angustiada y debilitando mi
alma.
Cuando
vi la estatua de la Santísima Madre diciéndole, "Madre, qué debo hacer" la estatua empezó a irradiar una
hermosa luz y se convirtió en la siempre viva Madre María. Ella comenzó a hablar con una voz muy
angustiosa.
LA SANTÍSIMA MADRE:
¡Hija! No tengas tanta ansiedad
Tu cuerpo y alma están más débiles que
nunca. Es tarea difícil salvar al mundo
de la destrucción y la miseria.
Entiendo bien que es muy difícil difundir
los mensajes en forma tal que sean entendidos fácilmente por todos. Pero sígueme aún en medio de tus extremos
dolores. Porque tú ganaste la vida por la Sangre de los santísimos dolores de
mi Hijo Jesús. Por eso te pido que participes de mis sufrimientos porque a
través de ellos serán conducidos a la vida hasta aquellos que viven la miseria
de los pecados.
Dios
te dio un vestido de vida eterna que ha quedado limpio con la Sangre del
Cordero. Aún así, ¿te sientes tan
débil?. Te escogí para una misión
importante, y debes ser fuerte.
¡Hija! Cuando yo estaba en la tierra, muchas
personas me llamaron la madre de un loco.
Yo debo ser respetada como la Reina del Cielo, pero tengo que implorar
con muchos sacrificios, dolores y lágrimas a causa de la división y desorden
entre los hijos, en la tierra.
Ayúdame.
Muchas
calamidades están por caer sobre el mundo, pero hay demasiadas personas calculadoras.
Aquellos que aman a Dios y que me dan a
conocer recibirán la vida eterna y estarán de pie al lado de esta Madre del
Amor. El mundo cambiará, pero las Leyes
de Dios no cambiarán. Ora y ora otra
vez. Se necesitan oraciones de profundo
amor ahora más que nunca antes, para la Santa Iglesia Católica. Estos tiempos actuales son extremada-mente
importantes para toda la humanidad.
La
Santísima Madre estuvo callada un rato y continuó hablando mientras derramaba
grandes gotas de lágrimas.
¡Oh,
todos los hijos del mundo! Todavía no es
muy tarde. Vengan a mí rápido. Vengan a mí sin demora y mamen la leche
espiritual de mi pecho que está fluyendo como un manantial. Haré un jardín de flores donde puedan crecer
almas bellas. He dejado mi Corazón
totalmente abierto para aceptar sus ruegos y solicitudes.
Cuando
regresen a mí renunciando a ustedes mismos, entonces encontrarán la felicidad
que tanto han estado buscando, en el pecho de esta Madre de Paz, quien puede
abrazar a todos ustedes. Vengan a mí,
todos ustedes, y no me dejen derramar lágrimas y lágrimas de sangre en vano. Sean un consuelo para mi Corazón herido.
Al hacerlo, los pecadores reconocerán mi voz
de amor y buscarán la Voluntad de Dios.al arrepentirse de sus pecados en mi
pecho. No importa qué tan corruptas
estén las almas, serán perdonadas con poderosas llamas de amor cuando se
arrepientan. Pero aquellos que pecaran
contra el Espíritu Santo no podrán evitar las llamas de la justicia en el día
del juicio.
Después
de que ella completara estas palabras, su apariencia regresó a ser la de la
estatua, pero más lágrimas estaban fluyendo.
Julia:¡Oh, Madre María! Lo siento y gracias. Que la Madre, que es el Amor mismo,
traiga el Reino del Sagrado Corazón de
Jesús y tu Inmaculado Corazón a este mundo con tu inmenso Amor. Amén.
Noviembre 11, 1990
- Desde las 3.00 a.m.
Yo
estaba llorando a causa de mi indignidad.
¿De qué otra manera puedo llenar los Corazones de Jesús, Quien se
angustia por los pecadores, y de la Santísima Madre, quien está llorando?
Mientras yo experimentaba grandes olas de agonía en las profundidades de mi
corazón, empecé a oír la pesarosa voz de la Santísima Madre. Su voz también era cálida, suave y llena de
amor.
LA SANTÍSIMA MADRE:
¡Hija,
mi amada hija! Así como Daniel fue
puesto en la jaula de los leones, pero fue rescatado por los ángeles y profetas
de Dios, de igual manera, Dios salvará a aquellos que buscan Su Voluntad. Por lo tanto, no te preocupes ni te angusties
mucho. Dios está atento a los
sacrificios y expiaciones de aquellos que fueron salvados de la muerte, y Él no
ignorará sus profundos lamentos.
Pero es necesario que mis pequeñas almas
continúen con los sacrificios sangrientos y las expiaciones para salvar a
aquellos que persisten en su traición, ya que Dios los deja en ruinas. Aun la tierra más fértil se convierte en
desierto, si se le descuida. De igual
manera, el agua en un estanque se descompone, si se queda allí. Tú entiendes esto bien. Por lo tanto, quita las piedras de tu
corazón, saca todas las hierbas de tu corazón, y ármate con la conversión, oraciones
y las Palabras.
En estos tiempos, los demonios corrompen las
conciencias de muchos, haciéndolos que cometan pecados de impureza, aun
cometiendo asesinatos ; destruyendo la dignidad humana con los abortos;
arrastrándolos a errores y a todo tipo de pecados tales como la corrupción,
injusticia, maldiciones, palabras violentas, odio y venganza; haciéndolos que vayan por el camino interminable.
¡Cuántos dolores siente mi Hijo Jesús cuando
ve a todos esos hijos!
Ahora,
acérquense más a mí con amor, confiándome todo.
Difundan mis mensajes de amor vigorosamente a todos los niños para que
el Amor perdido de Dios pueda ser restaurado en cada esquina del mundo. La
tormenta ya se está poniendo violenta. Quiero refugiar a
este mundo en el amor de mi Inmaculado Corazón, ya que se está enfrentando al
grave peligro de ser arrastrado y destruído.
¡Mis
queridos hijos! Regresen rápido a este
refugio, que soy yo, su Madre María, su escudo.
Los llamo y los vuelvo a llamar hasta que la garganta me sangre, pero solamente
pocos de mis hijos responden. Por eso,
me duele el Corazón intensamente, y los llamo derramando lágrimas sin
cesar.
¡Por
lo tanto, hija mía! Yo, la Madre del
Amor, seré el arca que navega hacia el Cielo.
Ayúdenme formando la Orden del Arca de Salvación de María para que todos
los hijos puedan subir abordo. Yo soy su
consuelo y refugio. Yo soy el Arca de
Salvación que navega hacia el Cielo.
Para aquellas almas que me siguen y toman mis manos, me aceptan y ponen
mis mensajes de amor en práctica, yo seré el Arca de Salvación para su llegada segura al puerto celestial. Yo sostendré sus manos en todas sus
tribulaciones, pobreza y adversidades.
¡Ahora,
todos mis hijos! Suban a bordo de esta
Arca que he hecho para ustedes, y naveguemos hacia el Cielo compartiendo el
Amor.
¡Oh,
hija mía! Dile a mi querido hijo, el
Obispo. Él tiene un amor muy profundo
por mí. Ahora es el tiempo de anunciar
la voluntad de la Madre sin demora alguna.
Ya que yo he unido sus manos, sean una unidad ahora. Habrá muchos sufrimientos al tratar de reunir
a mis numerosos hijos, pero por medio de tus sufrimientos, los dolores y
lamentos de tantos hijos se convertirán en un alegre baile, y las lágrimas
derramadas en la noche se convertirán en alegrías por la mañana ya que las
almas que han estado cayendo en el profundo abismo serán rescatadas.
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