Abril 3, 1999
- Durante la Vigilia de
Pascua (cerca de las 10 p.m.)
Fui a la Misa de Vigilia de Pascua, sostenida por otras personas a causa
de los dolores. Mientras estaba en
meditación después de la Santa Comunión, la voz amorosa, dulce y solemne de Jesús
vino del Crucifijo sobre el altar.
JESÚS:
¡Mi amada pequeña alma! En esta
noche del paso de la Agonía a la Resurrección, ¿cuántos hijos están
participando en la Resurrección junto conmigo?
Siento mucho dolor en Mi Corazón, porque hay tan pocos hijos que están
participando en la Resurrección realmente arrepentidos y diciendo, "Es mi culpa," como pecadores, mientras
que hay tantos hijos que cantan Aleluya
con sus labios pero que se distraen con muchos pensamientos inútiles y
revueltos y que se frustran y deprimen después de haber soñado con palacios
lujosamente decorados.
¡Pequeñas almas que trabajan para Mí a través de Mi Madre María! No tengan miedo ni titubeen y rápidamente
levántense y griten. Yo, que soy el
principio y el fin y tengo las llaves de la muerte, del infierno y del Cielo,
terminaré el trabajo que he empezado.
Aun si ustedes no son comprendidos por el mundo y sufren angustias y
persecuciones, ustedes, que me siguen a Mí, siguiendo a Mi Madre, son
ricos. Esto es porque los hijos, que
confían en Mí totalmente y que corren hacia Mí de acuerdo a las palabras de Mi
Madre quien los guía por el atajo, alcanzarán la victoria sobre el demonio, se
pondrán la corona de laureles que Mi Madre les dará, y comerán de los frutos
del árbol de vida eterna en el Paraíso Celestial donde no hay dolores ni
pesares pero que está lleno solamente de amor.
¡Mis amadas almas! ¡Mis muy
amados hijos! Rápidamente levántense,
despiértense, y recen. Antes de que
pase mucho tiempo vendré a cada uno de ustedes junto con Mi Madre. Traeré recompensas y fuego para pagarles a
cada uno de acuerdo a sus obras. Por lo
tanto, rápidamente despiértense del sueño y vengan a Mí a través de Mi Madre.
El lugar que heredarán los cobardes y los malvados, que rechazan a Dios
Padre, insultan al Espíritu Santo, critican e interfieren con lo que Mi Madre y
Yo estamos haciendo, y que son rápidos para criticar a otros al mismo tiempo
que ocultan sus propias faltas, es un
mar de fuego y de ardiente azufre.
Yo, que deseo salvar todo el mundo con la victoria de Mi Misericordia y
amor, los amo también a ellos y, por lo tanto, les mando amor y lluvia
refrescante a ellos también.
Ofrezcan completamente los dolores que se les han dado a ustedes y recen
y recen otra vez para que también ellos ganen la victoria contra el demonio,
que quiere verlos correr hacia la perdición, y para que puedan comer los frutos
del árbol de vida eterna. Yo los
bendigo a todos ustedes. ¡Adiós! ¡An-nyoung!
Mayo 8, 1999
- Día de los Padres en Corea
(cerca de las 10:30 a.m.)
En este Día de los Padres en Corea, mientras estaba meditando el mensaje
que la Santísima Madre nos había dado el Día de los Padres en 1990, no me podía
quedar en mi cuarto y me fui a la Capilla donde estaba la estatua de la Santísima
Madre que había llorado. Me senté en
una esquina de atrás y recé el rosario, llorando. Mientras meditaba después del rezo del rosario, vi a Jesús, que
estaba tierno, y la Santísima Madre, quien estaba hermosa.
Jesús y la Santísima Madre tenían coronas reales las cuales brillaban
mucho. Jesús tenía un manto rojo y
sostenía la mano de la Santísima Madre.
La Santísima Madre tenía un vestido blanco y un manto azul y sostenía un
rosario blanco en su mano derecha y un escapulario café en su mano izquierda. Había ángeles rodeando y protegiendo a Jesús
y a la Santísima Madre. También había
hermosas flores en floración, pero yo no conocía sus nombres.
Había muchos hijos que estaban titubeando y haciendo ruidos, porque el
camino que conducía al lugar donde estaban Jesús y la Santísima Madre era
angosto, difícil y espinoso, y entonces empezaban a caminar sobre el camino
ancho y lujosamente decorado que estaba al lado del camino angosto. La Santísima Madre los observaba
angustiosamente y los llamaba, haciéndoles gestos con sus manos. Los hijos que reconocían la voz de la
Santísima Madre y que empezaban a caminar por el camino angosto no eran muchos. La Santísima Madre estaba derramando
lágrimas y hablaba angustiosamente con una voz triste.
LA SANTÍSIMA MADRE:
¡Mi hija! ¡Todos mis queridos
hijos en el mundo!
El mundo se está desarrollando mucho en civilización material, pero se
está deteriorando en su condición espiritual y se está pasando a la
oscuridad. Aun los hijos escogidos por
mí se están quejando con preocupaciones laicas innecesarias y están
construyendo sus casas en la arena, siguiendo el mundo visible. ¡Qué contento se pondrá el demonio!
Para alcanzar su victoria, Satanás, mi enemigo, está seduciendo a muchos
hijos y aun a muchos sacerdotes, haciendo que hagan arreglos con egoísmo y
secularismo, y que cierren sus corazones.
Por lo tanto se vuelven sordos y ciegos y son estremecidos como un barco
oscilante que ha perdido su dirección en la corriente de apostasía que se ha
desviado de las enseñanzas ortodoxas de la Iglesia.
Hablo una y otra vez, pero ellos no entienden, y les muestro y muestro
(señales) otra vez, pero ellos no las reconocen. Muchos hijos son buenos solamente para insultar, que es como
colocar a esta Madre Celestial, quien es la Medianera de las Gracias y la
Co-Redentora, en la cima de los herejes.
Siento tanto dolor en mi Corazón que no puedo controlar mis lágrimas.
¡Mis amados hijos! Traten
fuertemente de entrar por la puerta angosta que los conducirá a la salvación. ¿De qué servirá el golpearte el pecho y
llorar amargamente después de ser arrojado al abismo de fuego en el infierno
por no arrepentirse antes del día en que se termine el mundo (para ustedes) en
el futuro no muy lejano?
Vengan rápidamente. Vengan rápidamente
y practiquen los mensajes de amor que Jesús, mi Hijo, y yo les estamos dando.
No es muy tarde todavía. Abran sus
corazones completamente, háganse bebés míos prudentes que guardan en sus mentes
mis palabras que les grito derramando lágrimas y lágrimas de sangre y que
construyen sus casas sobre roca. Por lo
tanto, vengan al Paraíso Celestial a donde los invito junto con Jesús, mi Hijo.
Aun si son maltratados como ovejas que van al matadero mientras trabajan
con el fin de seguirme, no tengan ningún miedo y síganme, porque el Cielo es de
ustedes. Entonces, sus almas se harán
ricas con las gracias de Dios, el Pacto del Señor se realizará en ustedes, y
poseerán el árbol de la vida eterna.
¡An-nyoung!
Diciembre 8, 1999
- Solemnidad de la Inmaculada
Concepción de la Santísima Madre.
Fui a la montaña de la Santísima Madre como peregrina. Hice las Estaciones de la Cruz en reparación
por los insultos contra Jesús y las ofensas contra la Santísima Madre. Después, mientras bebía agua del manantial
que la Santísima Madre nos había dado, llegaron otros varios peregrinos. Mientras sostenía un tazón con agua y
rezaba, “Con la Preciosa Sangre de Jesús, con la Preciosa Sangre de Jesús, sana
todas nuestras almas y cuerpos. Amén,”
sentí un profundo dolor en mi corazón.
En ese momento, vi a Jesús que nos bendecía desde arriba y oí Su amorosa
voz.
JESÚS:
Sí, Yo los bendeciré personalmente.
Ya me entregué por completo, derramando sangre, por las almas manchadas
de pecados; ¿Qué no les puedo dar a ustedes, que me están buscando? Yo, quien los crié a ustedes en el vientre
de sus madres, les daré vigor a sus almas y cuerpos que se han vuelto
áridos. Por lo tanto, no tengan miedo,
pero reúnanse todos aquí y beban de esta agua y lávense con ella.
Busquen el bien y el amor más altos en su fe y lleven muchas almas al
Arca de Salvación de María, asegurándose que ya no se bajen; recen con más
fervor y vengan a Mí a través de Mi Madre.
Siempre que vengan aquí buscando a Mi Madre y a Mí y clamen ansiosamente
con todo su corazón, Yo les daré la luz de Mi Ardiente Sagrado Corazón y la luz
de Mi misericordia y dejaré que mamen toda la leche que quieran. Entonces, toda su sed se apagará; y se
llenarán de gracias y experimentarán alegría, amor y paz.
Hoy, junto con Mi Madre, que fue concebida sin pecado original por la
salvación del mundo, les doy a ustedes bendiciones celestiales.
Cuando Jesús terminó de hablar, casi no se le podía ver, pero Sus manos
que despedían luz hacia abajo estaban claramente visibles. La Santísima Madre también estaba apenas
visible, pero sus manos que nos bendecían estaban claramente visibles y se
veían grandes. Parecía que estaba
tratando de protegernos.
Diciembre 21, 1999
Estaba tan ansiosa de ver la Santísima Madre que había derramado
lágrimas que fui a la Capilla cerca de la 1:30 a.m. Había pasado mucho tiempo desde la última vez que estuve en la
Capilla. La saludé, recé y canté
himnos. Después de que prendí una vela,
oí la voz de la Santísima Madre. Ella
habló con pesar, llorando.
LA SANTÍSIMA MADRE:
¡Mi amada hija! ¿Quién pagará
por la sangre de Abel? El fuego en Mi
Corazón se enciende con vehemencia como un volcán activo, porque la mayoría de
los pastores, que son llamados líderes, están bloqueando en la puerta a las numerosas
ovejas que tratan de entrar al Cielo en lugar de guiarlas al Cielo.
Esa gente mala, que son como una bestia con cara humana, porque se están
alejando de la justicia de Dios, están rechazando la Cruz de Jesús, y no me
están siguiendo, florecen como flores y crecen densas como las hierbas. Por lo tanto, se han hecho como tumbas
escondidas. Si llegan al final de sus
vidas sin arrepentirse, la respuesta de Dios será severa y serán arrojados al
fuego que arde por siempre.
¡Todos los hijos en el mundo! No
se puede prometer un mañana seguro.
Cuando menos ustedes, que se supone que me conocen, quédense despiertos
y recen para que se puedan escapar del desastre de las llamas de justicia. Les he dicho repetidamente que cuando los
sonidos de las oraciones de las almas pequeñas lleguen al Cielo, ustedes se
escaparán del desastre de las llamas de la justicia de Dios, pero aun mis hijos
que han sido llamados no se quedan despiertos, haciendo que quede abrumada por
los pesares. Cuando menos ustedes, que
se supone que me conocen, rápidamente deben hacerse como almas pequeñas
recordando las palabras de Dios: "La
sabiduría les será quitada a los sabios y el conocimiento será retirado de los
astutos," y lleguen a Su gloria por medio de los Misterios Pascuales, o
sea, la gran Salvación por medio de Su Cruz, Muerte y Resurrección. Yo tomaré sus manos y los guiaré al Cielo,
mientras ustedes sufren al seguirme, a pesar de cualquier angustia, destitución
o desastre natural. Ustedes disfrutarán
la felicidad eterna. Hagan un esfuerzo
constante para vivir una vida consagrada de sacrificios y reparación. ¡An-nyoung!
Después de que la Santísima Madre terminara de hablar, sus lágrimas
cayeron sobre la tapa de vidrio de la caja colocada para proteger el sitio en
el piso donde la Eucaristía había caído milagrosamente en Agosto 27, 1997.
(Nota del traductor: Julia dice que ella fue otra vez severamente atacada por el demonio
mientras escribía los mensajes. El
demonio estaba tan enojado porque ella escribía los mensajes que la levantó y
la arrojó fuertemente. Él no quedó
satisfecho y lo hizo otra vez. Los que
estaban en el piso de abajo pudieron oír el fuerte ruido dos veces. El cuerpo de Julia estaba cubierto de muchos
moretones. Ella no se podía mover sola
a causa de los muchos dolores. Una de
las uñas de los pies estaba severamente dañada y ese dedo se hinchó.)
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