Enero 29, 1991
Yo había estado batallando con los dolores desde anoche, pero cerca de
las 5:30 esta mañana, me llamó la Santísima Madre y fui a la Capilla. La estatua se convirtió en la siempre viva
Santísima Madre.
LA SANTÍSIMA MADRE:
¡Hija, mi hija que me confía todo a mí aun mientras sufre dolores! Quiero que me sigas con un mayor amor y sin
angustiarte mucho por tu indignidad.
Este mundo se está pudriendo con corrupción y degradación. La humanidad se enfrenta a una crisis bajo
negras nubes, y los pecados se están extendiendo como un cáncer horrible. La tormenta ya se está poniendo
violenta. El mundo está expuesto a un
grave peligro ya que la tormenta continúa.
¿Cómo se ha de sentir esta Celestial Madre en su Corazón, al ver todo
esto?
Síganme con valor aún cuando tengan serias tribulaciones y amenazas de
violencia, guerras y destrucción. No
queda mucho tiempo antes de que increíbles castigos caigan aún sobre aquellos
países que han sido protegidos e intensamente queridos hasta hoy. Muchas personas están excesivamente
rechazando a Dios, y las iniquidades y corrupciones se incrementan todos los
días, causando más violencia y más guerras.
La oscuridad se está infiltrando aún en la Iglesia en formas insensibles
y elaboradas. Por lo tanto, la última
hora de sangrado para la purificación te está esperando. Si no viven de acuerdo a las Palabras de la
Verdad, pronto sufrirán calamidades y pronto se arrepentirán. ¿Qué caso tiene arrepentirse después de que
se cumpla la justicia de Dios? Estoy
rogando de esta manera a mis hijos, que han sido llamados, ya que el tiempo
permitido para la conversión se acerca a su fin. Estén despiertos y oren sin demoras. También sean sencillos como un niño. Nadie sabe la fecha exacta ni la hora de la venida de Nuestro
Señor. Se están haciendo las
preparaciones para derrotar a Sus enemigos, destruirlos y establecer Su Reino
en esta tierra. Él vendrá sobre las
nubes, mostrando Su Poder para construir Su glorioso Reino. Prepárense para recibirlo a Él con confianza,
amor y fe. Él viene a ustedes a través
de mí, la Madre de ustedes. Igual como
Él fue enviado a ustedes por Dios Padre por medio de mi cuerpo virgen, Jesús
está usando mi Inmaculado Corazón para regresar a ustedes como el Rey.
Por lo tanto, ¡todos los hijos del mundo! Abran sus corazones
completamente sin demora y regresen a mí.
Vuelvan a encender el fuego que se ha extinguido en sus corazones,
logren la unidad entre todos y practiquen mis mensajes de amor. Difundan los mensajes por todo el mundo con
fervor y llenos de esperanza. Cuando
los mensajes sean practicados por las pequeñas almas en la forma de oraciones
de un profundo amor, se convertirán en un aceite fragante que lavará las
sangrantes heridas del Señor.
Si no rechazan mi amor maternal y practican la caridad, mi Inmaculado
Corazón alcanzará la victoria ante la amenaza de una nueva y terrible guerra, y
habrá amor y paz en el mundo. Extenderé
y abriré mi manto y esconderé y salvaré en el seguro refugio de mi Inmaculado
Corazón a todas aquellas almas que cumplan mis palabras aún en medio de una
gran oscuridad. Pero aquellos que no
acepten mis palabras y rechacen al Señor serán lanzados al mar de un intenso
fuego. Por lo tanto, tengan confianza
en mí, la Madre de la Paz, y confíen totalmente en mi Inmaculado Corazón.
Marzo 10, 1991
Entré en éxtasis mientras rezaba en la Capilla. La Santísima Madre se apareció derramando
lágrimas y hablando con dolor, casi como lamentándose.
LA SANTÍSIMA MADRE:
¡Hija! Es tan difícil mirar el
desorden causado por tantos de mis queridos hijos en colaboración con nuestro
enemigo, el Dragón Rojo, a causa de su ceguera y sordera. El mundo es como un desierto. Las grandes calamidades que ocurren aquí y
allá son advertencias. Me siento tan
triste y angustiada al observar los sufrimientos humanos ante las advertencias
y castigos. Por lo tanto, ¡hija mía!,
te ruego con dolores con el fin de protegerte de las trampas colocadas por los
demonios.
Julia: Madre, por favor dime.
LA SANTÍSIMA MADRE:
¿Quieres ver qué tan mala y viciosa es la violencia de los demonios?
Julia: Si, Madre.
En ese momento, el jefe de los demonios, Lucifer, y los demonios
pequeños, a quién había visto en Agosto 15, 1990, se presentaron y estaban
hablando animadamente unos con otros.
Un rato después, estaban riéndose fuertemente y mirando al mundo. Entraron en un país, se fueron por todo el
país y promovieron la división.
Entonces, se reunieron y hablaron otra vez y entraron en otro país,
causando división y luchas. Estaban tan
encantados y entretenidos. Había llamas
por todos lados, algunas veces se convertían en mares de fuego. Aplaudían con alegría y volvían a buscar
para arrastrar más países a la guerra.
Yo estaba viendo esto y empecé a llorar. La Santísima Madre siguió llorando y habló.
LA SANTÍSIMA MADRE:
¡Todos los hijos del mundo! Qué
triste sería si el fuego cayera sobre ustedes del Cielo. Recen y recen otra vez. Este tiempo actual es extremadamente
importante para toda la humanidad. ¿Qué
acaso no deben ustedes encontrar formas para protegerse de tantas
calamidades? Su Dios observa sus actos
y está próximo a castigarlos. Pero Él
aún los perdona a ustedes.
Arrepiéntanse rápido.
Arrepiéntanse con sinceridad y regresen a Dios, que es quien los puede
salvar. Se deben arrepentir, porque los
pecados de este mundo han alcanzado un nivel extremadamente alto. El mundo esta atascado en malos hábitos y
delincuencia. Conforme se altera el
orden, se incrementa el caos, y el mundo espiritual se está destruyendo. Todas las cosas se están destruyendo,
provocando la ira de Dios.
¡Mis amados hijos! Háganse
pequeñas personas y síganme con humildad, con esperanza y valor. Cuando me sigan con todo su corazón en
respuesta a mis mensajes de amor, nuevos retoños brotaran aun de la tierra
quemada, mi amor se encenderá sobre las ruinas, y una copa de bendiciones en
lugar de una copa ira será otorgada a ustedes por Dios.
Marzo 25, 1991
La estatua de la Santísima Madre había derramado lágrimas desde Febrero
18 y esta mañana, derramó mucha sangre de sus ojos y nariz. Su mejilla, vestido y la tela debajo de la
estatua se mojaron mucho. Su voz salió
de la estatua, la cual se veía llena de dolor.
LA SANTÍSIMA MADRE:
¡Hija! Reza más. No se debe dejar que este mundo se destruya
a causa de la violencia del demonio, el enemigo de la Cruz, igual como Sodoma y
Gomorra fueron destruidos a pesar del ferviente deseo de Abraham, porque no
había ni siquiera diez justos. Demasiados
hijos están rechazando mis apremiantes ruegos hechos con sangre y están uniendo
sus manos con el Dragón Rojo, permitiéndole promover errores y relajamiento
moral entre las personas, haciéndolos vivir en pecado. Ellos destruyen la dignidad humana al
inducir a la gente a cometer asesinatos a través de tantos abortos. Yo les ruego, pues ya no puedo mirar ni
escuchar esto.
Acéptenme cálidamente con oraciones, sacrificios, reparaciones y el
ofrecimiento de corazones consagrados y de sufrimientos. Así limpien mis lágrimas y lágrimas de sangre
derramadas para ustedes dejándome vivir en sus vidas cotidianas. Al hacerlo, estarán preparando un lugar
donde Jesús, Quien vendrá glorioso, pueda residir.
También deben recordar que, así como cuando se acerca el nacimiento, los
dolores se intensifican. Debido a que
los gobiernos, las personas y las sociedades se están resistiendo a la Justicia
de Dios, se están rodeando de una gran oscuridad. Debido a que no están abriendo sus puertas totalmente a Cristo,
Quien ha de venir, están resultando diversas tribulaciones y agonías.
¡Por lo tanto, hijos del mundo!
Háganse más humildes y síganme con confianza. Conforme se intensifiquen las dificultades, yo estaré más cerca
de mis pequeñas almas y seré su fuerza.
Cuando todos los hijos me acepten bien y pongan en práctica mis mensajes
de amor, la oscuridad del desorden será derrotada a través de la luz de la gran
misericordia de Dios. Espero que mis
urgentes ruegos lleguen a todas las esquinas del mundo a través de ti.
La Santísima Madre continuó llorando.
Abril 21, 1991
La Santísima Madre me llamó diciendo, "Hija, recemos juntas." Fui a la Capilla a pesar de los dolores y
recé por la conversión de los pecadores delante de la estatua de la Santísima
Madre que lloraba. Un rato después,
tuve una visión y vi a la Santísima Madre.
Había innumerables personas en un mundo oscuro. La tierra comenzó a temblar como si durante
un terremoto o como un bote en medio de una tormenta. También había llamas de fuego por todos lados. Las personas se estaban cayendo en todas
direcciones, y sus gritos alcanzaban el cielo.
Grité con fuerte voz, "!Oh, Dios Mi Señor! Perdona a los pobres pecadores con
generosidad. Salva a aquellos que
claman Tu Nombre." Entonces, muchas personas se estaban arrepintiendo con
lágrimas y ansiosamente buscando a Dios.
Se vio una brillante luz en el cielo y apareció la extremadamente
hermosa Santísima Madre por encima de la gente. Ella tenía una brillante corona con doce estrellas, un vestido
blanco y un manto azul. Las bastillas
del manto eran de oro brillante. Ella
tenía un Rosario de color marfil en su mano derecha y un escapulario café en su
mano izquierda. Su belleza no podría
ser descrita por los humanos.
LA SANTÍSIMA MADRE:
Tú serás salvada, si vives no de acuerdo a tu carne, sino con el Pan del
Cielo, y me sigues a mí, tu Madre.
En ese momento, se apareció una brillante cruz blanca encima de la
Santísima Madre y pronto se convirtió en la imagen de la Santa Eucaristía. Al mismo tiempo, el mundo oscuro se puso
brillante y los temblores cesaron. La
Santísima Madre habló amablemente pero con angustia.
LA SANTÍSIMA MADRE:
¡Todos los hijos del mundo! La
oscuridad nunca podrá derrotar a la luz.
Los demonios están tratando de derribar a muchos de mis hijos que me
siguen. Pero no olvides que el Señor no
rechaza los ruegos de aquellos que claman Su Nombre con amor y me siguen.
¡Hija! No puedes ganar la
victoria sin pasar por la cruz. Debes
entender el fascinante misterio de la Santa Eucaristía por la cual Dios viene
del Cielo por medio de los sacerdotes para estar contigo. Por lo tanto, haz frecuentes confesiones
para que recibas al Señor dignamente; abre tu corazón totalmente, consérvalo
limpio y ordenado, ámense los unos a los otros para que sean un palacio y un
tabernáculo donde el Señor pueda morar.
Entonces, el Señor vivirá en ti, aunque eres indigna, y encenderá Fuego en ti.
¡Mi amada hija! Diles a todos
los niños del mundo. Quiero que todos
ustedes tengan puesto el escapulario con la intención de pertenecer a mí; recen
el Rosario con fervor con todo su cuerpo y mente y con amor; lleven una vida
totalmente consagrada de oraciones, sacrificios y expiaciones; renueven sus
vidas con el espíritu de auto renunciación y pobreza; y por lo tanto, rechacen
la violencia del demonio.
Te estoy rogando una y otra vez, porque los quiero salvar a todos de
este mundo peligroso. Por lo tanto,
renuncien a su egoísmo y cumplan bien mis deseos. Entonces, la oscuridad se retirará de este mundo, y vendrá el
Reino del Señor.
¡Todos los hijos del mundo! En
estos tiempos cuando la vida de mis amados sacerdotes y de mis hijos
consagrados está siendo drenada sin cesar, regresen a mi caluroso pecho de
amor, el cual es un refugio para los pecadores, y recemos con un mayor
amor. Que la paz del Señor esté siempre
con ustedes...
La Santísima Madre sonrió amablemente y saludó con la mano. Entonces ella desapareció junto con la
luz. Su estatua estaba sonriendo y
derramando lágrimas.
Mayo 8, 1991
Era el Día del padre en Corea y fui a la Capilla y coloqué un clavel en
el vestido de la Santísima Madre. Le
dije a ella, "Mamita, te amo. Has estado sufriendo tantos dolores para
salvar muchas almas que andan errantes en la oscuridad y caminando hacia el
infierno. Ten un día de descanso
hoy. Siéntete consolada y recibe la
admiración y alabanza de muchos hijos.
Ofrezco esta flor en nombre de todos tus hijos."
La apariencia de la estatua de la Santísima Madre no cambió, pero ella
habló con una voz amable y amigable.
LA SANTÍSIMA MADRE:
¡Hija! Gracias. Me regocijo más por un corazón lleno de amor
y devoción que por flores y actos. Aun
la cosa más pequeña puede llegar a ser una muy buena obra para ti, si se hace
con amor. Acércate más a mí para que te
puedas unir de manera más íntima con mi ardiente amor. Para apaciguar la ira de Dios, hazte una
persona más insignificante. Hazte una
persona más humilde, ofreciendo sacrificios y expiaciones de la cruz, y confía
todos tus pensamientos imperfectos, la vida diaria y los sufrimientos a
mí. Aquellas almas que me están
aceptando con amor y se están acercando a mí serán bañadas en mi amor.
Cumple sin dudar los deseos de esta Mamita que quiere realizar milagros
de amor usándote a ti como un instrumento, a pesar de tu indignidad.
Julia: ¡Sí, Madre! Siempre soy indigna, pero cumpliré tus
deseos.
LA SANTÍSIMA MADRE:
¡Hija! Apúrate. ¿Acaso la copa de la ira de Dios se debe
derramar sobre este mundo oscuro que es como un desierto? Ya están ocurriendo los eventos, pero hay
muy pocos sacerdotes que me están siguiendo.
El mundo entero está lleno de peligros y pasa por los dolores del
parto. Hay innumerables almas que
necesitan ayuda espiritual y física. En
este momento, el trabajo de salvación de Dios descansa sobre la nada y sobre
cosas sin valor. Quiero reunir a todos
los hijos, aquellos que están luchando contra la debilidad, contra la pobreza y
las batallas feroces contra la maldad, en mi ardiente e Inmaculado Corazón.
"El Arca de Salvación de María." -
este es mi pecho de amor, más grande
que todo el universo, que llevará a mis hijos de todo el mundo al puerto
celestial. Ahora intento abrazar a mis
hijos de todo el mundo en mi amplio pecho.
Por lo tanto, construyan una basílica.
Abrazaré a todos en mi pecho para que puedan renacer con amor y yo pueda
sacar toda su cizaña. De esta manera,
yo podré ser la guía para los ciegos; darle energía a pobres y hambrientos;
lavar las lágrimas de los niños que están tristes, agonizando y llorando; ser
un consuelo para aquellos que están hambrientos y sedientos de la Verdad; y ser
un refugio para aquellos que son insultados, perseguidos y criticados con todo
tipo de acusaciones sin fundamento mientras hacen su justo trabajo.
Así es que, construyan la Basílica del Arca de Salvación de María
rápidamente. Si siguen mis mensajes de
amor y los practican, se acumularán grandes tesoros para otras almas y para
ustedes. También será la manera de
salvar las almas que de lo contrario se perderían seguramente. Para el ardiente Sagrado Corazón de Jesús y
mi Inmaculado Corazón, será un consuelo.
¡Hija! Ahora debemos hacer una
cadena con las almas que están ardiendo con amor y hacer que sus llamas de amor
sean conocidas por todo el mundo.
Cuando ustedes me sigan sin
dudar de que este sea el atajo perfecto sin peligro de resbalar y caer al
precipicio, mi ardiente Inmaculado Corazón quemará (y borrará) todos sus
pecados. Por lo tanto, aun el caer en
pecado puede ser utilizado para un mayor bien.
Ahora, traigan todas esas cosas que ustedes crean que son sin valor,
miserable y débil y reúnanse alrededor de mi gran banquete el cual tiene un
sagrado valor. Habrá una gran bendición
para todos los niños que están corriendo hacia mi pecho de amor. ¡Adiós!
¡An-nyoung!
Ella terminó de hablar. Sus
labios en la estatua se quedaron abiertos un rato, y luego se cerraron.
Mayo 16, 1991
Hubo una Misa a las 6 p.m. en la Iglesia de la Parroquia de Naju
celebrada por dos sacerdotes filipinos.
Participaron unos parroquianos de Naju y 33 peregrinos de las
Filipinas. Cuando recibí la Santa
Eucaristía sentí inmediatamente el sabor de la sangre en mi boca. Cuando regresé a mi banca y se lo mostré a
Rufino, que estaba sentado junto a mí, él vio la Hostia en mi lengua de un
color amarillo a café claro al principio y, pronto, se convirtió en un color
rojo-sangriento empezando por la orilla.
Esto fue reportado a los sacerdotes, y todos los fieles presentes lo
pudieron ver. Ellos se sorprendieron y
empezaron a llorar. Los dos sacerdotes también
rezaron y lloraron delante del tabernáculo.
La Hostia continuaba sangrando y pronto mi boca se llenó de Sangre.
En ese momento tuve una visión.
La Santísima Madre de Naju que lloraba tenía un manto azul, un Rosario
en su mano derecha y sonreía bellamente.
Con lágrimas en sus ojos, ella abrazó a los dos sacerdotes. Pronto se escuchó la misericordiosa pero
angustiosa voz de Jesús.
JESÚS:
¡Hija! Ofrece más reparaciones
por los insultos de los pecadores. El
mundo me sigue ofendiendo, despreciando, insultando, azotando y golpeando, pero
el ardiente Amor de mi Sagrado Corazón les concede la gracia de la
misericordia, perdón y reconciliación a tantas almas que provocan la justa ira
de Dios, por medio de la Preciosa Sangre de las Cinco Heridas abiertas en la
Cruz con el fin de salvar a este mundo enfermo y oscuro de la muerte eterna y
darle a los pecadores la vida eterna.
Porque los amo tanto, Yo les manifiesto ese Amor viniendo a ustedes en
la forma de pan, escondiendo Mi Divinidad, dignidad y aun la apariencia
humana. Yo vengo a ustedes en persona
en la forma de pan por Mi gran Amor a ustedes.
Pero muchas almas le dan poca atención a Mi Real Presencia, Me insultan
con Comuniones sacrílegas y Me descuidan con ingratitud.
¡Hija! Enseña el Misterio de la
Santa Eucaristía con fervor a los niños que no lo entienden para que las
numerosas personas que viven en la ingratitud puedan ser salvadas por tus
sangrientos sacrificios combinados con Mi Amor. No importa qué tanto me esfuerce por darles Amor, no puedo
obligarlos a aceptarlo, ya que también les di el libre albedrío. Yo, que estoy presente en el Misterio de la
Santa Eucaristía, soy un manantial que nunca se seca, una medicina que puede
salvar las almas enfermas, y un doctor para el paciente. Amo aun a aquellas almas que están tan
sucias y distorsionadas a causa de los pecados, porque Yo soy el Amor
mismo. Por lo tanto, cuando vengan a Mí
por el Sacramento de la Confesión, Yo lavaré sus pecados que ensuciaron sus
almas y les permitiré que se queden en Mi Amor.
Mi Corazón me duele intensamente, porque tantas personas en este mundo
se inclinan ante y adulan a los gobernantes mundanos, pero sólo pocos hijos se
arrodillan delante del Señor de los Cielos y el Rey del Universo, lo adoran a
Él y le piden gracias de Él. El tiempo
se está acabando, porque hay muchos pecados en el mundo.
¡Todos los hijos del mundo!
Deben tenerle miedo al castigo que se acerca a ustedes, recen
constantemente, hagan sacrificios, hagan reparaciones, y vivan una vida
consagrada a Mí. Al hacerlo, podrán
evitar caer en las astutas tentaciones
del demonio que los atrae al pecado, al resentimiento, a la violencia,
corrupción y a una vida egoísta; a separarse de Dios; al odio, división, delincuencia y faltas de respeto; y, por lo
tanto, a controlar totalmente su mente y hacerlos desenfrenados. En este mundo que esta cubierto de errores y
oscuridad, quédense cerca de la Biblia, la cual contiene las Verdades Sagradas,
lleven una vida de acuerdo a los Evangelios, y pongan en práctica las palabras
de Mi Madre quien se ha estado apareciendo y rogando con lágrimas en muchos
lugares del mundo, en estos tiempos urgentes.
Diles a todos que el aceptar las palabras de Mi Madre es igual que
aceptarme a Mí y que el tomar sus manos y seguirla es un atajo a Mí.
Se acercan los tiempos de la victoria de Mi Madre María. Apúrense en arrepentirse y súbanse a bordo
del Arca de Salvación de María. Mi
Madre ha venido a este mundo como la Profetiza Celestial y Mi Asistente y los
guiará a ustedes a Mis brillantes y gloriosas Revelaciones. Sigan sus palabras. Siempre estaré con ustedes.
Mayo 23, 1991
Cerca de las 4 p.m., fui a la Capilla y empecé a rezar junto con un
sacerdote y un laico que aman a la Santísima Madre y que habían decidido
consagrarse a ella. Mientras estábamos
rezando, los ojos de la Santísima Madre se humedecieron. De repente, se vio una luz y la Santísima
Madre comenzó a hablar con una voz suave y amorosa por medio de su
estatua.
LA SANTÍSIMA MADRE:
¡Sí, mis queridos hijos!... Los
he llamado como mis instrumentos para darles un refugio eterno a aquellas almas
que están sedientas y hambrientas de amor y que andan errantes. Sostengan mis manos más humildemente y
ofrezcan sus sacrificios y expiaciones, y síganme por la conversión de los
pecadores.
Ahora, se acerca el tiempo de la victoria. Síganme sin demoras. Yo
los usaré, por medio de mi pequeña y amada alma, como guías para numerosas
almas que están devolviendo tanto amor con insultos y están cometiendo pecados
en contra del Señor.
Cuando renuncien a sus egoísmos y me sigan completamente y practiquen
mis mensajes de amor y hagan que mi Inmaculado Corazón, que está ardiendo de
amor, sea conocido por todos los niños del mundo, sufrirán dolores. Pero sus almas serán purificadas y se harán
más fuertes, igual como el oro se purifica en el fuego. Si me siguen con unidad entre ustedes, lo
que han perdido en el mundo se convertirá en alegría al ganarme a mí....
Deseo realizar milagros de amor a través de ti que eres indigna. Con toda su fuerza, traten de obtener
(alcanzar) mi amor por medio de la unidad entre ustedes. Siempre estaré con ustedes.
Agosto 27, 1991
- En la mañana
Después de la Misa matinal, entré en la Capilla cerca de las 6:40
a.m. La estatua de la Santísima Madre
se veía muy triste con sus ojos congestionados con sangre. Pensé que iba a comenzar a llorar.
Cerca de las 7:40 a.m., cuando un sacerdote, mi esposo y un *hermano
estaban ofreciendo velas, las lágrimas comenzaron a fluir en la estatua. El sacerdote tomó la mano de la Santísima
Madre y lloró. Entonces, la estatua se
puso muy brillante, conforme unos rayos de luz iban saliendo de la corona de la
Santísima Madre, una voz amorosa salió de la estatua. (*En Corea, los laicos son con frecuencia llamados hermanos y
hermanas).
LA SANTÍSIMA MADRE:
¡Mis hijos escogidos! Ahora es
el tiempo para la purificación.
Sostengan mis manos de ardiente misericordia fuertemente. En realidad no son ustedes los que sostienen
mis manos, sino que soy Yo quien los he llamado y estoy sosteniendo sus
manos. Ahora renuncien a todo, síganme
completamente y practiquen y difundan mis mensajes de amor. Entonces, a través de ustedes, que piensan
que son indignos y pobres, grandes milagros de amor más allá de la imaginación
de todos serán realizados.
¡Oh, mis queridos hijos! Muchas
gracias por ofrecerse completamente.
Pero muchos hijos se están dispersando.
Para reunirlos otra vez con el amor de mi Inmaculado Corazón, ustedes
deben construir la Basílica rápidamente.
Apúrense con un corazón fiel.
Yo, que soy la Asistente en la Redención, sinceramente deseo que todos
los hijos dispersados se arrepientan, se purifiquen y se ofrezcan ellos junto
con sacrificios y expiaciones.
Entonces, Yo haré que ustedes sean las gloriosas guirnaldas de flores
del Señor.
Al terminar de hablar, la luz desapareció y se hizo el silencio.
Agosto 27, 1991
- En la tarde
Yo estaba rezando con el sacerdote, el hermano (ambos habían rezado
conmigo en la mañana) y con otros veinte peregrinos. Cerca de las 12:30
p.m., la Santísima Madre comenzó a amonestarnos con angustia _con una
suave y amorosa voz.
LA SANTÍSIMA MADRE:
¡Mis amados hijos! Escuchen
bien. Les ruego. Ahora es el tiempo de la purificación, pero
muchos hijos están confundidos por las palabras que no vienen de Dios. Mi enemigo, el demonio, está promoviendo
confusión y división en muchos lugares del mundo al engañar a la gente con
trucos y aún con fenómenos aparentemente sobrenaturales. Él realiza muchos trucos no comunes que
pueden confundir aun a la gente buena.
Para rápidamente reconocer la violencia del demonio en sus intentos y
para venir al refugio de mi Inmaculado Corazón, deben construir la Basílica del
Arca de Salvación de María rápidamente.
Ayúdenme.
Deben rezar y amar con más fervor para que todos eviten condenarse y ser
salvados. Yo les ayudaré. Igual como a Daniel, que se enfrentó a la
muerte en la jaula de los leones, fue salvado por Dios, cuando buscó la
justicia de Dios y le confió todo a Él, así el demonio intentó derribar a
Gorbachev de Rusia y llevar al mundo a la destrucción, pero fue salvado de las
manos del demonio, y el mundo fue salvado de la destrucción, porque él buscó la
justicia de Dios y caminó por el camino de la justicia y porque las pequeñas
almas ofrecieron constantes oraciones y sacrificios.
No te preocupes, pero sígueme con total confianza en mí. El Señor reconstruirá sobre la destrucción
del demonio y curará las heridas. El
mundo se está volteando en mi contra, ofendiéndome y lastimándome, pero hay
pequeñas almas fieles que están rezando a mi lado. Por lo tanto, combinen sus oraciones y logren la unidad. Cuando las oraciones fervorosas de las
pequeñas almas alcancen el Cielo, la justa ira de Dios será apaciguada. Recen y recen nuevamente.
Vine a este mundo como la Asistente del Señor para salvarlos en estos
tiempos de peligros. Cuando ustedes
renuncien a todo y me sigan completamente, mi papel como su verdadera Madre y
la Asistente del Señor para salvar al mundo pronto será claramente
manifestado.
La razón de que yo haya sido escogida para ser la Asistente del Señor
fue para darles la oportunidad de salvación a todos. Tengan presente que ustedes también fueron escogidos para ser mis
asistentes. Acepten bien mis palabras
para que se salven todos juntos.
Ofrézcanse totalmente, recordando a Mi Hijo, Jesucristo, Quien fue
ofrecido como un sacrificio viviente.
Yo les daré la prenda de mi fragancia con el amor de mi ardiente
Inmaculado Corazón.
En ese momento, hubo una fuerte fragancia de rosas, y la estatua de la
Santísima Madre estaba sonriendo felizmente.
Septiembre 17, 1991
Comencé a rezar en la Capilla cerca de las 11 p.m. con hermanos y
hermanas que habían sentido un amor especial por Santísima Madre. Le rezamos con fervor a la Santísima Madre
por el mundo corrupto, por los sacerdotes y religiosos y por las muchas almas
que habían caído en desórdenes a causa de sus indiscreciones (imprudencias).
De repente un objeto negro se apareció arriba de nosotras. Entonces una luz salió del crucifijo encima
de la estatua de la Santísima Madre y envolvió la estatua. En ese momento, una luz salió de la estatua,
derritió el objeto negro y brilló sobre todos los que estaban rezando. La luz era tan intensa que caí al suelo y
escuché la suave voz de la Santísima Madre llena de amor.
LA SANTÍSIMA MADRE:
¡Mis amados hijos! Síganme sin
preocuparse. El Señor los escucha
porque quiere ayudarlos, y les otorgará Su Amor. Cuando ustedes me sigan, creyendo totalmente en mis palabras, se
logrará todo. Desde Corea, el cual es
mi hijo más joven y a quien amo tanto, haré que mi amor y victoria se difundan
por todo el mundo.
Ahora es el tiempo. Quédense
despiertos y recen. Muchas almas van
camino del infierno con motivo de la astuta violencia del demonio, el enemigo
de la Cruz, pero Yo extiendo mi manto y estoy esperando su regreso, porque los
amo a todos.
¡Mis queridos hijos! Escuchen
bien mis palabras. Volteen a ver la
historia, cuando la gente no escuchaba las muchas advertencias dadas por
Dios. ¿Qué le pasará a este tiempo, si
gente, como la gente del pasado, permanece indiferente a/o rechazan las
Palabras de Dios y mis mensajes de amor?
Guarden en su corazón las palabras de esta Madre, que es la Asistente en
la Redención, y ofrezcan aun aquellos dolores que provocan sangrado dentro de
ustedes.
En estos tiempos de aridez _tiempos de un desierto sin fin, la victoria
se puede alcanzar solamente por medio del amor. Cuando amen, también deben derramar algunas lágrimas. Las lágrimas ayudarán a las semillas a dar
buenos frutos y también ayudarán en la absorción de la nutrición celestial de
las almas que están hambrientas y que les han quitado su vitalidad a causa de
la delincuencia.
¡Hijos! Todas las almas que
llegan al Seno de Dios disfrutarán eterno amor, paz y alegría en el Amor de
Dios. Pero aquellos que traicionan sus
gracias, son malagradecidos e insultan al Espíritu Santo serán separados de
Dios para siempre.
Satanás está tratando con todas sus fuerzas de promover una tendencia al
desprecio de las Santas Leyes del Señor, pero mi ardiente Inmaculado Corazón
alcanzará la victoria, cuando los sonidos de las oraciones de las pequeñas
almas a mi Inmaculado Corazón lleguen al Cielo. Ustedes ciertamente verán mi victoria.
¡Ahora, Hija! Grita. La victoria de mi Inmaculado Corazón está
cerca. Pronto verás el día cuando yo, a
través de ti, que eres indigna, convertiré a los hijos que no me conocen,
abriré los ojos de las personas que no creen y silenciaré a los críticos.
De repente, en frente de mí, se puso muy brillante, y había música de
una banda militar. Vi muchos ángeles
bailando en un círculo con gardenias de rosas.
Escuché la música pero no podía ver la banda. Los ángeles parecían unas niñas y tenían alas sobre sus
hombros. Las alas no eran como las de
los pájaros, pero parecían estar hechas de una tela azul hermosa y
brillante. Los vestidos y las alas de
los ángeles hacían olas al mover sus hombros.
Su belleza estaba más allá de toda descripción.
Entonces, vi a un hombre con un ángel a su derecha y un objeto negro
difícil de reconocer (demonio) a su
izquierda. Cuando rezaba con sinceridad
desde su corazón, el ángel ofrecía una rosa fresca al Cielo, pero cuando rezaba
superficialmente (de dientes para afuera) el ángel ofrecía una rosa
marchita. Los ángeles guardaban las
rosas frescas separadas de las marchitas.
Cuando el hombre hacía sacrificios y expiaciones, perdonaba y se
reconciliaba con otros y ofrecía toda su vida con un corazón alegre, se
ofrecían rosas frescas, pero cuando solamente estaba soportando (las
dificultades) y le faltaba amor, se ofrecían rosas marchitas. Cuando hacía buenas obras, se acumulaban las
rosas en el Cielo, pero cuando hacía mal y criticaba a otros, el demonio se
alegraba y arrojaba las rosas, que se habían acumulado en el Cielo, en los
fuegos ardientes del infierno, una tras otra.
Dios puede hacer todo Él mismo, pero Él actúa por medio de los
sacerdotes y laicos. De igual manera,
el demonio también hace su trabajo por medio de los humanos. Por lo tanto, el emplea todo tipo de métodos
al usar a la gente a nuestro alrededor para hacer que estemos enojados,
resentidos, incapaces de perdonar y cometamos muchos (más) errores.
LA SANTÍSIMA MADRE:
¡Hija! ¿Viste eso? El bien y el mal coexisten dentro de ti,
porque tú ángel guardián y el demonio se enfrentan el uno al otro: el ángel
ayudándote a hacer obras buenas y el demonio causándote dolor y tentándote para
que hagas el mal todo el tiempo. El
ángel guardián almacena rosas una por una en la bodega de tesoros en el
Cielo. Por lo tanto, cuando una alma
ofrece muchas obras buenas al ofrecer oraciones y hacer sacrificios y
reparaciones, se acumulan muchas rosas.
Cuando esa alma sube al Cielo,
los ángeles hacen una guirnalda con las rosas y bailan sosteniéndola. Los ángeles también le dan la bienvenida al
alma con música majestuosa.
Pero, aun si se acumularon las buenas obras, el demonio quemará las
rosas en el fuego del infierno al ir sacando las rosas de la bodega de tesoros,
cuando se cometen obras malas. Porque
uno va al infierno solamente cuando ya no queda ninguna rosa, el demonio trata
por todos los medios posibles de ganar aunque sea un alma más para su lado y,
por lo tanto, formar su ejército.
Por lo tanto, ¡hija! No le des
ninguna oportunidad al demonio. Ármate
con amor y gana la victoria. No olvides
mis méritos sangrientos y el poder de la Sagrada Sangre del Señor, y toca a la
puerta siempre que sientas muy pesada la cruz.
Yo te abriré la puerta con alegría.
Las almas que se elevan a lo alto de la Cruz y se ofrecen amablemente
como víctimas al Señor son realmente las almas que glorifican al Señor y son
las almas pequeñas que están más cerca de mí.
Quiero que todos mis hijos sean totalmente humildes y que estén
fuertemente abrazados en mi pecho de amor igual como el Niño Jesús. Yo haré que ustedes difundan mi fuerte
fragancia de Maternidad a todas las esquinas del mundo.
Octubre 19, 1991
Se tuvo un servicio de oración nocturna recordando el quinto aniversario
de las primeras lágrimas de sangre de la Santísima Madre. Cerca de las 10:50 p.m., tuve una
visión. Había una gran multitud
corriendo en una dirección, ya que un hombre vestido de blanco y montado en un
caballo blanco los estaba persiguiendo con una espada de unas 25 pulgadas de
largo en su mano. La espada parecía una
pluma blanca. Al manejar la espada
entre la multitud, todos los que eran golpeados caían al suelo. Ellos luchaban por pararse pero no
podían. Había unas personas que no
cayeron. Ellos tenían la marca de la
cruz sobre sus espaldas similar a una “T”.
Se aparecieron los ángeles y los llevaron a un hermoso lugar como una
iglesia decorado con rosas. En ese
momento, se oyó la hermosa y amable voz de la Santísima Madre proveniente de la
estatua.
LA SANTÍSIMA MADRE:
Yo soy tu Madre que fue elevada al Cielo. Porque el demonio sabe bien que yo vine a este mundo a ayudarte,
él se esta poniendo más activo, usando todos los medios disponibles para
separarte de mí, tu Madre de Amor, y atacarte fanáticamente usando todo tipo de
planes astutos. Pero el Señor quiere
adelantar la fecha de la purificación para separar lo bueno de lo malo en
respuesta a las oraciones de las pequeñas almas que están trabajando para el
Señor y siguiéndome a mí.
Pronto serán los Tiempos de los Apóstoles del Sagrado Corazón de Jesús y
mi Inmaculado Corazón. En ese tiempo,
habrá muchos que se arrepentirán y llorarán.
Por lo tanto, apúrense. Las
almas que siguen al Señor cargando la Cruz, difunden y practican los Evangelios
y aceptan los mensajes de mi ardiente amor serán salvados y recibirán y
disfrutarán la vida eterna.
Cuando ella terminó sus palabras, todo se puso en silencio.
Noviembre 4, 1991
Nosotros (Padre Aloysius Chang,
tres asistentes y yo) visitamos al Padre Raymond en Anyang. Tuvimos largas pláticas y ofrecimos la
Misa. (A lo largo de las pláticas y de
la Misa, olimos una fuerte fragancia de rosas.
El Padre Spies luego nos dijo que la fragancia continuó durante tres
días más). Después de Misa, canté un
himno: El Arca de Salvación de María,
con el acompañamiento del Padre Spies en el órgano.
Tan pronto como se terminó el himno, caí al suelo. No podía ver a nadie, pero escuché al jefe
de los demonios, Lucifer, a quien ya había escuchado antes: No podemos dejar a esta viva porque está
interfiriendo con nuestras actividades.
Apurémonos y matémosla. No dejen
ninguna cicatriz en ella.
¿Entienden? Entonces se
oyeron muchas voces en respuesta: Sí
señor. Inmediatamente comenzaron a
golpearme, patearme, pisotearme y ahorcarme, y yo estaba luchando y
gritando.
"¡Señor! Te estoy ofreciendo mis sufrimientos. Que tú seas glorificado por medio de este
sufrimiento y que la Santísima Madre sea consolada también." Antes de terminar estas
palabras, el demonio me levantó y me arrojó al suelo diciendo, "¡Una terca! No te voy a dejar que te salgas
con la tuya esta vez." Él me ahorcó
otra vez y me golpeó en todo el cuerpo.
Yo estaba sangrando mucho y sentía mucho frío.
Lucifer dijo, "Te daré una
oportunidad. ¿Qué vas a hacer? Yo estaba cerca de morir y ni siquiera podía
hablar, pero recé en mi
interior. "¡Señor! Soy tuya viva o
muerta. Sólo quiero que el Señor sea
glorificado." Tantos demonios me
atacaron, golpearon y pisotearon que quedé inconsciente. Pronto surgió una luz del Cielo como si
fuera luz del sol calentándome. También
escuché la voz cálida, amable y angustiosa de la Santísima Madre.
LA SANTÍSIMA MADRE:
¡Hija! Ganaste una victoria
sobre el demonio al reunir las semillas del martirio y hacer que se
convirtieran en hermosas flores en tu corazón justo. Ahora es el tiempo de la lucha entre el Bien y el Mal. Las fuerzas del mal pronto harán enormes
maravillas, seduciendo a muchas personas.
Por esta razón, he seleccionado a un sacerdote (Padre Aloysius Chang) quien es un alma humilde, y le he llamado
para que trabaje por la unidad con el Padre Spies. Intento salvar a muchos hijos del desierto del mal y del pecado
por medio de mis sacerdotes, a quienes podría poner en mis ojos sin sentir
dolor. Por lo tanto, estoy sosteniendo
tus manos hoy. Con confianza, muestra
el poder del amor más vigorosamente y ofrece un servicio totalmente dedicado de
manera heroica.
Iluminemos el camino de adelante junto con esta Madre de Amor por las
almas que están cayendo en tentaciones.
Para ese propósito, construyan la Basílica del Arca de Salvación de
María juntando sus manos. Allí te
revelaré los secretos de mi Inmaculado Corazón para que sea una señal de
alegría, amor y paz a todos los que visiten la Basílica.
Deja que aun aquellos que están desesperados, deprimidos, llenos de
heridas y sufriendo de tribulaciones bajo las grandes presiones de sus
corazones áridos, pecados, odios, violencia y hábitos impuros suban a bordo del
Arca de Salvación de mi Amor. Yo los
envolveré en mi cálido manto y los ayudaré aun en medio de una muy fría
tormenta de nieve.
¡Mis amados hijos! Ahora
ofrézcanme con amor aun aquellas cosas insignificantes en sus vidas. Yo les daré el poder para trascender aun las
cosas más insignificantes. Cuando
ustedes ofrecen todo y beben las copas dolorosas de la cruz y del martirio con
amor, aun aquellos que se quedan abandonados en medio de los dolores de la
muerte, se arrepentirán y verán la luz en la oscuridad.
Desde esta pequeña tierra, una tierra que se hizo fértil con la sangre
de tantos mártires, la luz brillará sobre todo el mundo a través de mis
pequeñas y pobres almas. Mi Inmaculado
Corazón ciertamente triunfará en medio de la gloriosa victoria de Cristo.
Cuando la Santísima Madre dejó de hablar, la luz desapareció y se puso
en silencio todo.
Noviembre 25, 1991
Me llamó la Santísima Madre y tuve la fuerte sensación de que ella nos
indicaría el sitio para la Basílica del Arca de Salvación de María. Fui con siete de mis asistentes a la montaña
indicada por la Santísima Madre.
Ofrecimos una Misa en el lugar de acuerdo a sus deseos. Durante la Misa, salió una luz del
cielo. Yo no podía ver a la Santísima Madre
pero escuché su voz, que era tan hermosa, amable y angustiosa.
LA SANTÍSIMA MADRE:
Hay tantos hijos en el mundo como estrellas en el cielo y granos de
arena en la playa, pero solamente muy pocos me siguen. ¡Mis amados hijos! Los he llamado hoy para un propósito especial. Ya que la violencia de Satanás se está
incrementando rápidamente, los he llamado para que participen en el trabajo de
salvación del Señor para salvar a todos.
Participen en ese trabajo ayudándose los unos a los otros.
¡Mi amado Hijo (Padre Aloysius
Chang quien celebró Misa en la montaña)!
¡Un sacerdote a quien podría poner en mis ojos sin sentir ningún
dolor! A través de mi pequeña alma
escogida (Julia), yo te ayudaré a
crecer como a un infante envuelto en pañales para realizar sorprendentes
milagros de amor. Yo manifestaré la
gran gloria de Dios a través de ti en este lugar preparado por mí.
Ya que hay muchos hijos que no entienden el Infinito Amor de Dios y
andan errantes entre cosas superficiales, yo reuniré a hijos de todo el mundo y
les revelaré a ellos los fascinantes milagros de amor. Quiero que mi amada hija y ustedes, que son
sus hermanos y hermanas, unan sus manos y me den un servicio dedicado en la
unidad.
Después de que terminó estas palabras, lloré en voz alta y ofrecí una
oración de gracias para preparar el sitio para la Basílica del Arca de
Salvación de María. Mis asistentes
también lloraron conmigo y ofrecieron una oración de gracias.
Noviembre 26, 1991
Cerca de las 10 a.m., comenzaron los dolores y casi no podía moverme ni
abrir los ojos, pero fuimos a la montaña que la Santísima Madre me mostró en
una visión (la misma montaña a la cual
fuimos ayer).
En el camino, mantuve mis ojos cerrados a causa de los dolores, pero de
repente sentí que se puso brillante con amarillo y oro delante de
nosotros. Cuando abrí los ojos, había
un milagro del sol. Era cerca de las 4
p.m. Podíamos ver el sol sin
lastimarnos los ojos. El sol se puso
como una Hostia y estaba girando, rodeado de colores rojos, azules, amarillos,
oros y morados. Estos colores se veían
como flamas alrededor de la Hostia.
Además, había bolas de luz de color de oro formadas sobre la montaña y
flotando hacia el cielo una y otra vez.
Estábamos viendo todo esto con aclamaciones de alegría y de alabanza y
dándole gracias a Dios. Mis dolores
disminuyeron un poco después de ver el milagro del sol y pude subir la montaña
sin mucha dificultad. Tuvimos que pasar
por unos arbustos espinosos, pero fácilmente pudimos encontrar el valle que
había visto en la visión. Yo estaba
derramando lágrimas de alegría. En ese
momento, oí la cálida y amable voz de la Santísima Madre.
LA SANTÍSIMA MADRE:
Escarba un manantial aquí para que los hijos de todo el mundo puedan
beber de él. Llamaré a los hijos de
todo el mundo para que laven aquí lo sucio de sus almas y sus cuerpos. Porque no quiero que se condene ni un alma y
vaya al infierno, invitaré a todos a venir y beber de la Fuente Milagrosa del
Arca de Salvación de María con el fin de convertir aun a los peores
pecadores. Apúrense. Mientras el mundo corre hacia un decaimiento
moral, todos los hijos del mundo sabrán pronto que soy la Mediadora de las
Gracias.
Empecé a llorar en voz alta, al recibir la respuesta que había estado
esperando tanto tiempo de mi Madre.
Bebimos el agua de la fuente en la montaña. En ese momento, desaparecieron todos mis dolores y sentí como si
pudiera volar. Le dimos gloria a Dios y
le cantamos alabanzas. Un rato después,
empezamos a bajar de la montaña llenos de alegría, aun cuando ya estaba muy oscuro.
Noviembre 28, 1991
Cuando me llamó la Santísima Madre, salí de Naju con mis asistentes
cerca de las 10:30 a.m. Primero,
llegamos al sitio de la Fuente Milagrosa del Arca de Salvación de María y
rezamos allí. Entonces, fuimos al sitio
para la Basílica. Como ella lo había
prometido, la Santísima Madre mostró el milagro del sol desde las 3 p.m. La Misa empezó a las 3:15 p.m. y el milagro
continuó durante toda la Misa, con el sol viéndose como la Hostia y girando y derramando
luz sobre nosotros. En el momento de la
consagración del pan y del vino, la luz del sol nos estaba llegando. Después de recibir la Santa Comunión, recibí
una fuerte luz y entré en éxtasis.
En una visión, oí muchos gritos.
Me sorprendí cuando vi en la dirección de los gritos. Había tantas personas forcejeando en un
lugar parecido a un pantano. Entonces,
se apareció un gran barco con la Santísima Madre abordo. Ella tenía puesto un manto azul y un rosario
en su mano. Cuando la gente se arremolinaba
y forcejeaba alrededor del barco, la Santísima Madre los rescataba de uno en
uno. Tan pronto como subían abordo
¡quedaban limpios! La bandera en el
barco decía: "El Arca de Salvación de María."
Mientras veíamos todo esto, la Santísima Madre nos vio y nos llamó.
LA SANTÍSIMA MADRE:
¡Apúrense! Vengan y ayuden. Los escogí a ustedes de las tormentas
peligrosas del mundo, porque necesitaba su ayuda.
Inmediatamente nos subimos a bordo del barco y empezamos a rescatar a la
gente junto con la Santísima Madre.
LA SANTÍSIMA MADRE:
¡Oh, mis queridos hijos!
Gracias. Ahora que ustedes están
sosteniendo mis manos, llegarán al Cielo con Fe, Esperanza y Amor. Apurémonos y empecemos nuestro trabajo. El comienzo es importante. Una vez empezado, habrá dificultades
también, pero el Señor los protegerá desde el principio hasta el fin. Humildad, amor y consagración son el
cimiento para todas las buenas obras.
Comiencen con más humildad.
Si ustedes creen que las buenas semillas darán el ciento por uno de
fruto y trabajan confiando todo a mi Inmaculado Corazón, entonces se construirá
la Basílica del Arca de Salvación de María.
Realmente se deben apurar. Esto
es porque necesitamos alejar del camino del infierno aunque sea un alma más de
las que están cayendo en las guerras, la avaricia y el egoísmo y acercarla al
justo camino de Dios. Si ustedes me
siguen con una total confianza en mí, entonces tendrán la llave a mi Inmaculado
Corazón.
Cumplan mis palabras rápidamente.
Ya no puedo esperar más. Ustedes
verán las llamas de mi Inmaculado Corazón cegando a Satanás y realizando
milagros de amor en unión con ustedes, los que han sido llamados, igual como el
Señor convirtió el agua en vino en las bodas de Caná.
Ahora, le pediré al Señor que les dé una fuente milagrosa aquí para que
yo pueda lavar su alma y su cuerpo.
Pronto este lugar será un reino de amor y un lugar de salvación bajo la
combinación del Sagrado Corazón de Jesús y mi Inmaculado Corazón, algo que será
muy difícil de encontrar en algún lugar del mundo. Pronto habrá aquí constantes rayos de luz viniendo del Sagrado
Corazón de Jesús y de mi Inmaculado Corazón.
La gente olerá la fragancia de rosas y beberá el agua de la vida eterna
de la Fuente Milagrosa. Dejaré que
todos se queden en mi amor.
Pero no importa con cuantos deseos los llame, no servirá de nada, si
ustedes no responden, ya que el Señor les dio el libre albedrío. Los hijos amados que respondan al llamado
del Señor disfrutarán de una eterna felicidad celestial y se les dará una
hermosa ropa de Gracia Santificante.
Quédense despiertos y recen, siguiendo al Señor quien ofreció los más
nobles sacrificios por nosotros.
Aquellos que caminan con orgullo pronto inclinarán sus cabezas y se
harán más respetuosos, siguiendo tu
ejemplo.
Diciembre 5, 1991
La Santísima Madre quería una Misa en el sitio para la Basílica el
mediodía de hoy. Diez personas fueron a
la montaña, pero todos estábamos mirando el milagro del sol desde el mediodía y
empezamos la Misa quince minutos tarde.
El sol estaba irradiando muchos colores sobre nosotros y sobre el sitio
para la Basílica. El sol se convirtió
en una imagen de la Hostia y estaba girando con muchos colores alrededor: rojo,
azul, morado, amarillo, naranja, verde claro, violeta, y otros. Entonces vimos una columna de una fuerte luz
emitiendo diferentes colores y conectando al Cielo con la tierra.
Después de la bendición del sacerdote, la Santísima Madre, sosteniendo
al Niño Jesús, se apareció cerca del sol.
Era algo tan fascinante, porque parecía como si la columna de luz que
conectaba al Cielo con la tierra estuviera erigida allí por las manos del Niño
Jesús y la Santísima Madre. En ese
momento, se escuchó la amable y dulce voz de la Santísima Madre desde el
cielo.
LA SANTÍSIMA MADRE:
¡Mis amadas pequeñas almas! El
sol es luz. El Señor quien vino como
Luz está derramando luz sobre ustedes al abrir el Cielo. Estas señales del Cielo significan el
Misterio de Salvación. También
significan que el Señor está con ustedes y que los bendice a ustedes y a esta
tierra. Significa que mi victoria se
está realizando en ti, quien me obedece en forma sencilla, en esta tierra de
amor iluminada por la Luz del Señor de acuerdo a la voluntad de Dios. De esta manera, la oscuridad de la maldad
impregnada con errores, con el egoísmo que evita la auto renunciación, con
pasiones y con todo tipo de pecados y suciedad será expulsada.
¡Mis queridos hijos! Se acerca
el glorioso día de la victoria para mi Hijo Jesús en medio del Sagrado Amor de
la Misericordia. Por esta razón, la luz
celestial se ira haciendo más brillante cada día a través de ti quien me ha
respondido. Confía en mí totalmente y
únanse los unos a los otros para salvar a este mundo.
La luz continuó cayendo sobre nosotros, aun después de que la Santísima
Madre terminara de hablar. El milagro
continuó hasta la puesta del sol. "¡Señor!
Gloria, alabanza y gracias a Ti!"
|