Mensaje de Amor
de Dios Padre
recibida por
Julia Kim el 18 de Abril de 2014, el
Viernes Santo
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Al empezar el
tiempo de Cuaresma, desde el miércoles de Ceniza, me aumentaban los dolores.
Repentinamente desde las 3 de la tarde del Viernes Santo, al comienzo del Vía
Crucis, comencé a sentir mucho dolor y empezó el sufrimiento de reparación del
aborto. Cuando llegamos a la 11º estación sentí mucho dolor en mi corazón, al
meditar la escena, donde los soldados estaban clavando brutalmente a Jesús en
medio de burlas e insultos de la muchedumbre, entonces escuché el violento ruido
del martillo que parecía como si estuvieran rompiendo mi
oído.
Al decir apenas
sinceramente, “Señor, yo también voy a participar de estos dolores, para que
salve a todos estos hijos”, sentí que se rompían mis huesos, agujereándose mis
manos y pies. Grité sin darme cuenta y caí perdiendo la conciencia. Me levanté
difícilmente con ayuda, pero tuve la conciencia confusa, hasta casi no saber
donde estaba. Encima por los dolores de la reparación del aborto, me dolía tanto
la panza, que no podía estar de pie, apenas caminaba con ayuda hacia la 12da
estación.
En la 12da
estación, levantado alto Jesús clavado en la Cruz, un soldado romano le atravesó
con una lanza el costado hasta el corazón. Otra vez grité y me caí, porque
también participé en ese dolor. En ese momento clamé al Señor, “Dios, recibe mi
alma incapaz y que salve este mundo”, y Dios me dijo,
“Mi amor, alma pequeña que procura de corazón y con fuerza
hasta agotarte, ven aquí.” tomando mi mano dijo, “Por Mí, tú me entregaste todo lo tuyo esperando solamente la
salvación del mundo y la conversión de los pecadores, aunque la gente del mundo
dice cualquier cosa, tú eres realmente una estrella del alba
luminosa.” “Soy muy incapaz y
humilde pecadora, y algunas veces quise escapar, pero si he hecho alguna cosa
bien, ese era mi deber.”
“Tú siempre te humillas diciéndote incapaz y humilde. Tu
virtud que ha llegado a la perfección, pero no te enorgulleces, por tu humildad,
y esa humildad es parecida a la de María que la llamas mamá. Así tu oración de
amor ofrecida hermosamente hasta los terribles dolores, para salvar a los
sacerdotes corriendo hacia el infierno, no rindiéndote ni por un alma, eligiendo
el camino de recibir maltrato, rendida como verdadero pueblo mío, ésta oración
de amor es realmente amar a los enemigos. Sin embargo tú confiesas todos los
días aún cosas veniales para venir a Mí sin defecto, mancha, ni
arruga.
¡Bebé!
Tú ofreces hermosamente los terribles dolores, como sacrificio y reparación, que
tienes que recibir para traer al Cielo santificando a numerosas almas pequeñas
que te encargué y para la conversión de ellos, tercos, como el pueblo Israel,
por eso Yo te llamo como pequeña alma que haces con todo el corazón y fuerzas,
hasta agotarte. Hasta los hijos que Yo llamé especialmente para ayudarte a ti,
por la salvación del mundo, no pueden abandonar ahora sus egos y esto lastima tu
corazón. Pero no te reproches a ti misma, porque al final ellos también se
convertirán por tu sacrificio y anhelo, y te ayudarán a salvar muchas almas.
Tengo algo para mostrarte. ¿Quieres ver?” Yo contesté, “Sí, muéstrame.” “Bueno, te muestro. Mira.”
Apenas terminó
de hablar Dios, se aclaró mi frente y mirando asustada, se veía el trono
brillante de Dios. Dios, Quien estaba tomado de mi mano, con su larga barba muy
iluminada, de repente estaba sentado en el trono mirándome sonriendo. Al lado, a
su derecha, Jesús agitaba la mano derecha sonriendo de oreja a oreja, y al lado
de Jesús, la Santísima Madre me recibió con una sonrisa. Además muchos ángeles y
todos los santos del Cielo, incluyendo los santos anónimos, me recibieron con un
aplauso, especialmente el santo Kim Dae Gun Andrés, San Francisco y también el
padre Pio, me saludaron con la cabeza. También el Papa Juan Pablo II y el
arzobispo Bulaitis, me saludaron con mucha alegría, incluso el padre Santos, que
fue testigo del 1er milagro Eucarístico y el padre Philip Su, estaban sonriendo
ahí.
Dios le hizo a
un ángel mostrarme varios lugares hermosos del Cielo. En un lugar había muchos
libros amontonados y al lado había muchos árboles de Vida. Desde un libro
grande, que estaba como en una hermosa bandeja de piedra preciosa, irradiaba muy
hermosamente una luz de varios colores. Ese libro era el Libro de la Vida y los
demás libros, que había muchos amontonados, eran los del delito, eran
incontables.
Entonces el
ángel dijo, “Cuando las personas purificadas con la Sangre del Cordero, quienes
se arman con las 5 espiritualidades y viven de acuerdo a la Palabra de Dios, se
hacen producir los frutos en el Árbol de Vida y se escriben sus nombres en el
Libro de Vida, y esas personas van a gozar del Cielo.
Sin embargo, las
personas que cometen abortos, matan, no cumplen los 10 mandamientos o
especialmente juzgan al prójimo, critican, crean discordia con mentiras, no sólo
su delito, sino hasta los pecados que hicieron pecar a otras personas, se anotan
en los libros del delito. Y cuando en el último día en el que el Señor juzga por
lo escrito en el libro, sin faltar ninguno, agregará los castigos que
corresponden. Así ellos ocuparán el mar del fuego sulfúrico en donde los gusanos
abundan.”
El ángel me
mostró otro lugar y dijo. “Dios, es Amor, abre ampliamente la puerta de
misericordia, que no siendo juez, si se arrepienten, aún hasta el terrible
pecador, lo deja entrar. Pero si rechaza entrar por la puerta de la Misericordia
abierta ampliamente hasta el fin, tiene que pasar por la puerta de
Justicia.”
En el Cielo no
necesitaban ni luz eléctrica ni sol, porque está el Cielo lleno de una hermosa
luz radiante que salía de Dios, Quien es Luz. Ese ángel me invitó a ver el agua
del pozo, tan limpia que ilumina transparentemente como un cristal. Ahí corría
el Agua de Vida inagotable, eternamente. Él me invitó a tomar y bebí el Agua,
era el mismo sabor que el ‘Agua de Gracia’ que nos dio la Santísima Madre de
Naju.
Yo quería
saludar respetuosamente agradeciendo pero el ángel me dijo, “No haga eso, yo
como usted, profetas o como las personas que cumplen la Palabra escrita en este
libro, somos los mismos servidores trabajando para Dios. Sólo a Dios salude
así.”
Al terminar de hablar el ángel, el Dios Padre
dijo, “¡Mi amada pequeña alma! Yo te mandé al mundo ya
varias veces, salvando tu vida de la muerte para utilizarte. Pero estoy cansado
ahora por los hijos que no me escuchan. Quiero que veas este mundo
descontrolado.” Y enseguida extendió las terribles escenas del
mundo.
El mundo era una
oscuridad a sí mismo. Este mundo ya perdió la moralidad y las leyes. No les
importa cometer el pecado de la lujuria de día o de noche, sin distinguir entre
hombre, mujer, mayor o menor de edad, incluso olvidando la relación de la propia
sangre. No podía ver con los ojos abiertos las horribles escenas y se me ponía
la piel de gallina.
Y estaban
rebalsando los pecados de juzgar con la boca, sin distinguir hombre, mujer,
gente mayor o menor, rico, pobre, noble, humilde. Los diablos de discordia que
están yendo y viniendo de esta persona a aquella persona, instigando a juzgar y
criticar a la gente con lo que no existía. Cada vez que criticaban, juzgaban y
hacían discordia, salían gusanos desde las bocas. Y cada boca que juzgaba,
criticaba y hacía desunir aumentaban los gusanos y andaban arrastrándose pegados
entre la gente. Entonces los diablos que causaban la desunión, saltaban con
alegría. La escena era tan horrible que di un grito
lastimoso.
Además se
permitían muchos otros pecados, pero el más severo de ahora era la lujuria y
juzgar. Con esta causa muchas almas corren no al purgatorio, sino, al infierno,
el camino hacia el purgatorio era tranquilo, pero en el camino hacia el infierno
ya se pusieron en fila.
Los ricos
querían acumular más bienes por cualquier medio, los altos funcionarios querían
subir más alto sin límites, mientras van dominando, las personas soberbias, se
hacen más soberbias, sin darse cuenta que eran orgullosos de sí mismos,
envidian, odian, critican, calumnian, crean discordia sin fin. Me daba tanta
lástima, por ver tantas almas que iban luchando por ir primero al infierno, sin
darse cuenta que a sí mismo estaban yendo hacia el infierno. Entonces Dios
dijo.
“Si fueras como Yo, ¿qué harías? ¿Solo mirarías este mundo
descontrolado? “¿Querías bajar castigos?” Yo dije llorando, “Es muy
razonable que este mundo sea castigado. Sin embargo por ver al Papa que siendo
alma pequeña y los seguidores de su voluntad, y a estas pequeñas almas orando en
Naju, no los castigue por favor.” Dios contestó “Bueno, por existir un alma pequeña como tú, obedeciendo de
todo corazón y con toda su fuerza y alegría, no puedo castigarlo. Quiero bajar
el castigo en este mundo lleno de pecados pero mi pequeña alma, en quien tengo
más confianza, entregada hasta su vida generosamente, me está rogando a Mí con
lágrimas, Yo no puedo ni bajar mi mano de Justica levantada bien
alto.
Si
quieres que sea salvado el mundo, ve al mundo otra vez y trabaja por la
conversión de pecadores. Difunde en todas partes, para que se armen
perfectamente todos los hijos en este mundo con las 5 espiritualidades que
claman en Naju. Esa es la última arma para que sean salvados. Como Mi Hijo Y
María decían inquietante, la oración de vida que entregan de todo corazón,
armados enteramente con las 5 espiritualidades, es la oración sublime de caminar
hacia el Cielo como un alma humilde, llenando el abismo entre Mi Grandeza y
vuestra pequeñez.
¿Cómo
puede santificar uno su alma recitando, rezando formalmente, sentado quieto? La
oración de vida entregada de corazón, en todo momento despierto, es la oración
terminada a través de tu amor con sacrificio y reparación, en tu vida con Mi
Misericordia sin límite, no tengas preocupación nada y apúrate a levantar y
difundir al mundo.” “Padre, no
quiero, no voy a volver al mundo. Por ser incapaz, mucha gente y hasta los
sacerdotes cometen errores. Si no existo, no van a pecar por mí.”
“Niña, por ti como una pequeña alma, no hago descender el
castigo al mundo. Si no quieres volver, no queda otra que castigarlo. Conozco tu
dolor de corazón, pero déjate de mimar y vuelve.” “No quiero igual, soy
muy incapaz, por eso no puedo hacer lo que quiero.” “Bebé, aunque tú solamente respiras, estás haciendo una gran
parte para salvar almas, no seas terca sabiendo bien que esa es la oración
sublime de 5 espiritualidades. Tú sabes bien que han de ser salvadas muchas
almas, con la gracia de arrepentimiento a través de los dolores de reparación
que recibiste hoy, ¿no?” “Padre, solamente soy una pecadora incapaz.”
“Sí, sí, por obrar confesando que eres pecadora
realmente, por eso te digo que tú eres Mi súbdita más confiable haciendo todo de
corazón y con toda tu fuerza hasta agotarte.”
“Entonces ¿habrá
otro sacerdote para asesorarme tan incapaz?” “Si
realmente los sacerdotes despiertos, podrán convertir el mundo. Desde chiquita
Mi Hijo te dirigió invisiblemente, salvándote de la muerte acercada por cáncer y
hasta ahora ¿no te estaba guiando? ¿Quién puede ser mejor que Mi Hijo? No te
preocupes por nada y vuelve al mundo e informa más vigorosamente las 5
espiritualidades, perfeccionada por tu vida, practicada en el horno de los
dolores, especialmente la oración de vida. Por lo tanto desde ahora los
sacerdotes tienen que exclamar la oración de vida como encabezado. Ahora recibe
la luz de Mi Misericordia.” Así dijo y me iluminó.
Entonces se
quitó la cortina negra y se abrió la puerta del Cielo, e irradió la hermosa luz
de la Misericordia, e iluminó a todas las personas que rezaban en el Vía Crucis
en la montaña de la Virgen. Dios dijo otra vez, “Por
la salvación de los hijos del mundo, informa a los cleros, religiosos y a los
hijos, que han sido llamados especialmente.” “Sí,
Padre.”
“Tú sabes bien la palabra que no saben ni Mi Hijo ni los
ángeles el día y la hora. Así es. Si no despiertan, mientras van cantando el
tiempo de tranquilo, no haciendo caso a Mi Palabra y las palabras repetidas por
Mi Hijo Jesús y María, hasta mostrándoles los milagros inmedibles, que jamás han
oído, Mi mano levantada bien alto, bajará y será un mar de fuego este mundo. Se
destruyeron Sodoma y Gomorra por el fuego sulfúrico, y cuando Noé hizo el arca
las personas que no le dieron atención a Mi Palabra a través de Noé, todos
murieron en el agua, que no lo olviden,
y estén despiertos todos mis hijos.
Aunque
Mi pequeña alma grite hasta agotarse, si siguen juzgando, criticando, haciendo
discordia y falsos testimonios, y no saliendo del pecado de lujuria, por no
arrepentirse este mundo, estará lleno de gusanos en todos los valles. En el
infierno no tienen fin el castigo, los muerden los gusanos, que no mueren en el
fuego eterno y tampoco se apagará el fuego que los quema.
Que
sean consoladores para Mi alma pequeña, es Mi súbdita más confiable, para que
sea salvado todo el mundo, entendiendo claramente y gravemente lo que Yo, el
Dios de Misericordia, les di una oportunidad más para vencer con amor unidos con
mi pequeña alma que procura hasta agotarse. Eso es justo lo que me consuela a Mí
también. Porque ella, que ha sido llamada en el rol grande por la salvación del
mundo, padece clavada junto a Mi Hijo Jesús, en el Calvario.” Después dijo, “¡Amada bebé! Levántate ahora”. Y Dios sopló su aliento en mi boca, y me
incorporé, cuando la panza que estaba repleta por la reparación de abortos, se
normalizó sin darme cuenta.