Vida Consagrada
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Enero 6, 1996
Cerca de las 10:30 p.m., mientras rezaba el rosario durante una vigilia
nocturna en observación del Primer Sábado, oí la amorosa y dulce voz de la
Santísima Madre proveniente de su estatua en la Capilla.
LA SANTÍSIMA MADRE:
¡Queridos hijos que han sido llamados por mí! Recen con una mayor sinceridad y con amor. Por medio de las oraciones que ustedes
ofrecen juntos esta noche, que ha sido separada (por ustedes) para estar
conmigo, el demonio, que te está afligiendo y está causando confusión por medio
de decepciones para que hasta los hijos que han sido llamados por mí puedan ser
separados de mi amor, puede ser rechazado.
El demonio, el enemigo, está confiado en que él ya ganó la victoria en
la Iglesia. Pero, como yo siempre estoy
contigo, Yo, tu Madre Celestial, ofreceré el Papa, quien es el primer hijo de
la Iglesia, y ustedes al templo del Señor como (lo hice con) mi Bebé Jesús y
derramaré aceite fragante de bálsamo sobre sus cabezas para que ustedes se
salven, si es que ustedes caminan por el camino de la niñez espiritual y
cambian sus vidas con humildad y como personas pequeñas de acuerdo a las
enseñanzas en los Evangelios y mis mensajes de amor.
¡Los sacerdotes e hijos a quienes he llamado! Si ustedes siempre me siguen a mí, que soy su Madre Celestial y
el hilo que une el Cielo y la tierra, yo los aceptaré, los protegeré y
prepararé un refugio para ustedes el cual los hará más fuertes y firmes. Por lo tanto, rápidamente difundan mis mensajes
de amor a los numerosos hijos que andan errantes en la oscuridad.
Mi Hijo Jesús está en el Cielo, pero también está presente en la tierra
con Su Cuerpo, Su Sangre, Su Alma y Su Divinidad, mientras oculta Su Dignidad,
Humanidad y Divinidad. Jesús en la
Santa Eucaristía los conducirá al pináculo de la oración.
¡Hijos! ¡Mis amados hijos! Dense cuenta que el Amor de mi Hijo Jesús y
el mío, su Madre Celestial, está penetrando sus almas, corazones y seres, y
confíen completamente (en Nosotros) con fe y confianza. Sus sangrientos sacrificios, reparaciones, y
oraciones de amor son necesarias para
la victoria de Mi Hijo Jesús y mi Inmaculado Corazón. Por lo tanto, recen y cumplan mis deseos rápidamente. Aun si
empeora la oscuridad y los pecados se extienden por doquier, mi ardiente Inmaculado
Corazón despedirá luz con más brillo, y ustedes serán salvados por medio de las
gracias y se ganarán el Cielo si practican mis mensajes de amor.
Junio 27, 1996
Durante la reunión de oración de la Hora Santa en reparación de los
insultos que Cristo ha recibido, oí la dulce, amorosa y hermosa voz de la
Santísima Madre.
LA SANTÍSIMA MADRE:
¡Hijos que han respondido a mi llamada! Gracias. Bendigo a todos ustedes
que se han reunido esta noche para hacer reparación por los insultos que ha
recibido mi Hijo Jesús. Quizás ustedes
todavía no saben qué tan importante es la gracia que han recibido, pero lo
entenderán después.
¡Hijos! ¡Mis amados bebés! Estos son tiempos de una gran degradación,
más corruptos que en tiempos de Noé y del Diluvio y en los tiempos de Sodoma y
Gomorra. Por esta razón, un gran
desastre está por venir, pero se está demorando el envío de la ira de Dios
porque ustedes se están reuniendo y rezando juntos de esta manera. Abran sus corazones completamente y acepten
la gracia con humildad y mansedumbre. No importa cuánta gracia yo les conceda,
ustedes no la pueden recibir a menos que abran sus corazones completamente.
Puede haber almas cerca de ustedes que han recibido gracias pero que les dieron
la espalda. Cuida que nadie sea
olvidado ni entregado, porque tienen que vencer las tentaciones que luego
causan decepciones y rechazar todos los compromisos que se están haciendo en el
espíritu secular.
Aun el pecado más pequeño, esto es, un pecado venial, arroja una sombra
sobre la inocencia del alma y la daña al disminuir su luz pura. Pero numerosos hijos en este mundo están
descuidando hacer la Confesión aun cuando están en pecado mortal. Por esta razón, el mundo (la especie humana)
va decayendo por la corrupción como una marejada y está cerca de ser
conquistada por el feroz.
He llamado a todos para que se hagan hijos inocentes, pero olvidan y se
hacen adultos nuevamente tan pronto como se alejan aunque sea un poco de
mí. Háganse hijos inocentes otra vez y
confíen todo a mí con una mayor confianza y apóyense totalmente en mí. Hoy confíen en mí todos sus dolores,
agonías, conflictos, pruebas, dolores físicos, numerosas heridas espirituales y
todo lo que pueda ser una causa de aflicción para ustedes. Entonces, su oscuridad interior se retirará
y una brillante luz nueva del Cielo brillará sobre ustedes.
Después de que la Santísima Madre terminara de hablar, me mostró una
visión de ella teniendo que rescatarme del accidente de tráfico en mayo 8, al
venir a mí como volando y sosteniéndome, y también de la descarga eléctrica de
ayer, al venir a mí como volando y quitándome la electricidad.
LA SANTÍSIMA MADRE:
¡Hija! ¿Viste eso? El demonio siempre hace muchos esfuerzos
para derribarte. Mientras tú estabas
sufriendo dolores a causa del accidente de tráfico y de la descarga eléctrica,
no te quejaste y ofreciste los dolores dulcemente por el Papa. Es por eso que mi Hijo Jesús, Quien está
cubierto de Sangre en la Cruz, y esta Madre Celestial siempre están cerca de
ti, te aplican bálsamo fragante a tus innumerables heridas, te protegen y
cuidan. ¡Pero, hija! Debes estar atenta. Debes saber que el
demonio piensa que hacerte caer es su objetivo más urgente. Compórtate
sabiamente.
Le dije a la Santísima Madre: Soy
tan indigna. Ruego para que la Madre
sea aprobada pronto por la Iglesia, que este trabajo sea hecho por la Iglesia,
y yo pueda llevar una vida escondida. Seguí pidiendo, pero ella no contestó.
Junio 30, 1996
Había muchos peregrinos de diferentes países y diferentes partes de
Corea en recuerdo del undécimo aniversario de las primeras lágrimas de la
Santísima Madre en Naju. Estábamos
rezando en la Capilla. Cuando eran casi
las 3 a.m. (Julio 1), vi la Preciosa Sangre goteando de las Siete Heridas de
Jesús: la Cabeza, el Sagrado Corazón, ambas Manos, ambos Pies y el
Costado. Al mismo tiempo, irradiaba luz
(de las heridas). Entonces, la Sangre
de Jesús se puso blanca, se solidificó y empezó a moverse junto con la
luz. La luz estaba gradualmente
brillando sobre la gente en la Capilla y, entonces, mientras salían corrientes
de espesa neblina, estaba brillando por las ventanas sobre las personas afuera
de la Capilla. Después de recibir todos
la luz, se oyó la voz fuerte de Jesús, llena de dignidad.
JESÚS:
Recibe Mi Luz.
En ese momento vi que las Sagradas Hostias envueltas en la luz estaban
bajando y traté de recibirlas. De
repente una luz muy fuerte bajó del Crucifijo, y sentí muy fuertes dolores en
mi cabeza, corazón, ambas manos, ambos pies y el costado como si la luz
estuviera penetrando en ellos y como si muchas agujas los estuvieran
atravesando. Debido a los dolores,
grité fuertemente y caí al suelo. Mientras mi boca estaba abierta porque estaba gritando, sentí que mi
boca se llenaba de algo. Los que estaban
cerca de mí gritaron, "¡Es la Santa
Eucaristía!" y se reunieron a mi alrededor. La triste expresión de la Santísima Madre en su estatua cambió a
una de alegría y sonriente. Oí la voz
amorosa, dulce y hermosa de la Santísima Madre desde su estatua.
LA SANTÍSIMA MADRE:
¡Mis amados sacerdotes e hijos! Hoy es el aniversario número once del inicio de cuando te llamé con
lágrimas y también el primer aniversario del maravilloso milagro Eucarístico
que el Señor, Quien te salvará, personalmente te entregó (a ti) con su Preciosa
Sangre para que fuera un motor de arranque para revitalizar sus corazones. Los sacerdotes y ustedes, a quienes he
escogido, han respondido a mi llamada para participar en estas manifestaciones
de amor y, por lo tanto, están aplicando líquido fragante a las Heridas en el
sangrante Inmaculado Corazón de esta Madre, quien está sufriendo dolores por
los numerosos hijos en este mundo. En
apreciación de sus sacrificios y amor, mi Hijo Jesús les concedió gracias
especiales y amor a ustedes. Él les
concedió la luz del amor a todos ustedes como el rocío de la mañana al abrir
Sus sangrantes Heridas para que Él pudiera lavar sus faltas, borrar sus
pecados, sanar su alma y su cuerpo, limpiar todas sus heridas, levantar a los
que se han caído, liberar a los que han sido
encarcelados y rescatar a aquellos que han perdido su camino y que andan
errantes. La luz que el Señor les acaba
de conceder a ustedes personalmente trasciende lugares y espacio y les fue dada
con la esperanza de que todos aquellos que están rezando conmigo se hagan uno
en la Santa Trinidad.
¡Mis amados sacerdotes e hijos! Cuando ustedes me recuerdan y vienen a mí para alabar al Señor y para
honrarme, soy consolada mientras sufro extremos dolores en mi Inmaculado
Corazón causados por las erosiones en la Iglesia debido a la apostasía, y mis
lágrimas y lágrimas de sangre se convierten en sonrisas.
El número de almas que caen en las tentaciones de Satanás y caminan
hacia su perdición continúa creciendo. Pero ustedes han respondido con “Amén” al deseo de esta Madre, para
rescatar las almas que han perdido su camino y andan errantes, al combinar y
ofrecer mi amor y el amor y los sacrificios de las pequeñas almas. Por lo tanto, quédense despiertos y recen
como los apóstoles de mi ardiente Inmaculado Corazón.
El violento remolino de errores se está haciendo más severo, y las
herejías, escándalos y los malos ejemplos se están extendiendo aun en la
Iglesia. Mis muy amados sacerdotes
deben conducir a todos de regreso al Señor, pero se quedan en silencio, y las
ovejas confiadas a su cuidado están siendo amenazadas y tentadas por los
terribles lobos. Por eso he pedido que
se celebre aquí la Misa para que muchos sacerdotes y numerosas almas puedan recibir
gracias especiales. Los Corazones de mi
Hijo Jesús y mío sufren mucho, porque ni la Misa se ha celebrado, ni el
tabernáculo se ha preparado.
La Santísima Madre derramó lágrimas y continuó hablando un rato.
LA SANTÍSIMA MADRE:
¡Mi pequeña alma! Jesús sangró
de Sus Manos, Pies y Frente durante tres horas. ¿Eso fue todo? Cuando el
soldado Romano perforó Su Cuerpo con una lanza filosa, Jesús se entregó a
ustedes completamente, aun la pequeña cantidad de Sangre y Agua que quedaba en
Su Cuerpo. Con la Sangre que Jesús
derramó y mis lágrimas de amor, deseo lavar y limpiar al Papa, quien es el
primer hijo de la Iglesia y quien está sufriendo dolores y gimiendo, cargando
una cruz excesivamente grande y pesada, y a todos aquellos que lo siguen, para
que no pierdan valor y carguen bien sus cruces y suban al Monte Calvario. Ofrezcan todos sus sufrimientos por el Papa,
que se ha entregado totalmente como sacrificio de reparación y está tratando de
vivir la hora del sacrificio en una forma santa. Si todos ustedes ofrecen sacrificios y reparaciones por medio de
la negación personal para que el (Papa) pueda ser el corazón de la Iglesia que
nacerá de nuevo por medio de la victoria de mi ardiente Inmaculado Corazón, el
peso de los astutos planes del demonio, mi enemigo, será vencido.
¡Todos mis amados hijos en el mundo! Al seguir a esta Madre, quien como Profetiza Celestial hace más ligero
el caminar de ustedes, no caigan en la desilusión y desesperanza, libérense de
los apegos a ustedes mismos con un despertar especial, y por lo tanto, nazcan de
nuevo con el amor sobrenatural. Aun si
se enfrentan a la hora de la persecución sangrienta, ustedes serán defendidos y
protegidos por el amor que les fue concedido este día, y encontrarán refugio en
mi manto. Por lo tanto, ofrézcanse con
sinceridad y totalmente, y de esta manera, enfrenten la nueva
Resurrección. Siempre que vengan a mi
pobre casa (la Capilla), que ustedes llaman un baño para sus almas y la casa de
salvación, y expresen su amor filial, yo abriré mi Inmaculado Corazón a los
hijos de todo el mundo, les concederé todo mi amor y gracias a ellos, los
consolaré, alentaré y nutriré.
Ahora, no miren atrás y háganse inocentes bebés envueltos en pañales y
confíen totalmente en mí, siguiendo los mensajes que les estoy dando. Lleven alegría, amor y paz a sus hogares y
pásenle a todo el mundo el aliento de mi presencia. ¡An-nyoung!
Julio 1, 1996
Cerca de la 1 p.m., recibí los extremos dolores que Jesús sufrió en la
Cruz. Mientras lloraba y agonizaba por
mi indignidad, oí la fuerte voz de Jesús, llena de dignidad y amor.
JESÚS:
¡Mi pequeña alma! Cuando tú te
sientes incapaz e indigna, mírame a Mí quien fui colgado de la Cruz haciendo
tantos sacrificios y recibiendo todo el odio, insultos y desprecio pero no
podía hacer nada por consolar a aquellos que lloraban, especialmente Mi Madre
que lloraba, con el fin de obedecer la Voluntad de Dios Padre.
Cuando tú lloras, Yo también me ahogo por el dolor; cuando te alegras,
Yo también así me alegro. No sean
complacientes por nada, siempre estén despiertos. Con el amor que se alza por encima del mundo mundano, acércate
más a Mí y dame un beso. No olvides que
Satanás siempre pone trampas para aislarte de Mi Amor y hacerte caer. Aun cuando Satanás te ataca más
violentamente que antes para destruir hasta la sinceridad de tu intención de
seguirme con humildad, no te desesperes ni tengas temor pero ponte de pie con
más vigor y valor y difunde rápidamente el Amor combinado de Mi Corazón y el de
Mi Madre. Siempre recuerda y practica
estas palabras: Mi Padre, no como yo
quiera, sino como Tú quieras. También, díselo a mis sacerdotes que han sido escogidos especialmente y
que han respondido a Mi llamada.
Cuando me des a conocer, me sigas, y des a conocer a Mi Madre, podrás
tener dolores. Pero tú debes iluminar
el oscuro mundo al rápidamente decirle a todos de la salvación que ha sido
ganada por Mis dolores en la Cruz que no se pueden medir. Cuando Yo era un bebé, Herodes trató de
atacarme. Pero Dios Padre me protegió y
rescató. De manera similar, siempre me
quedaré contigo, tú que trabajas por Mí y me sigues. Confía todo a Mí, aun tu sed espiritual que no puede ser
satisfecha en este mundo. Te he llamado
para que rescates este mundo que ha sido puesto en peligro por los cráteres
volcánicos de odio, enormes tormentas, y otros. Por lo tanto, no se te olvide meditar en Mis Sagradas
Heridas. Por amor a ti, recibí todo
tipo de burlas, latigazos y golpes. Derramé Sangre y sudor y me colocaron una corona de espinas en lugar de
una corona real. Sufrí todo tipo de
dolores, estuve clavado en la Cruz y morí en ella.
Mi muerte en la Cruz no fue el final. Aún en este momento, vengo a ti derramando Sangre con tal de estar
contigo, esperando que todos - aun aquellos que Me crucificaron y aun los peores
pecadores así como los inocentes - se arrepientan, se salven y se hagan uno en
la Santa Trinidad. ¿Qué no haría Yo por
ti quien reza por consolarme y tratar de lograr la unidad? Si tú entendieras que Mi Corazón late junto
con la Divinidad y con sus corazones humanos, te harías más íntima en Mí. Cuando tú entras en Mí al meditar
profundamente y más humildemente en Mis Heridas, recibes una energía más
abundante. Realiza la suprema tarea que
te he confiado.
El Padre Spies, el Padre Francis Su y varios laicos estaban conmigo.
Julio 2, 1996
Cerca de la 1 p.m., fui a la Capilla donde estaba la estatua de la
Santísima Madre. El Padre Spies, un
peregrino del extranjero y Rufino estaban de pie delante de la estatua de la
Santísima Madre. También había otros
peregrinos rezando en la Capilla. Le di
muchas postales al Padre Spies para aquellos que trabajan para la Santísima
Madre de Naju de todo el mundo. En ese
momento, una luz bajó del Crucifijo y yo caí al suelo gritando de dolor. El dolor fue igual que ayer. Pasó algo de tiempo. Entonces, escuché la hermosa voz de la
Santísima Madre por medio de su estatua dándonos sus amorosas y dulces
palabras.
LA SANTÍSIMA MADRE:
¡Mi amada hija! Ofrece todos tus
dolores en tus heridas por el Papa.
Cuando le agregan agua al vino, el agua se mezcla con el vino, y se hace
uno con el vino durante la Liturgia de la Eucaristía; dejen que sus almas se disuelvan en mí para que la Divinidad y la
humanidad se unan y se hagan uno. Recen
para que los representantes del Papa, los Cardenales, obispos, y todos los
sacerdotes y religiosos que siempre son leales al Papa se puedan hacer uno en
la Trinidad. Si todos ellos se
despiertan, entonces el plan de Satanás, mi enemigo, de conducirte a la
perdición eterna, de quitarte la Gracia Santificante y hacerte esclavo podrá
ser derrotado. Entonces, la oscuridad
en este mundo se retirará y verás el brillante esplendor de Dios Quien desea
salvarte.
Mientras escribía los mensajes, hablé con Rufino acerca de los
mensajes. En el momento en que
hablábamos de la solicitud de la Santísima Madre por un tabernáculo y la
celebración de una Misa en la Capilla y acerca de sus grandes dolores porque su
solicitud no había sido cumplida todavía, Satanás, quien no estaba visible,
levantó una tina de agua en el cuarto y me golpeó en la cabeza. Él también volteó la mesa y arrojó los
papeles en donde yo estaba escribiendo los mensajes. Caí al suelo y me lastimé la mano derecha. La mano se hinchó. Rufino y yo nos reímos juntos, pensando en el coraje del demonio
porque yo escribía los mensajes y en su acto tan despreciable.
¡Señor! Gloria y alabanza a
Ti. Ten misericordia del Santo Padre
quien tiene dolores. Yo te ofrezco mis
dolores por el Santo Padre. Amén
Mensaje del 9 de Julio 1996
Algún tiempo después que me derrumbé, debido
a la presión arterial alta, tuve una
visión. Yo estaba acostada
en la oscuridad y vi aparecer a la Virgen, con
un manto azul y radiante luz, brillando junto con
los ángeles. Llorando con
tristeza, dijo la Santísima
Virgen, "Todavía no es el
momento. Usted debe darse prisa
para salir al mundo y gritar," y me
ayudó a sentarme sosteniéndome mis manos. Ella me salvó de
la muerte. Mirándome con ansiedad, amablemente dio un mensaje para todos
los niños.
LA SANTÍSIMA MADRE:
¡Queridos hijos! . . . Enojarse, juzgar y
condenar, paraliza todos los actos que pudieran
ser virtuosos; y no poder confiar y dudar destruyen la fe. Responda rápidamente con un "Sí" con un corazón
que confía en las gracias de mi parte. ¿No deberían consolar a mi Hijo Jesús,
que ha sido insultado innumerables veces hasta ahora? Asegúrese de que el Señor no sea humillado por más tiempo.
¡Mis amados hijos! Nada se puede lograr sin la fe o el amor. Con fe,
uno puede mover una alta montaña, pero,
con el amor, puede levantar incluso el mundo. Cuando el odio gana en ferocidad sobre el amor,
el mal entra rápidamente
al corazón, y promueve unir las manos con el diablo, que está ansioso por cortar los nuevos brotes de amor
que surgen en el corazón. Por lo tanto,
la gente puede unirse a las filas de
aquellos que descuidan practicar
las virtudes teologales (fe, esperanza y caridad) y se convierten en
servidores, que los llevará a la esclavitud interior en medio de la miseria interna
causada por desertar de su propia dignidad. Ahora, ayuden a mi hija con un
corazón generoso y compasivo, sean
más cuidadosos con el espíritu de
la crítica, el orgullo, y lo que se derivan de ellos.
Esto sería lo mismo que ayudarme.
¡Niños! ¡Mis hijos! La cosecha es abundante, pero no hay suficientes trabajadores.
La Santísima Madre estaba llorando con
tristeza, y continuó hablando
como si rogara con
tristeza y seriedad.
LA SANTÍSIMA MADRE:
Tienes que amarse unos a otros mientras se trabaja, pero, en estos momentos urgentes , no pierdan el tiempo, escuchen los mensajes de amor que yo estoy dando. Como sus premios se han
preparado en el Cielo, no hay que buscar la recompensa en este mundo. Ahora, como
el tiempo que queda es corto, dense prisa en abrir sus
corazones y entrar en el Inmaculado Corazón de esta Madre, que está trabajando por su bien. Si ustedes prestan atención a los consejos de este Mamá
que los ama, los volverá más humildes con mayor
humildad.
¡Ahora, los niños! Vamos a ser más humildes y más
pequeños. ¿Entiendes por qué Jesucristo,
el Hijo Unigénito de Dios Padre,
fue colocado en un pesebre en mal estado? Él era
Dios, pero no quería ser servido por los hombres. Ahora, que se supone que deben proteger a muchas almas de los ataques de los lobos,
que se disfrazan de corderos y saquean a inocentes
y mansos, no deben
tratar de ser servidos. Por lo tanto, sean más humildes, diciendo: "Yo sólo hice lo que tenía que hacer",
sobre todo lo que has hecho por mí.
Muchas personas están siguiendo falsos
profetas y se alienan de las verdades del Evangelio y están llevando a cabo, males y pecados como si
fueran buenos, causando tanto dolor al corazón de esta Madre. Siempre
recordando las palabras de esta Madre,
que incluso los errores están permitidos para promover la humildad, totalmente ofrezcan a mí las
heridas que ustedes dicen que ha recibido, y siempre respondan con un "Sí" o "Amén". Cuando
ustedes me siguen, no juzguen nada con sus propios
pensamientos, voy a trabajar dentro
de ustedes, y podrán disfrutar de la felicidad eterna en
el mundo venidero. Por lo tanto, mis
hijos, hagan un nuevo comienzo.
Como ya te he elegido, no pongan sus corazones en este y aquel lugar, sino, tengan confianza en
los mensajes de mi amor, y rápidamente difundan los mensajes de mi ardiente amor, con
que yo imploro derramando lágrimas, para que los rebaños de
numerosas ovejas, que vagan en la
oscuridad, puede volver al seno del Señor.
Ahora, rápidamente párense y ofrezcan su mayor lealtad, con amor, y enfréntense a las fuerzas del mal, que barren el
mundo con herejías.
Cuando la Santísima Madre terminó de
hablar, oí la voz del Padre
Spies y los de varias personas, y abrí los ojos.
A medida que continuaban los ataques del
diablo, la Santísima Madre
lloraba, ansiosamente mirándonos. Les dije a
todos, "La Santísima Virgen
está llorando con
gran dolor.”
Septiembre 17, 1996
Asistí a la Misa de las 7:30 p.m. en la Catedral en la Ciudad de Sibu en
Malasia. Cuando recibí la Sagrada
Comunión y empecé la meditación en mi lugar después de la Comunión, percibí un
fuerte olor a vino. El hombre sentado a
mi lado dijo que él también percibía el mismo olor. Un rato después, percibí el olor de sangre. El Padre Francis Su, quien se acercó a mí, y
una mujer sentada a mi lado dijeron que ellos también percibieron un fuerte olor
a sangre. La Sagrada Hostia que recibí
se había convertido en la carne y sangre visibles, y esto fue presenciado por
el Padre Francis Su, quien me dio la Comunión, Su Excelencia Dominic Su, quien
era el principal celebrante de la Misa, otros sacerdotes y por laicos. Mientras yo continuaba en una profunda
meditación, una luz bajó del Cielo y brilló sobre todos, y escuché una voz
amorosa y dulce de arriba. Era la
Santísima Madre.
LA SANTÍSIMA MADRE:
¡Hija! ¿Qué te preocupa
tanto? Mi Hijo Jesús está en la gloria
en el Cielo, pero viene a ti en Amor aun hoy como Víctima de Sacrificio por los
hijos en el mundo. Tú has sido llamada
para dar a conocer la Presencia Real del Señor y, por lo tanto, para ayudar a
muchas almas a arrepentirse. Por lo
tanto, no titubees y difúndelo rápidamente. Muchos de los sacerdotes me están aceptando, pero titubean (en ayudarme)
para salvar las apariencias y por los ojos de los demás. Pero el obispo aquí me está aceptando con
valor. Por eso el Señor está mostrando
una señal de Amor aquí.
Igual como mi Hijo Jesús está presente en todos lados y está con todos,
trascendiendo diferencias y fronteras nacionales, tiempo y espacio, yo también
estoy contigo donde quiera que tú estés. Especialmente el maravilloso trabajo que el Señor desea realizar por
medio de mi obispo y sacerdote, quienes confían y me siguen completamente, será
realizado, y ellos andarán por el camino de niñez espiritual. Yo les daré más energía y llenaré sus
debilidades aplicando un bálsamo fragante a sus heridas y los ayudaré a cumplir
los Mandamientos que el Señor le confió a Su Apóstol, Pedro, y por lo tanto,
perpetuar el Misterio Pascual del Sacerdocio.
Octubre 19, 1996
Sacerdotes y peregrinos de Corea y de otros países se reunieron en la
Iglesia de la Parroquia de Naju para la Misa de las 5 p.m. El principal celebrante fue el Padre Francis
Su de Malasia. Recibí la Sagrada
Comunión en ambas especies y empecé a meditar. De repente percibí un fuerte olor a sangre y sentí que la Sagrada Hostia
en mi boca se hacía más grande. Otras
personas a mi alrededor vieron la Eucaristía en mi boca convirtiéndose en
sangre y carne visibles. Mi esposo,
sentado a mi lado, me pidió que cerrara mi boca y le pidió a los otros que
guardaran silencio. Otras personas, sin
embargo, insistían en que yo abriera la boca. Yo no sabía que hacer. Sentí que
estaba por entrar en éxtasis y esperaba que el Padre Spies viniera a mí. El Padre Spies vino y vio (lo que estaba
pasando).
Después, inmediatamente entré en éxtasis y vi al mundo lleno de
oscuridad. Debido a que el mundo estaba
tan oscuro, mucha gente perdió su sentido de dirección. Andaban errantes, luchaban y sin cuidado
pisoteaban a otros en busca de su propia sobre vivencia. Muchos cayeron al suelo, luchando y
gritando. En la oscuridad, tanto viejos
como jóvenes cometían abusos sexuales. También
vi a unas personas matando a otros ?aun a su propia familia? por su propia sobre
vivencia. También vi a sacerdotes. Algunos de ellos se esforzaban mucho en
salvar muchas almas. Otros sacerdotes
estaban solamente viendo e ignorando lo que estaba ocurriendo.
Mientras muchas almas estaban rasguñando, rasgando, golpeando,
aplastando y peleando unos contra otros como demonios hambrientos, apareció un
punto de luz en el oscuro cielo que se hacía más y más grande. La Santísima Madre estaba bajando, junto con
la luz, vestida con el sol y con un manto azul y una corona de doce
estrellas. Ella estaba abriendo sus
brazos hacia los rebaños de muchas ovejas. La gente que estaba aunque fuera un poco despierta iban siguiendo la
luz, pero mucha gente no le ponía atención a la luz o no la veía, pero
continuaban peleando. La Santísima
Madre lloraba con muchos dolores viéndolos. Un rato después, la Santísima Madre empezó a hablar ansiosa, dulce y
amorosamente.
LA SANTÍSIMA MADRE:
¡Hija! Mi hija que ha sido
llamada por mi amor. ¿Viste el mundo
cubierto por oscuridad? Tú, que eres
indigna, has sido escogida para difundir los mensajes de mi ardiente amor. Por lo tanto, rápidamente difúndelos a los
hijos en el mundo que viven en la oscuridad.
Julia: Madre, soy demasiado indigna. Soy tan indigna que no estoy calificada para dar a conocer al Señor y a
la Santísima Madre. Ahora, por favor, déjame vivir una vida escondida, ¿estás
de acuerdo? Yo lloré.
LA SANTÍSIMA MADRE:
¿Quién dijo que estabas calificada? Si tú hubieras creído que estabas calificada, yo no te hubiera
llamado. Te he preparado para que
puedas amablemente ofrecer tus dolores como reparación por amor a muchas
almas. Pero si tú crees eso (que no
eres capaz de difundir mis mensajes), esta Celestial Madre se pondrá
triste. La desesperación no viene de mí
sino del demonio. Por lo tanto, nunca
jamás te desilusiones ni te desanimes. ¿Acaso no te dije que yo te puedo levantar o bajar y que puedo convertir
tu imperfección en perfección? La humillación
y la deshonra que tú recibes son la copa de agonía de muerte que tiene que ser
ofrecida en reparación por los pecados de los hijos en el mundo. Ofrécelos bien y no te angusties por tu
imperfección. Sin mí, cualquier trabajo
o esfuerzo será únicamente más difícil.
¡Hija! ¡Mi amada hija! Tú eres mi amada hija a pesar de lo que
digan otros. No importa qué tan
doloroso o difícil sea en este mundo, tú estarás de pie a mi lado, compartiendo
amor y disfrutando eterna felicidad en el Cielo en el siguiente mundo. Por lo tanto, no tengas miedo y avanza con
valor. Aun las almas que caminan en la
oscuridad y que van rumbo al infierno son mis hijos amados. Por lo tanto, ayúdalos rápidamente para que
todos regresen a esta Madre, quien es tu refugio que te llevará al Cielo.
La pelea entre el Dragón Rojo y yo, que soy la Mujer vestida con el sol,
se intensificará. Pero si todos ustedes
creen y confían en mis mensajes y me siguen, las flores florecerán aun en el
desierto y toda la creación se hará hermosa en poco tiempo. Mis mensajes de amor son la lluvia de amor
refrescante que cae sobre el mundo que se ha puesto oscuro y seco. Si ustedes tan sólo practicaran los mensajes
que el Señor y yo les hemos dado, sus almas secas quedarían mojadas y llenas de
gracias; ustedes vivirán una vida de reparación por la ingratitud de otros; y
alcanzarán el Cielo.
¡Todos mis amados sacerdotes e hijos en el mundo! Escuchen las Palabras del Señor, Quien se ha
ofrecido totalmente por ustedes, ni siquiera escatimando la última gota de Su
Sangre; respondan a Él con “Amén” y sean obedientes a Él en una forma sencilla.
Vi a Jesús colgado de la Cruz, derramando Sangre. Se veía tan miserable. Su Cuerpo estaba cubierto con Preciosa
Sangre no nada más de las Siete Heridas sino también de los latigazos. En ese momento, oí la dolorosa y amorosa voz
de Jesús.
JESÚS:
Yo soy el Pan que bajó del Cielo. Repetidamente les he enfatizado a
ustedes con señales que, si todos ustedes abren sus corazones totalmente y me
aceptan, Mi Vida y Mi Amor se derramarán sobre todos ustedes. Pero Mi Corazón está tan afligido que está
sangrando, porque sólo muy pocos hijos me están aceptando realmente. Hoy mostré una señal otra vez para que mis
hijos de diversos sitios en el mundo pudieran creer en Mi Presencia Real y la
difundan. Por lo tanto, rápidamente
hagan que la importancia de la Santa Eucaristía sea conocida en estos tiempos
urgentes. Mi Amor me impulsó a querer
estar unido con ustedes al extraer toda Mi Vida de Mi Misma Esencia. ¿Si ustedes, a quienes amo tanto, no aceptan
este profundo amor, qué puedo hacer? Mi
Sagrado Corazón está ardiendo vigorosamente, porque deseo salvarlos con Mi
Cuerpo, Mi Sangre, Mi Alma y Mi Divinidad, pero hay muy pocos hijos que abren
sus corazones completamente y se acercan a Mí.
Al tomar por primera vez Mi Cuerpo en el vientre de María, Mi Santísima Madre, Mi Corazón empezó a latir al
unísono con el de ella. Por lo tanto,
amen a María, Mi Madre, y sigan sus palabras. Ustedes deben saber que, al amarla y seguirla a ella ustedes me aman y
me siguen a Mí.
¿Acaso Yo, que soy Dios, no les di toda Mi Vida? ¡Mis queridos sacerdotes, quienes son mis
ministros, e hijos! Al recordar que no
soy el Dios de esclavitud sino del Mismo Amor y que siempre estoy con ustedes,
no deben tener miedo; y síganme siempre con amor. Con el fin de seguirme, ustedes deben morir a sí mismos.
Ahora, por medio de los planes de los Masones, el mundo se está
cubriendo de oscuridad y aun las santas organizaciones están siendo heridas por
la división y cubiertas de semillas de confusión. Como resultado, muchas almas están siendo tentadas por teorías
engañosas. Aún así, ustedes que han
sido llamados por Mi Amor, deben formar cadenas de amor en unidad unos con
otros al ofrecer sin cesar oraciones y reparaciones por la ingratitud para que
las pobres almas puedan regresar a Mi Seno en el Amor de Mi Madre.
Muchas personas corren hacia los lugares de placer, pero solamente muy
pocos son leales y vienen al lugar santo que ha sido preparado por Mi Madre,
donde ellos pueden recibir los regalos de paz, alegría y amor y donde se pueden
satisfacer los deseos de Mi Sagrado Corazón. Por lo tanto, ustedes que han sido llamados, deben responder con "Amén" a los mensajes de amor que Yo y
Mi Madre les damos con ruegos y guiar a las numerosas almas, que han perdido su
camino, al Cielo para que puedan disfrutar la felicidad eterna en el Hogar
Celestial. ¡An-nyoung!
Cuando desperté del éxtasis, vi que casi se había terminado la
distribución de la Santa Comunión.
Noviembre 21, 1996
-
Fiesta de la Consagración
de la Santísima Virgen María a Dios.
Tuve una visión, mientras rezaba el rosario en la reunión de oración de
la Hora Santa en reparación por los insultos que Jesús ha recibido. (Vi) El Padre Spies estaba sentado en el
piso entre otras muchas personas y se veía cansado. Un rato después, el Padre Spies se sorprendió por los fuertes
gritos de muchas personas y se puso de pie. Él tomó mis manos y trabajó mucho para difundir los mensajes de la
Santísima Madre a muchas personas. La
Santísima Madre, que tenía un manto azul y estaba envuelta en luz brillante,
estaba observando esto. Entonces, ella
se acercó al Padre Spies y a mí y tomó nuestras manos. El Padre Spies, quien se había visto cansado,
se puso feliz y alegre. La Santísima
Madre empezó a hablar llena de dulzura, amor y suavemente.
LA SANTÍSIMA MADRE:
¡Mi amado hijo! Gracias por
cumplir con el deseo de esta Madre Celestial. ¡Qué gran alegría le estás dando al Padre Celestial al ofrecerte
totalmente con humildad, mansedumbre y paciencia y al aceptar con amor generoso
al alma que te ha sido confiada! Mi
Inmaculado Corazón también está lleno de gratitud porque tú has ofrecido tu
corazón.
¡Mi amado hijo! Muchas personas
se han hecho demasiado grandes para ser abrazadas en mi seno de amor. Tú debes hacerte más pequeño y más humilde,
y estar fuertemente abrazado en mi seno de amor y actuar siempre en armonía
conmigo. Si ustedes se conducen
siguiendo la órbita de luz que emana de mi ardiente Inmaculado Corazón,
entonces yo dejaré que el espíritu de alegría, amor, consuelo y paz habite en
ustedes.
Por lo tanto, ya no tengan miedo de nada y ármense con la más alta
bondad y humildad que les ha sido confiado a ustedes y denme a conocer y
síganme. Siempre caminaré con ustedes y
los bendeciré a ustedes que me siguen y me dan a conocer. ¡An-nyoung!
Noviembre 24, 1996
- cerca de las 10:30 p.m.
Tuve una visión mientras meditaba durante el servicio de oración
nocturna en recuerdo del cuarto aniversario del inicio del aceite fragante de
la estatua de la Santísima Madre y también el segundo aniversario del descenso
de la Santa Eucaristía del Cielo.
El Señor hacía brilla luz sobre la gente que asistía al servicio de
oración y, por medio de ángeles, les daba tazones blancos - uno a cada uno. Aquellos que abrían totalmente sus corazones
y se arrepentían de sus pecados delante del Señor recibieron tazones grandes
llenos de joyas blancas que brillaban como cristales, mientras que aquellos que
vaciaban sus corazones tan sólo un poco recibieron tazones pequeños y pocas
joyas. Vi que la gente recibía (tazones
y joyas) de acuerdo a cuanto habían hecho. En ese momento, oí la hermosa voz de la Santísima Madre por medio de su
estatua donde ella había derramado lágrimas y aceite fragante.
LA SANTÍSIMA MADRE:
¡Mis amados hijos! Yo les otorgo
innumerables bendiciones a todos ustedes que están aquí reunidos para celebrar
el santo aniversario de la venida del Señor a ustedes en la forma de pan debido
a Su intenso Amor por ustedes.
¡Hijos! No olviden que ustedes
respiran, se mueven y viven sus vidas en el Señor, y no se demoren en darle
agradecimiento, alabanza, gloria y adoración. Todos los humanos están destinados a morir a causa de Adán, pero si
ustedes se arrepienten (de sus pecados) ahora, vivirán para siempre por mi Hijo
Jesucristo.
Noviembre 25, 1996
- cerca de las 3 a.m.
Tuve una visión mientras meditaba durante la segunda parte del servicio
de oración nocturna. Vi un crucifijo
grande. Jesús estaba vivo en la
Cruz. Él al instante se cubrió de
Sangre, porque la gente le estaba dando de latigazos, clavándolo a la Cruz,
lanzándole flechas, perforándolo con espadas filosas, y aplastando una corona
de espinas sobre Su Cabeza cada vez que pecaban.
La Madre de Misericordia, con un manto azul, se acercó más al lado
derecho de Jesús, Quien estaba cubierto de Sangre. Al abrazar la Santísima Madre a Jesús, llorando llena de dolor,
ella también se cubrió de Sangre. Ella
estaba abrumada por el dolor y se ahogaba con los sollozos. Yo también extendía mis brazos y
lloraba. La Sangre también goteaba en
mis manos. Muchas personas pasaban al
lado de Jesús, Quien estaba sangrando, sin ponerle ninguna atención a Él. La Santísima Madre observó esto y lloró
llena de dolor. Ella empezó a hablar
con mucha tristeza.
LA SANTÍSIMA MADRE:
¡Mis amados sacerdotes e hijos! El Señor, Quien los ama mucho, continúa sangrando de esta manera. Mi Corazón se rompe por el dolor mientras
veo esto. ¿Acaso no deben ustedes
limpiar Su Sangre y sudor?
En estos tiempos, qué numerosos son los herejes y falsos profetas que
están usando el nombre de mi Hijo Jesús y el mío para tratar de llevar aun a la
Santa Iglesia a un remolino de desorden y confusiones con astutas tentaciones y
engaños... ¡Por lo tanto, queridos
sacerdotes e hijos que han sido llamados por mí! Rápidamente trabajen mucho para ayudar a los numerosos hijos, que
andan dudando en mares tormentosos de astutas pero falsas enseñanzas y que
corren a este o a aquel lugar, a que suban a bordo del Arca de Salvación de
María. La cosecha es tan abundante,
pero los trabajadores son escasos. Por
eso he llamado y curado a muchos hijos justo antes de su muerte para que puedan
trabajar como instrumentos del Sagrado Corazón de Jesús y de mi ardiente
Inmaculado Corazón. Pero...
La Santísima Madre hizo una pausa, llorando con tristeza. Ella continuó con una voz ahogada.
Hay tan pocos hijos que me están dando a conocer y que me siguen. Debe haber unidad en la Iglesia, con Cristo
como su cabeza y con todas las partes conectadas entre sí. Pero, debido a que muchos insisten en su
propio (ego) y que están hundidos en el orgullo, no tienen capacidad de formar
un cuerpo y realizar sus funciones correctamente.
¡Todos mis amados sacerdotes e hijos en el mundo! Todos ustedes se deben hacer uno con Cristo
como su cabeza. Entonces cada parte
será preciosa. ¡Qué doloroso sería, si
tan sólo una de las partes del cuerpo le fuera arrancada! Las partes tienen formas y funciones
diferentes, pero si hacen bien sus funciones y se quieren más unos a otros,
entonces el demonio, que los ha estado afligiendo, morirá solo y sus nombres se
escribirán en el libro de vida eterna en el Cielo. Por lo tanto, acuérdense siempre que mi Hijo Jesús no se ha
reservado ni la última gota de Su Sangre en reparación por sus pecados para
salvarlos a todos ustedes.
Ahora, al ver ustedes las muchas señales que el Señor les está dando por
mí, si ustedes creen en mis ruegos, me aceptan y practican bien mis mensajes de
amor que les he estado dando, pronto verán el amanecer de una nueva era. ¡Adios! ¡An-nyoung!
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Vida Consagrada
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