Vida Consagrada
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Enero 4, 1998
La Santísima Madre habló con una voz angustiosa.
LA SANTÍSIMA MADRE:
¡Mis amados hijos! Síganme sin
preocupaciones ni miedos. Igual como
Dios, Quien hace milagros dando señales en el cielo y la tierra, rescató a
Daniel cerrando la boca de los leones, yo seguramente los rescataré a ustedes,
que me están siguiendo y tratando de darme a conocer, del pantano de la maldad
y los ayudaré a alcanzar la victoria en la intensa batalla de este tiempo
final. Así como lo que se había escrito
acerca del Señor en la Ley de Moisés, las Profecías y los Salmos se cumplió,
las Palabras del Señor y de esta Madre Celestial ciertamente se cumplirán. Por lo tanto, no se preocupen por las
habladurías de los que se contradicen y enfréntense a las dificultades
sabiamente con una fe firme, confianza, esperanza y valor, como almas humildes
y pequeñas y con corazones amorosos.
Si los hijos en el mundo no aceptan sino que desprecian mis palabras,
que les doy derramando lágrimas y lágrimas de sangre, y cantan tranquila y
despreocupadamente, la destrucción les caerá como un ladrón en la noche. Quiero que cuando menos ustedes, que dicen
que me conocen, se queden despiertos y recen, no acepten compromisos con el
mundo, sigan las palabras de esta Madre, y rápidamente reparen y consuelen el
espinado Corazón Inmaculado de esta Madre con sacrificios y reparaciones para
que la maldad se convierta en bien. Aun
si pareciera que Satanás ha tenido éxito en causar la ruina, ustedes verán que
mi Inmaculado Corazón seguramente alcanzará la victoria al reconstruir el lugar
que fue destruido por Satanás, por medio de mi presencia invisible y con la
ayuda de ustedes que son mis asistentes.
Cuando Cristo venga de nuevo a este mundo, ustedes que me siguen y me
dan a conocer aparecerán en gloria con Cristo.
Febrero 2, 1998
- Fiesta de la Presentación
Yo estaba rezando, ofreciendo al Santo Padre, los sacerdotes,
religiosos, laicos, y a todas las personas en el mundo incluyéndome a mí, que
soy indigna, a Jesús por medio de la Santísima Madre. Cerca de las 9:45 a.m., una brillante luz empezó a salir del
crucifijo y de la estatua de la Santísima Madre que había llorado y oí la
hermosa y dulce voz de la Santísima Madre.
LA SANTÍSIMA MADRE:
¡Mi amada hija! ¡Mis amados
hijos que han respondido con "Amén" a
mi llamada y están sufriendo dolores! Hoy es la Fiesta de la Presentación del
Señor así como el día cuando yo, la Madre Celestial, recibí la profecía de mi
sufrimiento.
No se pongan tristes, ni se preocupen ni desesperen, y vengan
rápidamente al seno de esta Madre, siguiendo los mensajes de amor que les he
estado dando. Se ha preparado un
refugio donde yo los pueda proteger.
Aun si una sensación de desprecio y de humillación los envuelve a
ustedes, que trabajan por el Señor y por mí, porque fueron condenados con
muchos tipos de insultos, críticas y juicios, ofrezcan esos dolores con amor
por la conversión de pecadores. ¿Acaso
no les he dicho que los insultos que reciben ustedes, que trabajan por mí, no
son para ustedes sino para mí?
Si todos los hijos en el mundo creen, se entregan y confían totalmente
en los mensajes de amor que el Señor y yo les hemos estado dando y corren hacia
mí, recibirán una gran luz, se sobrepondrán a todas las ansiedades y dudas,
pero demasiados hijos aceptan compromisos con el mundo, haciendo que se
desborde la ira de Dios y que el Corazón de esta Madre se llene de pesares.
Muchos de mis hijos me buscan solamente cuando sufren dolores, como si
trataran de agarrar un salvavidas. Una
vez que reciben la gracia que han estado pidiendo, no nada más se hacen
malagradecidos sino que también caen en confusión y se estremecen por las
palabras de los grandes mentirosos, como cañas sacudidas por el viento. ¡Qué contentos estarían los demonios!
¿Quién determinó los movimientos de los astros celestiales y quién hizo
las leyes de la naturaleza? No hay nada
que el Señor no pueda hacer, si Él lo deseara.
Si cuando menos ustedes que me conocen confiaran totalmente en mí y me
siguieran, ustedes serían la luz que rechaza la oscuridad.
"Porque ellos no cumplieron
su pacto conmigo, Yo tampoco los protegí." Si estas palabras de Dios caen sobre el
mundo, porque ustedes no las han transmitido a los demás lo que ustedes han
recibido, ustedes serán responsables también.
Por lo tanto, administren bien lo que han recibido y no se lamenten por
los males en el mundo.
Aun un granjero con poca educación cuida bien sus cultivos desde la
siembra hasta la cosecha. ¿Qué tanto
más no haré yo, la Madre Celestial, para protegerlos a ustedes, que trabajan
por el Señor y por mí, ofreciendo sacrificios y penitencia, en mi Inmaculado
Corazón y para llevarlos al Cielo? Por
lo tanto, con un corazón alegre y amoroso, alaben, adoren y denle gloria a Dios
Quien vino a salvar los hijos en el mundo y les dio un nuevo Mandamiento. Entonces, alcanzarán la victoria sobre el
demonio que quiere destruir el mundo, y pronto verán el día cuando se cierren
las bocas de aquellos que critican. Por
lo tanto, quiero que se queden despiertos y recen con más amor. An-nyoung.
Nota de Julia:
Mientras estaba escribiendo los mensajes, empezó la interferencia de los
demonios. Me estiraron la cabeza y los
brazos. Estiraron y sacudieron mi mano
salvajemente con la cual estaba escribiendo los mensajes. Rocié agua bendita y seguí escribiendo. Entonces el demonio dijo, "En realidad has hecho bastante del trabajo
que se te encomendó. ¿Pero cuál ha sido
el resultado? Tan sólo te has hecho
objeto de ridículo. Si dejas de hacer
este trabajo, yo te daré riquezas y fama mientras vivas en la tierra. Tampoco tendrás que preocuparte por tus
hijos." Pero debido a que no le
puse atención a lo que decía, el demonio dijo en voz alta, "¿Qué, no te das por vencida?
¿Te gusta mucho sufrir? ¡Qué
mujer tan odiosa! ¡Vamos a tumbar y
voltear todo!" Los demonios
voltearon el escritorio y brincaron sobre mí.
Me tumbaron de la cama, me aplastaron y trataron de matarme.
Pasó algo de tiempo. Se apareció
la Santísima Madre emitiendo una brillante luz, y los demonios huyeron. La Santísima Madre sonrió amorosamente y
dijo dulcemente, "Hoy has ganado una
victoria sobre el demonio otra vez."
Cuando contesté con "Amén"
y
abrí los ojos, vi a varias personas que me estaban viendo. Había marcas negras en el piso hechas por
los demonios. Estas marcas estaban
todavía visibles la siguiente mañana.
Abril 12, 1998
- La Gran Fiesta de la
Resurrección de Nuestro Señor
Asistí a Misa en la Iglesia de la Parroquia de Naju, pero no podía
quedarme sentada por los fuertes dolores.
Por lo tanto vine a casa después de recibir la Comunión y fui a ver a la
Santísima Madre en la Capilla, a quien no había visitado en mucho tiempo. A causa de los dolores, yo estaba acostada
en el piso de la Capilla y dije, "¿Madre,
tú entiendes, verdad?" De repente,
una poderosa luz salió del Crucifijo y de la estatua de la Santísima Madre, y
tuve una visión. Mucha gente estaba
peleando violentamente unos contra otros.
Además había unos sacerdotes y religiosos. Mientras peleaban unos contra otros, también trataron de tirar la
estatua de la Santísima Madre que había estado llorando. Viendo esto, los demonios, que habían estado
instigando la pelea, se pusieron muy contentos y estaban bailando. La hermosa ropa de Jesús y de la Santísima
Madre se manchó con sangre. En ese
momento, Jesús empezó a hablar ansiosa y lastimosamente con una voz muy triste.
JESÚS:
¡Mi amada pequeña alma! Este
mundo ahora está tan lleno de pecados que no lo puedo ver con ojos
abiertos. La gente, que me daba la
bienvenida, gritando"¡Hosanna!" tan
sólo unos días antes de ser crucificado en la Cruz, estaba diciendo, "¡Él es un criminal que merece morir. Crucifícalo!" Pero Yo resucité en tres días para manifestar la gloria de
Dios. Aun en este momento, muchos
sacerdotes, religiosos y otros hijos están celebrando Mi Resurrección, pero
¿cuántos de ellos están realmente recordándome y consolándome?
Junto con Mi Madre María, quien me dio a luz y me educó, He estado dando
muchos mensajes de amor y señales en Naju, Corea, pero aun muchos de mis hijos
que vivieron milagros de amor se están dispersando en todas direcciones a causa
de las tentaciones del demonio. ¡Qué
triste y deplorable!
¡Todos mis amados hijos en el mundo!
No es muy tarde todavía; rápidamente vengan a Mí, siguiendo a Mi Madre
que está implorando lastimosamente, derramando lágrimas y lágrimas de
sangre. No se deben enfrentar a la
destrucción que se acerca sin estar preparados. Recordando que la ira de Dios Padre ha llegado a un extremo y un
castigo es inevitable pero Él todavía está demorando el tiempo debido a las
oraciones de las pequeñas almas, despierten del sueño y recen. Rápida y humildemente respondan a los ruegos
de Mi Madre haciendo sus mejores esfuerzos para que los milagros de amor se
puedan realizar plenamente.
¿De qué serviría el arrepentirse después de que llegue la
destrucción? La gente orgullosa no
quiere a los humildes. Cuando una
persona rica fracasa, sus amigos lo apoyan.
Pero cuando una persona indefensa tiene dificultades, la gente le da la
espalda. Ustedes ahora sienten mucha
tristeza en sus corazones, pero recuerden que Yo y Mi Madre estamos siempre a
su lado, y trabajen en unidad unos con otros, con alegría, valor y esperanza. No hay mucho tiempo. Rápidamente y con más amor ofrezcan sus
sufrimientos actuales y alcancen la victoria sobre el demonio.
Hace dos mil años, Yo pude haber bajado de la Cruz. Sin embargo, sin muerte no podía haber
Resurrección. Aún en este momento,
puedo perfeccionar todo. Sin embargo,
debido a que les di el libre albedrío a los humanos, son necesarios los
sacrificios de las pequeñas almas, incluso hasta la agonía de muerte. Recordando otra vez la verdad de que uno
debe morir para llegar a la resurrección, al menos ustedes, que han respondido
a Mi llamada, deben seguirme en unidad y con una mente sencilla y recta,
imitando la fe de los mártires.
Sepan que ahora es el tiempo de separar las cabezas de grano vacías de
las buenas. Por lo tanto, se necesitan
con urgencia las oraciones y los sacrificios de Mis hijos que recibirán el
Reino del Cielo. Los llamados líderes
se están alejando de la verdad y aún así se ven fuertes y abrumadores. Pero el Reino del Cielo no les pertenece a ellos
sino a ustedes que trabajan por Mí. He
dado todo por amor a ustedes. Cuando
ustedes reconocen Mi voz y corren a Mí y a Mi Madre, ustedes experimentan mucha
dificultad y dolor. Pero ustedes que
trabajan por Mi Madre y por Mí seguramente compartirán el amor en Mi mesa en Mi
Reino donde no hay pesares, dolor ni sufrimiento. Las lágrimas que ustedes derraman ahora serán completamente
lavadas delante del trono en el Cielo, donde no hay sed ni hambre. Se les dará una recompensa del ciento por
uno. La felicidad será de ustedes. Verdad que sí. Sin embargo, no habrá nada que Yo y Mi Madre podamos hacer en el
Juicio Final por aquellos que voltean sus caras lejos de Mí y de Mi Madre y que
nos rechazan hasta el fin.
¡Mis pequeñas almas! Las
oraciones de mis pequeños hijos que no son sacudidos bajo ninguna circunstancia
lavarán las manchas de sangre en Mi ropa y en la de Mi Madre. Ellas son el consuelo y el aceite fragante
que lava el sudor sangriento y las lágrimas de sangre.
El mundo que está en condiciones deplorables, el mundo que será reducido
a cenizas, estos tiempos que serán destruidos por ataques del demonio... Sin embargo, cuando haya más pequeñas almas,
Mi Sagrado Corazón y el Inmaculado Corazón de Mi Madre seguramente
triunfarán. No tengan miedo, y
rápidamente perpetúen el Misterio Pascual de la Resurrección. Yo les ayudaré. An-nyoung.
Agosto 2, 1998
Yo estaba asistiendo a Misa de 6 a.m. en la Iglesia de la Parroquia de
Naju. Mientras rezaba en preparación
para la Santa Comunión, empecé a oír unos susurros a mi alrededor. Entonces, de repente, oí una voz: "No queda mucho tiempo. Matemos a esta mujer mala."
Inmediatamente empecé a sentir dolores de
piquetes en todo mi cuerpo. Entonces,
de repente, un objeto grande se apareció a mi izquierda y se arrastró sobre mis
piernas y brazos, como si se estuviera envolviendo en ellos. En el momento en que trataba de morderme en
el cuello y cabeza, lo golpeé fuertemente con mi brazo derecho, rezando: "Señor, ten misericordia y salva los
pecadores." (Una mujer sentada a mi
lado recibió un fuerte golpe mío en su brazo derecho, pero dijo que ella no
sintió ningún dolor). En ese momento,
una poderosa luz salió de la dirección del altar, y el objeto que se había
estado agarrando fuertemente de mí para no caerse perdió poder y se cayó como
si se estuviera enredando hacia atrás.
Al mismo tiempo, pequeños objetos como gusanos que habían estado
arrastrándose por todo mi cuerpo también desaparecieron. En ese momento, oí la voz amorosa y dulce de
la Santísima Madre, aun cuando no la podía ver.
LA SANTÍSIMA MADRE:
¡Hija! ¡Mi amada hija! Ahora ya es muy noche. ¿Acaso lo avanzado de la noche no significa
que se acerca el amanecer? Por lo
tanto, no te desesperes, ni te frustres ni te des por vencida. Porque el día cuando el nuevo cielo y la
nueva tierra se realizarán no está lejos, Satanás, mi enemigo, que está
tratando de cubrir este mundo con oscuridad, está haciendo su último intento
desesperado. Por lo tanto, a los ojos
del mundo, te podrás ver como una persona que murió dos veces y que está en la
oscuridad. Sin embargo, aun si el mundo
se va por el camino equivocado corrompiendo las costumbres, y la opinión
pública está en consenso (en condenarte), Yo, tu Madre Celestial, te cuidaré y
te protegeré a ti, quien me está siguiendo y confía en mí, con mi poder que
aplasta la serpiente y te conduciré al Paraíso Celestial.
El Señor, el Cordero, Quien murió por la salvación de toda la especie
humana, está sentado en el brillante trono real en el Reino Celestial y tiene
poder, honor, gloria y adoración por toda la eternidad. Los mártires disfrutan la felicidad a Su
lado.
¡Por lo tanto, mis hijos que han sido llamados! Rápidamente despiértense y recen. Si aun ustedes, a quienes he escogido con
amor, se desesperan y se frustran, ¡qué contento se pondrá Satanás, quien está
tratando de llevar a este mundo a la oscuridad!
Aun si ustedes reciben muchos tipos de falsas acusaciones y críticas
absurdas al trabajar para el Señor y para mí, ofrezcan todo por amor para
consolar el Corazón herido de Dios Quien estuvo en el pasado, está ahora, y
vendrá en el futuro y también para prevenir las calamidades que están por venir
a causa de los pecados en el mundo.
Aquellos que me siguen a mí, su Madre Celestial, y humildemente se
acercan al Señor como pequeñas almas gozarán la felicidad en el Reino del Señor
que es el Alfa y el Omega. Sin embargo,
al recordar que aquellos que me rechazan hasta el final, no dan a conocer al
Señor en formas sinceras, se involucran en pláticas vanas, y son engañados por
el Satanás deformado y lo siguen a él pueden caer en el fuego y el azufre
ardiente, rápidamente ofrezcan sus oraciones en unidad cuando menos entre
ustedes, a quienes he escogido, para que las numerosas almas que han perdido su
sentido de dirección y están uniendo sus fuerzas con Satanás se puedan despertar
del sueño.
Mientras estaba escribiendo este mensaje, el demonio me levantó, me
tumbó, me golpeó, me pisoteó, y me picó por todo el cuerpo. Debido al fuerte sangrado, era difícil para
mí el caminar o aun el quedarme sentada.
Octubre 7, 1998
-
Fiesta de Nuestra Señora
del Santo Rosario.
Me quedé llorando y despierta toda la noche a causa de fuertes
dolores. Ofrecí todos mis sufrimientos
y me ofrecí yo misma al Señor y a la Santísima Madre por la conversión de los
pecadores.
Cerca de las 5:50 a.m., una poderosa luz bajó del Crucifijo y brilló
sobre mí. En ese momento, oí la voz
amorosa y dulce pero pesarosa de la Santísima Madre.
LA SANTÍSIMA MADRE:
¡Mi amada hija! ¡Mis amados
hijos que han sido llamados!
Igual como la gallina reúne a sus pollitos bajo sus alas, he llamado y
reunido numerosos hijos y los he abrazado bajo mi manto, pero la mayoría de
ellos no son agradecidos y se están dispersando en todas direcciones y están
uniendo fuerzas con el demonio en lugar de ser la luz para este mundo que se ha
puesto oscuro. Estoy llena de pesares.
En estos tiempos, no nada más los que están fuera de la Iglesia sino
también los numerosos hijos que dicen que aman a Dios se están alejando de Dios
y ya se están haciendo asesinos en sus corazones, haciendo este mundo no menos
miserable que cuando Caín mató a Abel.
La corrupción se ha extendido no nada más en la sociedad y en las
familias, pero también aun en la Iglesia, haciendo que este mundo se envuelva
en una cortina de oscuridad, pero la mayoría de los líderes políticos y los
jefes en la Iglesia, cuyo deber es el de corregir los problemas, son incapaces
de formar una unidad, culpándose unos a otros, peleando unos con otros, siendo
orgullosos y lanzando acusaciones a otros, mientras orgullosamente exhiben sus
conocimientos. ¿Qué les pasa a
ellos? Son como los dueños de barcos
que navegan en el mar que se han vuelto ciegos, sordos y cojos espiritualmente. ¿Cómo puede Dios no enojarse? ¿Si ellos se arrepienten, se golpean el
pecho, lloran y gritan en el momento cuando el castigo de Dios por todos los
pecados de estos tiempos que se han hecho tan corruptos caiga sobre el mundo,
de qué servirá? Porque yo no podré
hacer nada en esos tiempos, estoy ansiosamente rogándoles, diciendo las mismas
palabras repetidamente.
¡Todos los hijos en el mundo! No
es muy tarde todavía. Rápidamente
vacíen sus corazones, arrepiéntanse y regresen a mí, su Madre Celestial. Entonces, el Señor, que se ha hecho la
víctima de sacrificio por reconciliación para salvarlos, los verá a ustedes
pidiendo perdón y reconstruirá lo que Satanás ha destruido y sanará las heridas
que Satanás ha causado. Por lo tanto,
recen y rueguen con amor aun por aquellos que se alegran por las miserias de
otros. Esto porque solamente a través
del amor pueden alcanzar la victoria sobre el demonio.
Sepan que Dios todavía sostiene la copa de ira por las oraciones,
sacrificios y reparaciones de las pequeñas almas que se han consagrado a mi
Inmaculado Corazón. Cuando menos
ustedes, que han sido llamados, háganse apóstoles del Sagrado Corazón de Jesús
y mi Inmaculado Corazón y ármense con amor, quédense despiertos y recen para
evitar el castigo que Dios tiene que enviar a la tierra.
¡Mis muy amados hijos! ¡Mis
hijos que han sido llamados como los apóstoles del Sagrado Corazón de Jesús y
de mi Inmaculado Corazón! Piensen
siempre en mí y háganse (uno) conmigo.
Su trabajo por el Señor y por mí será acompañado de numerosos
dolores. Sin embargo, sepan que
mientras más dolores sufran, más recibirán y mayor será la recompensa en el
Cielo, y ofrezcan esos dolores sangrantes por amor. Ahora, ya no hay más tiempo para detenerse o titubear. Quiero que todos ustedes muestren el poder
del amor con más valor en la unidad y sean leales de manera total y heroica
para que el ardiente amor de mi Inmaculado Corazón sea conocido por todo el
mundo. Aun cuando ustedes giman en un
cerro de peligrosa pendiente mientras me dan a conocer, será sólo por un rato. Esto es porque yo los protegeré en mi manto
que siempre está listo para ustedes y que los guiará al Cielo.
Cuando la Santísima Madre terminó sus palabras, la luz desapareció y mis
fuertes dolores disminuyeron también.
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Vida Consagrada
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