Naju, Our Lady of Naju-Messages and signs from heaven

 

Vida Consagrada

 

 

Enero 1, 1997

- Fiesta de María, la Madre de Dios 

Mientras sufría extremos dolores desde la noche anterior, fui a la Capilla cerca de las 9 a.m. porque la Santísima Madre me llamó.  La estatua de la Santísima Madre, la cual había llorado antes, estaba en la Capilla.  Muy apenas podía estar sentada, sostenida por otros, y ofrecí una vela y recé por el Santo Padre, el Nuncio Apostólico, el Arzobispo, el Sacerdote, mi director espiritual, y todos los otros sacerdotes y religiosos.   

Un rato después, se puso muy brillante delante de mí.  La estatua desapareció y, en su lugar, se apareció la siempre viva Santísima Madre con un vestido blanco y un manto azul.  Ella tenía una brillante corona de oro en su cabeza y sostenía al Niño Jesús desnudo en su brazo izquierdo y un rosario de color de marfil en su mano derecha. Su belleza estaba más allá de toda descripción.  Mientras yo los veía atónita, la Santísima Madre empezó a hablar con una voz muy dulce, amorosa y hermosa.

 

LA SANTÍSIMA MADRE:  

¡Hija!  ¡Mi amada hija!  En este principio del año nuevo, mirando al Niño Jesús, su Redentor, con amabilidad ofrezcan sus sufrimientos que les han sido dados y háganse más y más (como) un niño inocente.  Te he permitido tener más sufrimientos, porque los sacrificios de las pequeñas almas son necesarios para salvar este mundo que ha caído en una gran degradación.  Por lo tanto, confíen este año nuevo y los nuevos días completamente al maternal amor de esta Madre de Dios, dejen que sus almas se hagan aún más pequeñas como el Niño Jesús, y hagan un nuevo inicio para que los rebaños dispersos de ovejas puedan regresar.  

Aún muchos de mis hijos cercanos que dicen están dando a Jesús a conocer comen, beben, bailan y encuentran un exceso de placer en ellos mismos en las fiestas de fin de año y se unen a las fuerzas del demonio, lo cual no conduce a buenos resultados.  Por eso tú estás sufriendo dolores con el fin de salvarlos. Acepta los dolores con agradecimiento.  Si tú ofreces oraciones y dolores con alegría y amor, unidos con el amor de mi Inmaculado Corazón, en el último del año y en el primer día del año, el rebaño de ovejas dispersado regresará.  

¡Todos mis amados hijos!  Aun hoy, estoy esperando con mis brazos extendidos, deseando ansiosamente que los hijos, que se han separado del amor del Señor y de mí y se han hecho esclavos miserables de sus pecados, regresen al Señor.  Debido a que la mayoría de los hijos en este mundo no están despiertos, el demonio coloca trampas y muchas almas están cayendo en sus tentaciones y corren rápidamente por el camino de la degradación.  Debido a esto, la ira de Dios ha alcanzado su nivel más alto, y, en poco tiempo, llegará el día en que llorarán y se lamentarán.  Por lo tanto, despiértense rápidamente y recen.  Si ustedes tienen en mente mis palabras, con las cuales les imploro derramando lágrimas y lágrimas de sangre, y les hacen caso, nuevos retoños brotarán aun de la tierra quemada.  Pero muchos mantienen sus corazones fuertemente cerrados... 

La Santísima Madre estuvo en silencio un rato, y entonces continuó.

 

LA SANTÍSIMA MADRE:  

Deben despertarse rápidamente y rezar, porque las llamas del egoísmo supuestamente justo y el intenso odio están casi por quemar y desaparecer aun las buenas obras de la gente inocente, y el mal se está extendiendo como un terrible cáncer.  Esta Madre en el Cielo, que les ama y les consuela, dejará que ustedes, que son mis amados hijos, sepan de un maravilloso plan de salvación y dejará que ustedes lo penetren (= que lo entiendan claramente).  Por lo tanto, rápida y valientemente únanse con el Papa, quien es el primer hijo de mi amada Iglesia, y sean abrazados en el seno de mi amor que es más grande que el universo.  A todos los hijos que han venido aquí buscándome y que me están consolando, yo los alimentaré espiritualmente con la leche que le di al Niño Jesús en el pesebre en Belén, los protegeré en mi manto y dejaré que disfruten la paz.  An-nyoung.  

Al terminar ella sus palabras, la luz desapareció y la Santísima Madre y el Niño Jesús se hicieron invisibles.  Me di cuenta que todo mi cuerpo, el cual había estado sufriendo dolores, estaba completamente sanado.  

¡Señor!  Gloria y alabanza a ti, Amén.  

 

Enero 18, 1997

- en Saipan 

Se llevó a cabo una conferencia Mariana en la Catedral en Saipan, durante la cual di testimonio de los mensajes de la Santísima Madre.  Después, hubo una Misa concelebrada por Su Excelencia (Obispo de Saipan) y otros sacerdotes.  Mientras yo estaba en meditación después de la Santa Comunión, entré en éxtasis y tuve una visión.  Vi muchos alambres de acero unidos por candados.  Entonces, vi ángeles bajando y abriéndolos con llaves.  Algunos de los candados permanecieron cerrados.  Los candados que se abrieron simbolizaban personas que se arrepintieron de sus pecados, mientras que los que quedaron cerrados simbolizaban personas que no abrían sus corazones.  En ese momento, oí la hermosa, dulce y amorosa voz de la Santísima Madre. 

 

LA SANTÍSIMA MADRE:  

¡Mis amados hijos!  Gracias por aceptar mi invitación.  Ahora, abran completamente sus corazones y rápidamente entren en el refugio de mi ardiente Inmaculado Corazón que ha sido preparado para ustedes.  Se ha preparado un refugio donde puedan descansar cómodamente.  Con valor y apegándose a la Herencia de Fe que ha sido confiada a ustedes, únanse con el Papa con más humildad, siguiendo los mensajes de mi ardiente amor.  

Si los cardenales y muchos obispos y sacerdotes, a quienes el mismo Dios ha escogido, le pusieran  más atención a las pobres almas que van por el camino del infierno, cuidaran de los rebaños de ovejas y los nutrieran para que siguieran el camino al Cielo, se regresarían a Dios y serían salvados por el Pan Eucarístico... pero ¿cuántos de los sacerdotes realmente me están aceptando? 

Sin embargo, el Obispo aquí me ha aceptado en estos tiempos cuando aun el significado del Sacramento de Confesión se está olvidando.  Él ha ayudado a muchas almas al invitarlas a este banquete conmigo, que soy la Reina del Cielo y su Madre Celestial, para que se arrepientan (de sus pecados) y suban a bordo del Arca de Salvación de María que he preparado.  Le ayudaré para que reciba y use la corona celestial de laureles.   

Ya que siempre estaré con ustedes a su lado y les ayudaré como su Madre que se preocupa aun de los detalles pequeños, abran mucho sus corazones y alcancen la victoria sobre el demonio.  Ustedes no se dan cuenta de la gran importancia de sus responsabilidades, ya que estos tiempos están situados en medio de un grave peligro de herejía.  Cultiven bien las semillas que el Señor ha sembrado en ustedes y hagan su mejor esfuerzo para levantar una cosecha del ciento por uno. 

Ustedes tendrán muchos obstáculos y dificultades personales al seguirme, pero, si ustedes realmente creen en los mensajes de amor ardiente del Sagrado Corazón de Jesús y de mi Inmaculado Corazón, tienen confianza en ellos y los siguen, ciertamente  llegarán al Cielo.  Hoy, junto con el Señor que se ha ofrecido completamente por ustedes, los bendigo con mi aliento, consuelo y amor.   

 

Enero 23, 1997  

Mientras estaba rezando en la Capilla junto con unas personas de una estación de TV de Japón y varios peregrinos de los EUA y de Corea, una luz muy poderosa de las Siete Heridas de Jesús en el Crucifijo estaba brillando sobre nosotros.  En ese momento, oí la voz amorosa, dulce y hermosa de la Santísima Madre.  No la podía ver, pero vi una imagen neblinosa de una corona real envuelta en luz. 

 

LA SANTÍSIMA MADRE:  

¡Mis amados hijos!  No rechacen la cruz que se les ha dado ni se quejen de ella.  Ustedes tendrán dolores mientras vivan en la tierra, pero, si no desperdician los dolores pequeños y grandes sino que los ofrecen con amor y me siguen, ustedes recibirán una corona real en el siguiente mundo a causa de los dolores en este mundo.  Por lo tanto, rápidamente abran mucho la puerta de sus corazones y corran hacia mí, que soy su Madre en el Cielo.  Yo prepararé un refugio donde puedan descansar con comodidad.   

Aun antes de que la Santísima Madre terminara de hablar, una mujer de Washington, D.C. empezó a llorar en voz alta.  Ella dio testimonio de que había sido curada de su problema del corazón cuando recibió la luz de las Siete Heridas de Jesús.  Cuando la poderosa luz brillaba sobre ella, ella se estaba arrepintiendo (de sus pecados) y recibió la gracia de sanación. 

 ¡Señor!  Gloria y alabanza a Ti. 

 

Marzo 30, 1997

- La Gran Fiesta de la Resurrección de Nuestro Señor 

Yo estaba rezando y llorando frente a la estatua de la Santísima Madre en la Capilla pensando en los sufrimientos que el Señor y la Santísima Madre están recibiendo a causa de mis defectos.  Pasó un tiempo.  Una luz estaba saliendo del Crucifijo encima de la estatua de la Santísima Madre.  Al igual que antes, era una luz muy poderosa que salía de las Siete Heridas de Jesús.  En el momento en que la luz me llegó, sentí agudos dolores de la luz penetrando siete lugares de mi cuerpo.  Mientras participaba del sufrimiento de Jesús, oí la voz amorosa de Jesús. 

 

JESÚS:  

¡Mi pequeña alma!  ¿Qué no te he dicho que Yo te amo aun cuando cometes errores al usar mal tu libre albedrío?  Hace dos mil años, bebí la Copa de la Pasión al ser crucificado, cuando los hijos en el mundo me estaban violando, abusando y profanando como vientos violentos y olas encrespadas.  Sin embargo, la muerte no me acabó sino que resucité de la muerte y, por lo tanto, les prometí una vida nueva para todos ustedes.  Por lo tanto, no tengan miedo y acérquense mas a Mí.  

Durante las horas cuando pasé de la Muerte a la Resurrección, tú  no dormiste sino que rezaste con fervor, lloraste y me buscaste como pecadora.  Recuerda que vine a este mundo no por los justos sino por los pecadores y que te amo mucho a ti que siempre me buscas como pecadora, igual como amé a María Magdalena que confesó ser pecadora.  Siempre que abras tu corazón, te quedes despierta y reces, tus lágrimas y sollozos se convertirán en alegría.  

Al terminar Jesús de hablar, la luz desapareció también.  Mis ojos se habían hinchado de tanto llorar durante la oración.  Pero regresaron a lo normal y los dolores y lo rojo de mis ojos también se fue.  Podía ver todo con claridad.   

 

Abril 1, 1997  

Visité la Embajada de la Santa Sede en Seúl junto con el Padre Raymond Spies y otras personas y asistí a Misa allí.  El principal celebrante fue el Nuncio Apostólico.  Mientras estaba en meditación después de recibir la Santa Comunión, vi una poderosa luz que bajaba de arriba.  En la luz estaba Jesús, Quien tenía puesto un manto color de marfil y se acercó al Crucifijo, y la Santísima Madre, quien tenía puesto un manto azul y sostenía un rosario al lado derecho de Jesús.  Los ángeles estaban alrededor de Jesús y de la Santísima Madre, protegiéndolos.  En ese momento, oí la voz dulce, agradable, amorosa y hermosa de la Santísima Madre. 

 

LA SANTÍSIMA MADRE:  

¡Mis amados hijos!  No estén tristes ni descorazonados por las diferentes clases de dificultades que han caído sobre ustedes.   

El orden se está derrumbando en este mundo que está atascado en malos hábitos y en degradación.  En el caos resultante, el Mundo de Misterio se está destruyendo.  Sin embargo, soy muy consolada porque ustedes, que han recibido las gracias universales (que Dios pone a la disposición de todos Sus hijos) y se han hecho almas pequeñas, están tratando (de ayudarme), sintiendo el honor de ser asistentes míos, que soy su Madre Celestial y estoy tratando de salvar al  mundo.  Con esperanza, valor y una mayor  humildad, acérquense más a su Señor que  desea salvar al  mundo.  

Ya que he permitido su reunión, ustedes deben alcanzar la unidad unos con otros con cadenas de amor, aun cuando estén lejos unos de otros.  Por el triunfo de mi ardiente Inmaculado Corazón, las cadenas no se deben romper.  Por lo tanto, rápidamente avancen con grandes esfuerzos.   

Mi amado hijo (el Nuncio Apostólico) a quien podría poner en mis ojos sin sentir ningún dolor.  El demonio de la división empleará muchos métodos diferentes para afligirte a ti, que eres un hijo que Dios ama y en quien yo confío y amo, pero ofrece tus dolores por amor.  Yo enviaré ángeles para cuidarte para que no caigas y yo, que soy tu Madre Celestial, siempre estaré contigo.  Cuando tú eres obediente al Papa, que es el primer hijo de la Iglesia, y alcanzas la unidad en mi amor, yo te defenderé como una persona que nunca cede su integridad aun en la adversidad.   

¿Acaso no te he dicho ya que, cuando tú confías siempre en las palabras de esta Madre y me sigues en respuesta a los mensajes de amor que te he dado, nuevos brotes saldrán aun de la tierra quemada, mi Amor se encenderá en las ruinas, y una copa de bendiciones de Dios en lugar de una copa de Su ira les será otorgada a ustedes?  También te he dicho que, cuando ustedes renuncian a sí mismos y difunden el ardiente amor de mi Inmaculado Corazón en todo el mundo, tendrán dolores, pero, si alcanzan la unidad y me siguen, lo que hayan perdido al no seguir al mundo se convertirá en alegría eterna al tenerme a mí.   

¡Mis amados hijos!  Igual como yo he sido escogida para ser la Asistente del Señor, todos ustedes han sido escogidos para ser mis asistentes.  Por lo tanto, el Cielo es realmente de ustedes.  

¡Ahora, mis amados hijos!  Tengan confianza en todas las palabras que les he dado y rápidamente entren en el refugio que les he preparado para que descansen.  También, reciban las infinitas gracias del Señor, Quien se ha entregado completamente por amor a ustedes.  Entonces, An-nyoung (Adiós).   

Cuando la Santísima Madre terminó sus palabras, Jesús, que  tenía puesto un manto color de marfil y estaba lleno de dignidad pero también se veía muy amoroso, levantó Sus manos y nos bendijo.   

 

Mayo 25, 1997

- en Hong Kong  

Durante una Misa en el Centro de Cuidado Pastoral para Inválidos en Hong Kong, la Santísima Madre se apareció como la Madre de Misericordia, con un manto azul, un escapulario en su mano izquierda, un rosario color de marfil en su mano derecha, y con una brillante luz alrededor de su cabeza.  Poco después su manto azul se convirtió en blanco.  Ella extendió sus manos hacia nosotros, que asistíamos a Misa, y después juntó sus manos para rezar.  Esto fue durante la lectura del Evangelio de Mateo 28:16-20, acerca de Nuestro Señor, justo antes de Su Ascensión, dándoles a Sus discípulos la misión de difundir el Evangelio por todo el mundo.  

La Santísima Madre estaba sonriendo con hermosura y amor y empezó a hablar:

 

LA SANTÍSIMA MADRE:  

¡Queridos hijos!  Recuerden que siempre estoy con ustedes donde quiera que estén en el mundo.   

En especial consuelen a los inválidos haciéndoles saber que los amo mucho.  El demonio está muy activo, empleando todos los medios disponibles para hacerlos caer.  Sin embargo, recuerden que los estoy cuidando y protegiendo a ustedes que me siguen y se ponen totalmente en mi manos con fe y confianza.  

También quiero que ustedes practiquen mis mensajes de amor.  Si ustedes aceptan bien mis palabras y las practican unidos unos con otros, mis mensajes de amor se extenderán a China también, ellos (la gente de China) aceptarán al Señor y sus almas cambiarán.  Por lo tanto, por la conversión de los pecadores y por la paz del mundo, recen y hagan reparaciones y hagan penitencia sin cesar.   

Siempre que rezas, Yo, tu Madre Celestial, rezo contigo.  Sin embargo, no puedo rezar contigo cuando rezas en formas egoístas.   

¡Mis amados hijos!  Recuerden siempre que la puerta de mi Arca de Salvación, un arca más grande que el universo, permanece abierta y que deseo que todos los hijos en el mundo suban a bordo del Arca y me ayuden para que no solamente tú  sino todos los pecadores se puedan arrepentir y ganar el Cielo.  Si todos ustedes viven de acuerdo a mis mensajes de amor, entonces la justa ira de Dios Padre se calmará y el Señor será consolado.  A todos ustedes, les doy una bendición en el Amor del Señor.  An-nyoung. 

Mientras la Santísima Madre hablaba, una poderosa luz salió de arriba y brilló sobre todas las personas en la Misa.
 

Junio 12, 1997

Su Excelencia el Obispo Paul Chang Yeol Kim de la Diócesis de Cheju en Corea, y el Padre Anthony Jung Yong Kim, un anciano sacerdote en la Arquidiócesis de Kwangju, vinieron a la casa de la Santísima Madre.  El Obispo Kim y el Padre Kim estaban platicando con Rufino y conmigo delante de la estatua de la Santísima Madre.  El Obispo Kim dijo que las Sagradas Hostias que habían bajado de arriba debieron haberse conservado.  Él expresaba su preocupación por la indiferencia en la Iglesia.   

Cuando el Obispo decía, "Si ocurren milagros Eucarísticos otra vez, (las Sagradas Hostias) deben ser preservadas," una luz empezó a salir del Crucifijo.  Entonces el Obispo dijo, "Recemos juntos." En ese momento, descendió un objeto blanco.  Traté de recibirlo en mis manos, pero fue tan repentino que no pude recibirlo.  El objeto blanco cayó sobre el altar delante de la estatua de la Santísima Madre haciendo un claro ruido.  El Obispo, el sacerdote, y otros presentes oyeron el ruido del objeto blanco al caer sobre el altar y se acercaron a la estatua de la Santísima Madre.  Rufino gritó, Oh, la Eucaristía! ¡La Eucaristía!"  El Obispo vio la Sagrada Hostia y se arrodilló inmediatamente, diciendo, "¡Jesús Quien está vivo!"  

Yo también me arrodillé sin poder controlar mis lágrimas dándole gracias a Dios por haberle dado una señal al Obispo cuando decía, "Si ocurren milagros Eucarísticos otra vez, (las Sagradas Hostias) deben ser preservadas."  Yo seguí llorando, recordando cómo todos nosotros que amamos la Santísima Madre estábamos llorando y sintiendo dolor cuando las siete Sagradas Hostias que descendieron en Junio 30, 1995 no pudieron ser preservadas.  Entonces, oí la voz amorosa, dulce y hermosa de la Santísima Madre.

 

LA SANTÍSIMA MADRE:  

¡Mis amados hijos!  Hoy es realmente un día gozoso.  (Este) Obispo que vino a mí diciendo ¡°Amén¡± al llamado de esta Madre Celestial, entendió mi preocupación y me consoló.  Por lo tanto, Dios manifestó, con un amor especial, una señal de amor al enviar personalmente la Eucaristía, la cual es una substancial presencia de Jesucristo.  Dios le prometió una herencia a Abraham, no porque haya cumplido bien con las leyes.  Dios lo reconoció como un hombre justo por su fe y les concedió gracias aun a sus seguidores.  De igual manera, todas las almas que crean en la señal dada a ustedes hoy y la sigan recibirán las mismas gracias que ustedes.   

¡Amado Obispo!  ¡Mi querido hijo a quien podría poner en mis ojos sin sentir ningún dolor!  Difúndelo rápidamente.  Háblale a todo el mundo del Misterio de la Eucaristía, en donde el Señor está realmente presente, y del ardiente amor de mi Inmaculado Corazón, y por lo tanto, ayuda a la pequeña alma que he escogido.   

Cuando tú me sigas, teniendo presente que ayudarla a ella es ayudarme a mí, yo te marcaré con un sello de llamas del sublime y poderoso amor de mi ardiente Inmaculado Corazón.  Por lo tanto, no me evites ni titubees a causa de los deseos del cuerpo corruptible, ni por guardar apariencias o por quedar bien ante otros. 

En la Iglesia, el cubrir las faltas de uno mismo, el tener el espíritu de ser crítico de los demás, y de ser rápido y analítico al encontrar las fallas en los demás es lo que hacen los teóricos, no los sacerdotes.  Esto es porque, aun cuando es necesario el razonamiento, uno no debe hacer juicios impacientes en cuanto al amor del alma que está inmersa en el amor.   

Debido a que muchos sacerdotes saben con sus cerebros y dicen con sus bocas que una búsqueda del mundo y la carne conducirán a la perdición y que una búsqueda de los asuntos espirituales conducirá a la felicidad eterna pero no la practican, he llamado al Obispo, que me está siguiendo, en una forma especial y deseo difundir el ardiente amor de mi Inmaculado Corazón.   

Hazte más pequeño.  Te invito al Cielo donde sólo entran las almas pequeñas.  Debido a que la puerta del Cielo es pequeña y las almas grandes no la pueden cruzar, constantemente te debes hacer más pequeño y traerme muchas almas para que puedan ser nutridas con mi leche espiritual de amor y hacerse almas pequeñas.   

¡Mis bebés que han sido invitados a hacerse almas pequeñas!  La copa de la ira de Dios se está desbordando, porque el mundo ha alcanzado el punto de saturación con pecados y gran degradación.  Aceleren sus esfuerzos, recordando que el tiempo del juicio se está demorando por las almas pequeñas a pesar de su pequeño número.  Cuando se incremente el número de almas pequeñas, la voz de ira y el aliento de coraje de Dios se convertirán en una bendición y este mundo se convertirá en el Reino del Señor.   

Ahora es el tiempo de purificación.  Tomen mis manos rápidamente y quédense en el ardiente Sagrado Corazón de Jesús y en el ardiente Inmaculado Corazón de esta Madre.  Y ofrézcanse completamente y difundan el amor del Señor de acuerdo a los deseos de esta Madre, que es la Asistente en la Redención, con el fin de salvar este mundo que se ha hecho corrupto y contaminado en una gran degradación.  Entonces, hasta las almas que van corriendo hacia el infierno podrán regresar al seno de la Iglesia por ti, que piensas que no estás calificada.   

¡Mis pequeñas y amadas almas!  Mi Hijo Jesús salvó muchas almas con Sus crueles y terribles sacrificios.  Pero muchos hijos continúan ofendiéndolo y no están respondiendo al sublime amor de (Sus) sacrificios.  Pero el ardiente Sagrado Corazón de Jesús y mi Inmaculado Corazón están esperando el regreso de todos los hijos dejando la puerta totalmente abierta y deseamos que este obstinado y malvado mundo se arrepienta rápidamente y que se establezca el Reino del Señor.   

¡Mis amadas almas que han respondido a mis angustiosas llamadas!  Ya he dicho, "Aquellas almas que carguen sus cruces y sigan al Señor, difundan y practiquen el Evangelio, y acepten mis mensajes de amor serán salvados y disfrutarán la vida eterna." Sin embargo, muchas almas me imploran ayuda como si se agarraran a un salvavidas solamente cuando tienen dolores y, después de que reciben las gracias que han estado pidiendo, regresan a sus vidas miserables en lugar de reformar sus vidas y practicar mis mensajes de amor a causa de los absurdos falsos rumores y de su orgullo.  Es por eso que mi Corazón me duele tanto que le hago una solicitud al Obispo que vino hoy a mí.  Ayuda a preparar un tabernáculo a mi lado y celebra Misa.  Consulta con el Obispo (de esta diócesis) y el Sacerdote para que las Misas puedan ser celebradas (en la Capilla).  Apaga mi sed cumpliendo mi sincero y angustioso ruego.  De esta manera, prepara sanas oportunidades para presentar la alegría del amor y del arrepentimiento a aquellas almas que están tan infectadas con pecados que hasta han perdido su sentido de dirección y andan sin rumbo.  

Ahora, consagren sus almas a la causa que es preciosa para mí  y disuélvanse en las divinas virtudes de Fe, Esperanza y Caridad en una forma santa y universal.  Ya que yo siempre estaré al lado de ustedes que me siguen, no tengan miedo de nada y difundan (mis mensajes).  Aquellos que ahora se oponen y critican después golpearán sus pechos y se arrepentirán, haciendo que el número de personas de su lado crezca.  La razón por la cual hablo con frecuencia y repito mi solicitud es que muchos de los sacerdotes, religiosos e hijos (laicos) no entienden mis palabras.  ¿Quién será responsable, si los rebaños de ovejas que se han perdido se dispersan y caen al infierno?  

Los sujetos a  Satanás están deslumbrando a muchas almas aun empleando secretamente el espiritismo.  Por lo tanto, rápidamente descúbranlos y difundan sólidamente mis mensajes de amor a todo el mundo.  De esta manera, gocemos la felicidad eterna juntos con el Señor que está realmente presente en la Eucaristía.  Ustedes, que me están siguiendo y que trabajan para mí, con toda seguridad estarán de pie a mi lado y verán la gloria.   

 

Junio 30, 1997 (1)

- cerca de las 2:40 p.m.   

Más de 30 sacerdotes de Corea y de otros países vinieron a Naju y concelebraron la Misa en recuerdo del 12° aniversario de las primeras lágrimas de la Santísima Madre en Naju.  Mientras estaba meditando después de comulgar, tuve una visión del mundo que se oscurecía y quedaba sin luz.  Desde la oscuridad, oí los gritos de mucha gente, pero sin verlos.  Grité, "!Señor! Ten misericordia" Sentí un dolor en el corazón al pensar en estos hijos de Dios que no podían encontrar su camino, errantes y gritando en la oscuridad.   

Grité otra vez, "Arrepintámonos.  El arrepentimiento es el atajo a la salvación.  Dios nos salvará sin preguntarnos por nuestro pasado, si rezamos pidiéndole a Dios que perdone nuestros errores y aceptando todo como si fuera culpa nuestra en lugar de culpar a otros."  Entonces, los sollozos y lamentos de muchas personas se convirtieron en llantos de arrepentimiento y oración.  En ese momento, una brillante luz empezó a salir desde un punto en el cielo y se apareció la hermosa Madre de Misericordia con un manto azul, cargando al Niño Jesús, y rodeada de ángeles.  Mientras ella venía hacia nosotros, la luz continuó extendiéndose haciendo que el mundo brillara.  Muchas personas que habían estado llorando vieron la luz, se pusieron de pie y vitorearon a la Santísima Madre.  Sin embargo, también había muchos que no ponían atención y no respondían.  En ese momento, la Santísima Madre empezó a hablar en una forma dulce y humilde. 

 

LA SANTÍSIMA MADRE:  

¡Hija!  ¿Viste eso?  La mayoría de los pastores en la Iglesia ni ahora me están aceptando.  Debido a esto, el mundo está cubierto de una terrible oscuridad y está cerca de hundirse en un profundo abismo de oscuridad.  La oscuridad en el mundo se ha hecho tan densa que el mundo está ahora en una encrucijada.  (Esta crisis) se manifiesta en la Iglesia como una profunda división y apostasía, la cual se encuentra aun entre muchos sacerdotes. Numerosos sacerdotes e hijos no nada más se rehúsan a aceptar mi invitación sino que además muestran un abierto rechazo a la misma, clavando cruelmente a mi Hijo Jesús en la Cruz otra vez.   

Sin embargo, ustedes vinieron de muchos lugares alrededor del mundo para celebrar el aniversario de mis lágrimas y lágrimas de sangre, respondiendo a mi invitación con "Amén"  Por lo tanto, yo los abrazaré a todos ustedes en mi ardiente Inmaculado Corazón y los nutriré otra vez.  

¡Mis amados sacerdotes!  ¡Mis adorables hijos a quienes podría poner en mis ojos sin sentir ningún dolor!  A los sacerdotes que han aceptado la invitación a mi banquete, les daré gracias especiales.  Ellos pudieran verse débiles ahora, pero, como sé que ellos creerán, aceptarán y practicarán bien mis palabras, yo los ayudaré a llevar muchos rebaños de ovejas al Cielo y entrar en él.  Igual como Dios reconoció a Abraham como un hombre justo por su fe firme, yo los reconoceré a ustedes que me siguen y me dan a conocer y pondré coronas de laureles en ustedes y dejaré que estén de pie a mi lado en la hora del Juicio Final. 

Sin embargo, hijos, no se descuiden ni sean complacientes.  El demonio sabe bien de las gracias que ustedes han recibido y tratará de separarlos de mi amor al hacer, astuta y cruelmente, que sigan su propia voluntad y por lo tanto que se dispersen y sean orgullosos.  Por lo tanto, estén siempre despiertos y recen conmigo. El Corazón de esta Madre sufre mucho a causa de los sacerdotes y numerosos hijos que son como los Fariseos que estaban llenos de curiosidad, persiguiendo milagros en lugar de consolarme a mí, que les estoy rogando con lágrimas y lágrimas de sangre aun en estos tiempos.   

Cuando la Santísima Madre dijo esto, salieron lágrimas de sus ojos.  Ella continuó hablando con angustia pero también con amor.   

No nada más los hijos que no me conocen pero aun ni los sacerdotes están reconociendo mis angustiosos ruegos que estoy haciendo, derramando lágrimas y lágrimas de sangre, y están preparando intrigas inútiles y quedan atrapados en sus propias trampas.  Ellos no sólo se rehúsan a escuchar mis palabras sino que también, llenos de curiosidad, se rehúsan a investigar los hechos y me rechazan sin temor de Dios y con una mente distorsionada.  Estoy abrumada de dolores.   

La Santísima Madre continuó llorando.   

¡Mis amados hijos!  Dejaré que la luz, amor y la gracia de mi Inmaculado Corazón se derramen sobre todos ustedes que vinieron a pesar de las grandes distancias, a buscarme a mí, que les he estado rogando (a ustedes) con lágrimas.  En estos tiempos peligrosos, extremadamente peligrosos, seguramente ustedes verán nuevos retoños brotar aun de la tierra quemada, cuando se den cuenta que esta Madre es necesitada por todos ustedes y me sigan.  A todos ustedes que han sido invitados a este gran banquete, les doy mi amor combinado con la bendición de Dios.  Ahora, reciban la bendición del Señor. 

En ese momento hice la Señal de la Cruz y salí del éxtasis oyendo al sacerdote dar la bendición al final de la Misa.  Vi a Jesús dando la bendición junto con el sacerdote, parado detrás de él.   

 

Junio 30, 1997 (2)

- Durante la Reunión de Oración Nocturna.   

De cuatro a cinco mil personas incluyendo coreanos y sacerdotes extranjeros se habían reunido para rezar en el Gimnasio de Naju en recuerdo del 12° aniversario de las primeras lágrimas de la Santísima Madre en Naju.  La estatua de la Santísima Madre, que había llorado, fue colocada en el Gimnasio.  Oí la hermosa voz de la Santísima Madre desde su estatua. 

 

LA SANTÍSIMA MADRE:  

¡Mis amados hijos, sacerdotes, y mis niños!  Hay tantas multitudes de gente que traicionan a esta Madre como Judas todos los días, pero les agradezco a ustedes que están tomando parte en mi gran banquete para consolarme.  Aun aquellos que no tenían la intención de consolarme también vinieron aquí por mi invitación.  Por lo tanto, yo los abrazaré a todos ustedes en los ríos de mi misericordia y en la luz de mi Inmaculado Corazón y los nutriré y haré que respiren en el refugio de mi Inmaculado Corazón.  En cualquier problema, adversidad y dificultad en la que pudieran estar, olviden la curiosidad y tengan una total confianza.  Aun si pareciera que los pecados están llegando al punto de saturación y que la oscuridad cubre todo, yo haré milagros de amor por medio de ustedes, que confían en mí y me siguen. 

¡Mis queridos y adorables bebés!  Demasiadas almas, que no olvidan la curiosidad y que andan sin rumbo, están fascinadas por los falsos profetas y no pueden discernir a causa de la tentación de Satanás.  Por lo tanto, les pido que practiquen fielmente mis mensajes de amor cuanto antes y que no vean a esta Madre con ojos humanos ni la juzguen con pensamientos humanos.  Si ustedes se abandonan totalmente en mí con confianza en lugar del razonamiento y lógica, me responden con "Amén", y me dan a conocer, mis esfuerzos pronto serán victoriosos gracias a su ayuda; ustedes se estarán riendo de los grandes mentirosos que no confían en mí, la Madre;  ustedes pronto verán el día en el que sabrán la gran felicidad que es el confiar y seguir a esta Madre Celestial a pesar de los inherentes dolores.  Les doy bendiciones a todos ustedes que están aquí reunidos, junto con el Amor de mi Hijo Jesús a Quien amo en extremo. 

 

 

Julio 13, 1997  

Un Monseñor de Roma visitó la Casa (Capilla) de la Santísima Madre en Naju.  Mientras él estaba rezando delante de la estatua de la Santísima Madre viendo fotografías y platicando con otros acerca de la Santísima Madre, una Eucaristía descendió y una luz brillante salió del Crucifijo y de la estatua de la Santísima Madre, que había llorado, cayendo sobre todos los presentes. 

 

LA SANTÍSIMA MADRE:  

Adoren y acepten completamente al Señor omnipotente Quien estuvo en el pasado, está ahora y en el futuro vendrá a ustedes; y sean totalmente leales al Papa en una forma heroica, mostrando el poder del amor.  Mi amado Papa, que es el primer hijo de la Iglesia y el sucesor de Pedro, está exhausto y sufre ahora una agonía de muerte no solamente interna sino también físicamente.  Por lo tanto, quiero que ustedes recen por él como sus verdaderos hijos.  Recuerden siempre que el centro de sus oraciones debe ser mi Hijo Jesús, Quien está realmente presente en la Eucaristía, y déjense absorber más (en Él).  

¡Hijos a quienes he llamado!  ¡Mis amados hijos e hijas!  Escuchen bien.  Las señales que les estoy dando en este pequeño país, Corea, que es mi hijo más pequeño, son las señales para la Iglesia en todo el mundo.  Ayúdenme a salvar este mundo que está cubierto de oscuridad.  ¿(Quieres preguntar) cómo puedes ayudar? 

(Lo que quiero es que) mis mensajes de amor, que les he estado gritando hasta que mi garganta empieza a sangrar y que les he estado rogando (que acepten) derramando lágrimas y lágrimas de sangre y exprimiendo aceite fragante de todo mi cuerpo, sean aceptados por toda la Iglesia lo más pronto posible; que numerosos rebaños de ovejas que se han dispersado regresen; y que se celebren Misas en la Basílica del Arca de Salvación de María.  Allí, los sacerdotes, que son mis amados hijos, se santificarán en el amor combinado del Sagrado Corazón de Jesús y mi ardiente Inmaculado Corazón y llevarán a muchos rebaños de ovejas en un atajo al Cielo.  

¡Mis amados hijos e hijas!  Numerosos hijos que están cubiertos de oscuridad dicen que creen en Dios pero están uniendo sus fuerzas con el demonio.  Sin embargo, hasta pierden su sentido de dirección y andan sin defensa alguna como un barco a la deriva.  Por lo tanto, rápidamente respondan a los ruegos de esta Madre en unidad para evitar un desastre.  

Aun algunos sacerdotes escuchan rumores falsos e ignoran y maltratan a esta Madre.  Están muy emocionados y triunfantes como si fueran veteranos de muchas batallas, provocando la terrible ira de Dios.  Con sus lenguas, hablan falsedades; de sus labios fluye veneno; y sus gargantas son como tumbas abiertas.  A menos que se arrepientan, se enfrentarán a terribles consecuencias como el final de Saúl.  Si continúan rehusando arrepentirse y aceptar mis palabras, ¿qué más puedo hacer, cuando ni siquiera Dios puede hacer más, ya que Él permitió que los humanos tuvieran libre albedrío?  ¿Saben ustedes cuál fue el final de Saúl?  Dios le retiró Su amor a Saúl, pero no retirará Su amor de ustedes, que me están dando a conocer.  En lugar de eso, Él les otorgará inmensas bendiciones a ustedes. 

Ya que yo seré su verdadera Madre, quiero que trabajen en unidad como los verdaderos hijos de esta Madre. 

Cuando la Santísima Madre terminó de hablar, la luz desapareció también. 

 

Agosto 15, 1997

_Solemnidad de la Asunción de Nuestra Señora  

Se tuvo un servicio especial de oración nocturna en el gimnasio en el Centro Provincial de Jeonnam para los Incapacitados, ya que la Capilla era muy pequeña para recibir el gran número de personas que venían al servicio de oración.  La estatua original de la Santísima Madre, que había llorado, fue colocada en el gimnasio.  Cerca de las 10:30 p.m., mientras estábamos rezando los Misterios Gloriosos del Santo Rosario, la Santísima Madre se apareció, irradiando luz del Cielo, con un manto azul y rodeada de ángeles.  Ella sostenía un rosario en su mano derecha y un escapulario en la izquierda.  Ella empezó a hablar con una voz pesarosa y derramando lágrimas.

 

LA SANTÍSIMA MADRE:  

¡Mis amados hijos!  ¿Hasta cuándo voy a tener que moverme de un lugar a otro?  Rápidamente preparen mi casa donde podamos ofrecer Misa junto con los sacerdotes, que son ministros de mi amado Hijo Jesús.  Esto es porque quiero que los pobres hijos, que se han separado de Jesús y de mí, que están inmersos en una gran tormenta y están empujados a la orilla del infierno y están colocados en medio del peligro, puedan regresar al refugio de mi Inmaculado Corazón, sean guiados al camino del arrepentimiento y penitencia, y sean salvados.  

Junto con mi Hijo Jesús, bendigo a todos ustedes que están aquí reunidos bajo mi nombre.  An-nyoung.  

Cuando ella terminó de hablar, la Santísima Madre, los ángeles y la luz se hicieron invisibles.  

 

Agosto 27, 1997  

Cerca de las 11:40 a.m., mientras estaba rezando delante de la estatua de la Santísima Madre en la Capilla junto con el Padre Raymond Spies y otros peregrinos, vi una luz hermosa saliendo como la luz del sol del Crucifijo y de la estatua de la Santísima Madre.  Cuando estábamos rezando el Tercer Misterio Glorioso del rosario, la Santa Eucaristía descendió.  Era aproximadamente el mediodía.  

Cerca de las 6 p.m., estaba otra vez rezando delante de la estatua de la Santísima Madre, adorando y rezándole a la Sagrada Hostia delante de la estatua de la Santísima Madre.  Cerca de las 6:40 p.m., el Crucifijo y la estatua de la Santísima Madre se pusieron muy brillantes y la Santísima Madre empezó a hablar desde su estatua con una voz llena de dolor.

 

LA SANTÍSIMA MADRE:  

¡Mi amada hija!  Aun aquellos que dicen que me conocen están espiritualmente ciegos y sordos y no pueden ver o entender.  El Corazón de esta Madre está tan abrumado de dolores que está ardiendo.  

Mi Hijo Jesús, Quien es divino, merece todo el poder, honor, gloria y adoración, pero viene a ti en persona en la forma de pan, escondiendo todo Su Poder, Dignidad, Divinidad y Humanidad con el fin de salvar los hijos que se han perdido y que andan errantes.  Sin embargo, (algunas personas que) han visto tantas Señales de Amor hasta ahora creen que la Santa Eucaristía, que es la Substancia de Jesús, Quien está vivo, está respirando y quiere estar contigo, es simplemente una hostia, y ellos juzgan...  

¡Ah!  Estoy triste.  El número de hijos que entienden el Misterio de la Santa Eucaristía, que realmente la aceptan, y que dan a conocer la Real Presencia en la Santa Eucaristía es extremadamente pequeño.  

La Santísima Madre lloró con tanto dolor, como si su Corazón realmente se fuera a romper.  Un rato después, ella continuó hablando con una voz pesarosa y angustiosa.  

¡Mis amados hijos!  Mi Hijo Jesús, Quien está cubierto de Sangre en la Cruz y que tiene una corona de espinas en lugar de una corona real, viene a ustedes por Su Amor con el fin de salvar aun a aquellos que son los más malvados.  El Señor, Quien es su Salvador, ama a todos los hijos en el mundo tanto que Él viene a ustedes en la forma de pan.  Sin embargo, (la gente) está desperdiciando tiempo diciendo palabras inútiles en lugar de darle las gracias y adorarlo con fervoroso amor y un corazón devoto.   

Rápidamente adoren y récenle a la Santa Eucaristía, que es el Pan de Vida, con un corazón sublime, y por lo tanto, hagan reparaciones por los insultos que mi Hijo Jesús, Quien está realmente presente en la Santa Eucaristía, ha recibido y consuélenlo a Él. 

¡Hijos!  ¡Mis amados hijos!  No hay tiempo para esperar o  titubear.  Rápidamente difundan los mensajes de mi Inmaculado Corazón que está ardiendo con amor por los hijos en el mundo, y por lo tanto, ayuden a los pobres y lastimosos hijos, que están atascados en pecados, a ganar una vida nueva y ser salvados. 

Muchos hijos en el mundo han perdido su sentido de dirección en medio de un mar de confusión, no tienen capacidad de discernimiento, están espiritualmente confundidos e inestables, y están tratando de seguir a falsos profetas como la gente que se ha hecho tan débil que han sido reducidos a piel y huesos.  Los demonios deben estar muy contentos.  

Por lo tanto, despiértense rápidamente de su sueño y respondan a los ruegos de esta Madre, que ella les hace a ustedes derramando lágrimas y lágrimas de sangre, y conviertan sus vidas en oraciones.  Grítenles a los hijos en el mundo para que los demonios, que los están atormentando, puedan ser eliminados y ustedes puedan llegar al Cielo.  

Todos ustedes, que yo he escogido, deben unirse unos con otros con un mayor amor y aplacar la justa ira de Dios como almas pequeñas.  Se deben dar cuenta que Dios los puede hacer exitosos y prósperos, pero también los puede exterminar y alejarlos de Él.  Quiero que todos ustedes se despierten rápidamente y se salven, ofreciendo oraciones fervientes y practicando el amor.  

Cuando la Santísima Madre terminó de hablar, la luz desapareció y se hizo el silencio.

 

 

Agosto 28, 1997  

Tenía grandes dolores pero fui a la Capilla, sostenida por otros, y empecé a rezar con tres sacerdotes y otros peregrinos delante de la estatua de la Santísima Madre.  Mi mente estaba llena de pensamientos de la Santa Eucaristía que había bajado el día anterior.  Salían lágrimas de mis ojos, mientras yo meditaba que Jesús vino a este mundo no a ser servido sino a servir y, por lo tanto, se humilló repetidamente aun al grado de descender al suelo, que está debajo de nuestros pies.  Jesús (en la Eucaristía) primero bajó a las manos de esta pecadora indigna; después debajo de la estatua de la Santísima Madre; después al piso elevado en la capilla; y ahora al piso inferior.  Parecía que Él estuviera diciendo, "Igual como Yo, todos ustedes  deben abajarse y hacerse más humildes, pequeñas personas."

Pasó algo de tiempo.  De repente se hizo muy brillante delante de mí.  Vi la luz saliendo del Crucifijo y de la estatua de la Santísima Madre y brillando sobre nosotros.  Entonces, oí la voz muy hermosa, amorosa y dulce de la Santísima madre, que también se oía muy pesarosa.

 

LA SANTÍSIMA MADRE:  

¡Mis amados hijos que han sido llamados!  El Corazón de esta Madre Celestial sufre mucho, porque la noche en este mundo se está haciendo más oscura y las ventanas de las almas permanecen fuertemente cerradas a pesar de los ruegos de mi Hijo Jesús y los míos para que nos acepten.  El Corazón de esta Madre se está rompiendo en pedazos, porque esas personas equivocadas no ven la viga en sus propios ojos pero están tratando de quitar las astillas de los otros con una hipocresía que los hace criticar y juzgar a otros y preocuparse solamente de las apariencias externas.  

Debido a los ardides del demonio, la división en la Iglesia se está haciendo más severa y muchas almas están cayendo en un pantano y están luchando en él.  Pero aun muchos de los pastores son incapaces de hacer discernimiento y están culpando a otros en lugar de rescatarlos.  Estoy tan angustiada.  

¡Mis amados hijos!  Recen por ellos.  Recen y recen por aquellos que no pueden ver u oír, porque están ciegos y sordos.  ¿Cómo puede ser una persona ciega guía de otros ciegos?  Las ovejas que siguen a un guía ciego caerán todas en el pozo.  Por lo tanto, rápidamente abran sus ojos y oídos y sigan a esta Madre que les ha estado rogando y derramando lágrimas.  

¿Qué contentos se pondrán los demonios si aquellos que han recibido la tarea de alimentar y cuidar a otros con la Palabra de Dios no pueden conservar la Herencia de Fe que les ha sido confiada?...  Su responsabilidad delante de Dios es extremadamente pesada.  

Sepan que mi nacimiento en este mundo fue la señal que anunció el cumplimiento de todos los pactos del Antiguo Testamento; y la llegada de una nueva era de todas las gracias y la salvación en Cristo.  Y practiquen los mensajes de amor que les estoy dando y únanse al Amor del Señor Quien desea salvar el mundo.  

Igual como las manecillas de un reloj que siguen moviéndose sin parar, este mundo al igual que la pasión pasarán.  Pero los Mandamientos de Dios nunca cambiarán.  Por lo tanto, no tengan miedo, angustia ni desesperación, y entréguense totalmente a esta Mamá que los está educando y se preocupa por ustedes.  No olviden que yo, quien comparto sus pesares, dolores y angustias, estoy siempre con ustedes.  Y con más energía y más valor, háganle saber al mundo del Amor que está ardiendo en mi Corazón.

Los días cuando las pequeñas almas se reúnan, respiren y vivan en mi Inmaculado Corazón son los días que están salpicados con mi inmensa y poderosa presencia.  Por lo tanto, Satanás, mi enemigo, puede parecer victorioso ahora, pero mi Inmaculado Corazón seguramente triunfará con la ayuda de ustedes que se ven tan indefensos e indignos.  

¡Por lo tanto, todos los hijos en el mundo!  Pónganse de pie rápidamente y hagan un nuevo comienzo uniendo sus fuerzas.  Cuando ustedes trabajen con heroísmo con una total lealtad y mostrando el poder el amor, yo les ayudaré, los consolaré y seré no nada más su corona de laurel en el Cielo sino también su corona de flores mientras vivan en este mundo.  An-nyoung.  

 

Noviembre 24, 1997  

En conmemoración del quinto aniversario de la primera exudación del aceite fragante de la estatua de la Santísima Madre y también el tercer aniversario del primer descenso de la Santa Eucaristía a la Capilla, el Padre Raymond Spies y otros peregrinos estaban rezando el rosario juntos delante de la estatua de la Santísima Madre en la Capilla.  Mientras rezábamos el Tercer Misterio Doloroso, vi una poderosa luz saliendo del Crucifijo y de la estatua de la Santísima Madre y oí la voz amorosa, dulce y hermosa de la Santísima Madre.

 

LA SANTÍSIMA MADRE:  

¡Mi amada hija!  ¡Mis amados hijos que han respondido a mi llamada!  Recuerden que Dios, Quien los ama mucho, puede destruir columnas de fierro y paredes de bronce en un instante, no importa qué tan sólidas hayan sido construidas, y también las puede levantar.  Difundan los mensajes de amor del Señor y de esta Madre sin perder la esperanza pero con valor y rápidamente para que los numerosos hijos que han perdido su camino y que andan errantes en estos tiempos urgentes puedan ser salvados.  

Aun si el mundo rehúsa arrepentirse y se convierte en mares de fuego igual que en los tiempos de Sodoma y Gomorra, y violentas olas amenazan llevárselos como en tiempos de Noé, yo los protegeré, a ustedes que me siguen con confianza y fe y están dando a conocer el ardiente amor en mi Inmaculado Corazón.  Yo los sostendré como una persona que nunca pierde su integridad aun en la adversidad y los conduciré al Jardín Celestial.  Por lo tanto, por amor ofrezcan aun los dolores que les hacen sangrar por dentro por la conversión de los pecadores.  ¡An-nyoung!

 

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