Enero 23, 1993
- Primer Día del Año
(Calendario Lunar)
Tenía mucho dolor, pero fui a la Capilla a rezar delante de la estatua
de la Santísima Madre y a ofrecerles saludos por el Año Nuevo a Jesús y a la
Santísima Madre. Ofrecí mis saludos en
unión con los corazones del Santo Padre, los Obispos, sacerdotes, religiosos y
todos los asistentes en el mundo para la Santísima Madre en Naju. De repente, se puso muy brillante alrededor
de la estatua y la estatua se convirtió en la hermosa y siempre viva Santísima
Madre. Ella habló con una voz cálida,
amigable y al mismo tiempo angustiosa.
LA SANTÍSIMA MADRE:
¡Mi amada hija! Gracias por tu
amoroso corazón y tus ofrecimientos.
Los bendigo a todos ustedes.
Quiero que todos se queden en mi paz y se hagan instrumentos de paz
entre sus vecinos.
¡Qué numerosos son los falsos profetas estos días! Han caído en el engaño del demonio y están
difundiendo todo tipo de información falsa como mensajes míos. De esa manera, están confundiendo a mis
hijos y promoviendo el desorden para
neutralizar y diluir mis mensajes.
Esto me causa mucho dolor. Ustedes
también han sido perseguidos y criticados con tantas absurdas acusaciones. A pesar de tantos malentendidos, no tengan
miedo, y síganme, confiando todo a mí.
¡Hija! Yo siempre estaré con
ustedes. ¿Por qué te preocupas
tanto? El demonio es tan violento que
está movilizando a algunos de mis sacerdotes para meter mis mensajes en un
remolino de confusión. Por esta razón,
un terrible peligro amenaza al mundo y se acerca la hora de la apostasía y
traición. Cada día empeora la
degradación de la especie humana y el mundo está en la orilla de un
precipicio. Los humanos están causando
su propia destrucción.
Porque no están cumpliendo con las Palabras del Señor y mis mensajes de
amor, muchas advertencias de castigo están cayendo sobre ellos: terremotos,
inundaciones, sequías, accidentes de tráfico, incendios, hambres, epidemias,
grandes destrucciones, muchos tipos de desastres ecológicos, climas
anormales... Aún así, no despiertan, y
hacen que mi Corazón arda y arda tanto que derramo lágrimas de sangre.
¡Hija! Recemos con más fervor
por la especie humana que está provocando su propia destrucción y por la
Iglesia y el Papa. Toda la especie
humana se debe convertir rápidamente, antes de que clamen con temor.
Habrá persecuciones cuando la Iglesia sea herida y dividida, pero ofrece
bien esta hora de agonía. Quiero que
todos ustedes se queden en una cálida amabilidad unos con otros y en oraciones
de profundo silencio.
Respeten la dignidad de los humanos y practiquen el verdadero amor
ayudando a aquellos que no tienen nada en lugar de ayudar a los arrogantes, y
encontrando y dando amor a aquellos que son pobres, hambrientos y enfermos, y
haciéndose sus amigos. Preparen un
lugar donde puedan recibir a aquellos que deambulan y sufren; denles ropa a los
que no tengan; den una atención cálida y misericordiosa a los incapacitados; y
denles consuelo a aquellos que han sido heridos.
Tu sufrimiento y sangrado interno es muy severo, pero sígueme, y
recuerda que el Señor de Amor está preparando un lugar de sagrada alegría y
satisfacción para ti en el Jardín Celestial.
Yo siempre estaré a tu lado y te alentaré y ayudaré. Por lo tanto, no pierdas la esperanza, pero
confía todo a mí. ¡Adiós! ¡An-nyoung!
Cuando la Santísima Madre terminó de hablar, la luz desapareció
también. Su apariencia regresó a la de
la estatua, pero el aceite fragante corría por la estatua. El aceite fragante había estado fluyendo
desde noviembre 24, 1992.
¡Que el aceite fragante que
la Madre nos da, lave lo sucio de todo el mundo y lo deje limpio!
Enero 26, 1993
Era cerca de las 5 p.m. Yo
estaba en una profunda meditación acerca del Santo Padre debajo del Crucifijo
en mi cuarto. Un rato después, me
sorprendí al sentir una corriente de aire caliente sobre mí. Mi cuerpo se puso caliente y estaba sudando
mucho. En ese momento, el cuarto se
llenó de fragancia de rosas. Me
preguntaba si iba a venir la Santísima Madre.
Pero se oyó la amable voz de Jesús.
Era una voz que se derramaba con un amor amable y misericordioso.
JESÚS:
¡Hija! Siento el amor de una
pequeña alma en tu corazón, ya que tú crees que eres pobre, indigna y
débil. Por eso te he confiado el
trabajo a ti. Por lo tanto, no te
preocupes mucho.
¡Mi pequeña alma! Yo te abrazaré
en Mi Corazón de ardiente Amor, ya que tú lloras por no tener nada excepto tu
vergüenza y por ser tan indigna y sin méritos.
¿Quién podrá salvar este mundo donde los demonios están difundiendo tantos
errores y pecados? Yo puedo. ¿Entonces, quién soy Yo? Yo soy el Poder para los pequeños y débiles
y el Rey del Amor. ¿Puedes entender
esto?
¡Mi amada y pequeña alma! Yo no
abandono tu corazón que reza. ¿Acaso no
guié el pequeño barco de Pedro para que quedara a salvo? No pongas tu confianza en el poder humano
para lograr alguna cosa. Tú sufrirás
mucho entre numerosas rocas escondidas y trampas de los enemigos, pero
alcanzarás la victoria final en Mi ardiente Sagrado Corazón.
Cuando te sientes humilde y débil, te pareces a Mi Madre. Ahora reza más por el Papa. Él siempre está solo en el Calvario, cansado
y solitario. Él es el hijo amado de Mi
Padre, el sucesor de Pedro y Mi Vicario a quien yo he escogido. Mis enemigos se están haciendo más activos
empleando todo los medios disponibles para hacerlo caer. Todos ustedes deben mostrar el poder del
amor siguiéndolo y uniéndose con él en oración y lealtad y compartiendo su
cruz, ya que el demonio está planeando violentos ataques contra él al engañar a
las personas en formas astutas por medio de otra gente que está cerca de ellas
y, por lo tanto, haciéndolas que desobedezcan al Papa, que es el pastor de todo
el mundo.
Si ustedes viven de acuerdo a la Voluntad del Padre, viven una vida
basada en los Evangelios, y ponen en práctica los mensajes de amor de Mi Madre
María, entonces Mi Amado Vicario, el Papa, escogido de entre todo el mundo,
estará a salvo y la paz llegará al mundo.
Escuchen Mis Palabras y guárdenlas en sus corazones. Si ustedes se rehúsan a seguir una vida
basada en los Evangelios y rechazan los mensajes de amor que Mi Madre les da
tan angustiosamente, implorando con lágrimas de sangre, entonces este mundo que
se parece a un desierto sufrirá una crisis.
Todavía no es demasiado tarde.
Vengan a Mi Seno de Amor de prisa.
¿Qué acaso Mi Madre María no les recordó que si ustedes se arrepienten
rápidamente y regresan a Mí diciendo "Si",
Yo no les cuestionaré su pasado, sino que los abrazaré en mi Sagrado Corazón
ardiendo en Amor y los bendeciré en el Nombre del Padre, del Hijo y del
Espíritu Santo?
Febrero 6, 1993
Yo tenía mucho dolor hoy, pero fui a la Capilla para asistir al servicio
nocturno de oración para observar el Primer Sábado. Cerca de las 10:30 p.m., empezamos a rezar el Rosario. Cuando estábamos en el Quinto Misterio
Gozoso, se puso brillante alrededor de la estatua de la Santísima Madre y oí a
un bebé mamando del pecho de su madre. Aún cuando no podían ver la escena, era
evidente que la Santísima Madre estaba alimentando a una cierta alma con leche
espiritual. Este sonido continuó hasta
el final del rezo del Rosario. Cuando
se terminó la oración, la cara de la Santísima Madre se veía muy mojada con
lágrimas. Ella comenzó a hablar con una
voz angustiosa y llena de dolor.
LA SANTÍSIMA MADRE:
¡Mis queridos hijos! Hay muchos
hijos que observan los Primeros Sábados y no obstante no saben por qué lo
hacen. Por lo tanto, quiero decirte hoy
la razón de observar los Primeros Sábados.
Fue un día de cruel sufrimiento para mí -
un largo, largo día cuando me
dejaron sola, habiendo perdido a mi Hijo Jesús. He tenido sufrimientos desde el día en que concebí a mi Hijo
Jesús, pero en ese Sábado Santo, expresé dolores externamente por primera vez y
lloré tan miserablemente toda la noche rezando por mi Hijo Jesús y por los
pecadores. Esas horas dolorosas fueron
también el tiempo de transición desde la Muerte de mi Hijo hasta Su
Resurrección, un día para pasar de la muerte a la vida. Esta es la razón por la cual te pedí que
rezaras conmigo esta noche.
¿Acaso el Señor no dijo, "Vengan a
Mí, todos ustedes que están cansados y fatigados, y Yo los aliviaré." Yo los ayudaré para que cada uno de
ustedes encuentre descanso en el Espíritu Santo y viva el Misterio de la
Pascua, cantando la Pascua del Señor conmigo, la Madre de la Pasión y Agonía y
la Madre que entró en la gloria de la Resurrección de su Hijo.
Esta Madre, que los ama a todos y ama especialmente a aquellos hijos que
rezan conmigo en los Primeros Sábados, siempre me quedaré con ustedes, igual
que estuve con los Apóstoles, rezando con ellos en el Cenáculo en Jerusalén, y
los alimentaré con mi leche espiritual de amor. Aquellos de mis hijos que me acepten y beban la leche espiritual
recibirán la gracia del arrepentimiento y encontrarán paz y un gran consuelo en
mi amor, y por lo tanto, podrán resistir cualquier dificultad.
Si continúan observando bien los Primeros Sábados y ponen en práctica lo
que les he pedido, entonces esta Madre, que es la Mediadora, adquirirá para
ustedes todas las gracias que ustedes pidan, les dará una protección especial y
la gracia necesaria para la salvación eterna en el momento de su muerte, los
llevará al Puerto Celestial en el Arca de Salvación de María y se los ofrecerá
al Señor.
Por lo tanto, en los Primeros Sábados, únanse con el Señor haciendo una
confesión sincera, asistiendo a la Santa Misa y recibiendo la Santa Comunión;
tomen la Sagrada Biblia y mediten los Evangelios; con amor, hagan reparaciones
por las traiciones que han herido el Corazón del Señor; conságrense a mi
Inmaculado Corazón; recen el Rosario con sinceridad y fervor, meditando sus
Misterios; acepten todo con una confianza total, humilde y dócil; y vivan como
una persona sencilla en mi ardiente Inmaculado Corazón.
¡Mis amados hijos! Crean como un
niño en mis palabras que les doy por medio de mi pequeña alma que piensa que
ella es la más pobre y más indigna en el mundo. Les doy estas palabras a todos ustedes.
Nunca ha habido otro tiempo en el cual el mundo haya estado tan lleno de
las tentaciones de Satanás y con tantos pecados, y causado tanto dolor en el
Corazón del Señor como ahora.
¡Miren! Aún en este momento, la
gente se está muriendo a causa de sequías, terremotos y erupciones
volcánicas. En muchas otras formas, la
gente se está muriendo.
Ya que nadie sabe cuándo vendrá el Señor, nadie sabe cuándo Dios se
llevará tu alma. Por lo tanto, quédense
despiertos con amor, rezando conmigo.
Si ustedes aceptan bien las palabras del
Señor y las mías, entonces verán aún mayores milagros en mi jardín y
gozarán la vida eterna en el Reino de Amor del Señor.
Febrero 18, 1993
Cerca de las 11 p.m., cerca del final de la reunión de oración de las
Horas Santas (que se llevan a cabo cada
jueves por la noche en la Capilla), caí al piso con motivo de una repentina
y brillante luz que venía de arriba.
Junto con la luz se apareció la Santísima Madre como la hermosa Madre de
Misericordia. Ella tenía un vestido
blanco y un manto azul y en su mano izquierda un rosario. Con su mano derecha, ella tocó a todos los
que estaban en la reunión de oración.
Su belleza estaba más allá de toda descripción humana. Después de tocar a todos, ella empezó a
hablar con una voz amigable pero angustiosa.
LA SANTÍSIMA MADRE:
¡Mis amados hijos! Gracias por
responder con alegría a mi llamada. No
te preocupes acerca de cuántos de ustedes están aquí reunidos. Lo que es importante es que ustedes se
santifiquen en el Señor y ofrezcan sus oraciones con un corazón sincero. Yo vine del Cielo como la Reina del Universo
envuelta en una brillante e inmaculada luz con el fin de nutrirlos.
Háganse niños. Sepan claramente
que Satanás los conduce a juzgar con sus propias ideas y comportarse como
adultos, sintiéndose seguros de sí mismos, y por lo tanto, les hace caer en una
trampa. Deben ganarse el Cielo
ofreciéndose con un corazón de niño.
Yo estaré con ustedes siempre que se reúnan para observar las Horas
Santas para que sus oraciones y sacrificios se unan a las mías y sean así ofrecidas
al Señor. Deben combinar sus pequeñas
devociones y ofrecerlas junto con las mías para que alivien las Heridas del
Señor.
Una multitud de almas se está alejando más del Señor y van acercándose a
la perdición, y toda la especie humana se enfrenta a un peligro sin precedentes
en sus vidas y en su libertad. Mi Hijo
Jesús está observando esta pobre humanidad, lamentándose de la indiferencia y
traiciones de los pecadores, y deseando que todos ustedes ofrezcan con
sinceridad la devoción de las Horas Santas como sacrificios y penitencia.
Las oraciones de las Horas Santas que ustedes ofrecen compensan por la
indiferencia, sacrilegios e insultos cometidos en contra del Sagrado Cuerpo y
Sangre de Cristo, quien amó tanto a la especie humana que hasta se convirtió en
su Alimento. Estas oraciones consuelan
los dolores de muerte que Él sufrió en Getsemaní y los dolores que sintió a
causa de la deserción de sus discípulos.
También compensan por los numerosos pecados de niños que violan la
Sagrada Dignidad de Dios y por sus ingratitudes y traiciones.
Las oraciones, sacrificios y devociones ofrecidas por la conversión de
los pecadores durante las Horas Santas se convierten en reparaciones por sus
pecados y ofrecimientos de sacrificios a la Justicia de Dios. Esto calmará la justa ira de Dios
Padre. Por esta razón, el Señor está
contento de aceptar las reparaciones y devociones ofrecidas durante las Horas
Santas. El Señor prometió una
indulgencia plenaria a aquellas almas que hagan una confesión sincera, reciban
la Santa Comunión y observen bien las Horas Santas, al enviarles Su Espíritu y
bañarlos en Su Sagrada Sangre. Esta
promesa será cumplida con toda certeza.
¡Mis hijos, a quienes amo tanto!
No traten de calcular las consecuencias en forma humana y por
curiosidad. Deben saber que los caminos
del Señor son muy diferentes de los caminos de los humanos. No vean nada con ojos humanos ni piensen en
formas humanas, pero cumplan y sigan las Leyes del Señor con fidelidad. La nueva luz de gracia será concedida, y una
Resurrección y un Pentecostés lleno de alegría vendrán sobre todas las almas
que recen en el Nombre del Señor y observen las Horas Santas antes de que
empiece la gran tormenta, en donde sea que estén en el mundo.
Después de terminar estas palabras, la Santísima Madre se hizo invisible
y la luz también desapareció.
Abril 8, 1993
- Jueves Santo
Cerca de las 7:40 a.m., sentí la llamada de la Santísima Madre y fui a
la Capilla. El aceite fragante
continuaba fluyendo sobre su estatua.
Su expresión era especialmente hermosa hoy. Conforme el área alrededor de la estatua se iba poniendo
brillante, la Santísima Madre comenzó a hablar desde su estatua.
LA SANTÍSIMA MADRE:
¡Mis hijos a quienes amo tan intensamente! Hoy es el día para los sacerdotes a quienes amo más. Recen por ellos. Es un día bendito en el que mi Hijo Jesús se ofreció totalmente e
hizo una alianza al establecer los Sacramentos de la Santa Eucaristía y de las
Santas Órdenes. Es un día en el que los
sacerdotes recibieron la preciosa tarea de bautizarte, de perdonar tus pecados
por medio del Sacramento de la Confesión, enseñándote los Evangelios,
celebrando el Santo Sacrificio de la Misa y, al hacerlo así, renuevan el
Sacrificio en el Monte Calvario y administran las gracias por medio de los
Sacramentos instituidos por Jesús.
También, hoy los Obispos bendicen el aceite.
¿Qué es la Última Cena? Es una
fiesta de amor y de compartir. Con el
fin de dar todo mi amor, el cual es tan alto, profundo y ancho, a mi amado
Papa, Cardenales, Obispos, sacerdotes, religiosos y a todos mis hijos en el
mundo junto con mi Hijo Jesús, me estoy exprimiendo toda y dándote fragancia y
aceite. La fragancia y el aceite que
les doy a todos son regalos de Dios.
Ellos representan mi presencia, amor y amistad para ustedes.
Si un grano de trigo cae a la tierra y muere, produce mucho fruto. Pero si no muere, permanece sólo como un
grano de trigo. La salvación vino a
este mundo debido al doloroso Sacrificio de mi Hijo Jesús en el Calvario. Arrepiéntanse rápidamente y sean una corona
floral de alegría para Él.
Hago una solicitud especial a todos los sacerdotes. Imiten a Jesús, el Maestro, Quien se
sacrificó completamente, y denles a todos los niños del mundo el Amor que Él
les mostró a los discípulos en la Última Cena.
No vean al mundo, vean a Jesús Quien sufrió la agonía de la muerte en la
Cruz. Entonces, ustedes serán fieles
sacerdotes.
¡Todos los hijos del mundo!
Igual como Juan estuvo conmigo, todos ustedes deben estar parados al pie
de la Cruz con todo su amor, meditando en esas horas cuando Jesús ofreció
sacrificios.
Deben ayudarles a los sacerdotes para que puedan cargar bien sus pesadas
cruces. No le tengan miedo al mundo,
aun si no entiende o no los acepta a ustedes cuando traten de practicar la
justicia. Mi ardiente Inmaculado
Corazón será siempre su hogar y su refugio.
Abril 14, 1993
Cerca de las 7:20 a.m., fui a la Capilla en respuesta al llamado de la
Santísima Madre. Ella habló con una voz
cálida y amable desde su estatua.
LA SANTÍSIMA MADRE:
¡Mi querida hija! Hoy te daré
una señal especial para mis amados sacerdotes que han respondido a mi
llamada.
¡Mi pequeña alma! Soy Madre de
todos ustedes y la Reina del Cielo. He
llamado a muchos sacerdotes con el fin de salvar las almas que andan errantes
en la oscuridad. Pero me han descuidado
y se han distanciado a causa de los ojos del mundo y para salvar las
apariencias...
¡Mis amados sacerdotes! Júntense
más y tómense de las manos rápidamente.
Y alcancen la unidad en el amor total.
El demonio causará más confusión empleando muchos métodos diferentes,
pero no caigan en sus astutas intrigas y no dejen de difundir los
mensajes. Si Ustedes no me ayudan, yo
no puedo hacer nada, tampoco. Apúrense
y traigan esas numerosas ovejas, que se han perdido y andan errantes, al
refugio de mi Inmaculado Corazón. Les
necesito, porque quiero salvar a todos los hijos a través de ustedes.
¿Qué caso tiene arrepentirse en el momento del castigo? Ahora es la hora designada de ustedes y la
hora de entrar en la batalla. No se
preocupen del mañana ni del futuro en formas humanas. El lugar que he preparado para ustedes, el lugar irremplazable
para ustedes... es la gran obra que el
amor de mi Inmaculado Corazón ha escogido para ustedes. Quiero que entiendan esto y que respondan a
mi llamado sin reservas. Cuando caminan
con humildad por el camino del amor de una persona insignificante hacia las
santas virtudes de acuerdo a mis deseos y me siguen en obediencia, entonces los
milagros de amor del Señor serán realizados a través de ustedes.
Ahora los planes de mi Inmaculado Corazón están próximos a
realizarse. Por lo tanto, ayuden a la
pequeña e indigna alma (Julia) que he
escogido y difundan mis deseos a todo el mundo para que los puedan poner en
práctica. Cuando los mensajes de amor
que mi Hijo Jesús y yo les damos sean aplicados en este mundo, se ganará la más
grande victoria al establecer el glorioso Reinado de Cristo y ustedes verán la
gloria a mi lado.
Cuando terminó sus palabras, gotas de aceite fragante bajaron por la
frente de la estatua de la Santísima Madre.
Tomé varias fotografías y también algunos videos. Imágenes claras de la Santa Eucaristía
aparecieron en las manos de la Santísima Madre en las fotos y en los videos.
Mayo 27, 1993
El Padre Raymond Spies, quien ama a la Santísima Madre, vino a Naju y
estaba rezando delante de la estatua de la Santísima Madre en la Capilla. Yo también estaba de pie delante de la
estatua. Cerca de las 11:30 a.m., casi
caí al suelo con motivo de una fuerte luz del Inmaculado Corazón de María y me
puse de rodillas. En ese momento, la
Santísima Madre, quien estaba derramando aceite fragante, comenzó a hablar con
una voz muy amigable y dulce.
LA SANTÍSIMA MADRE:
¡Mi amada hija! ¿Por qué
titubeas en esta hora, cuando debieras entrar en la batalla? La misericordia de Dios echará raíces en
este lugar fértil, el cual será preparado con amor, y realizará milagros de
amor a través de ustedes, mis hijos.
Por lo tanto, rápidamente invita al Padre Spies y al Padre Chang,
quienes han aceptado mi llamada, a la montaña escogida a través de ti. Haciendo la Voluntad de Dios, Quien te dio
el libre albedrío, voy a hacer de ese lugar un santuario mío y lavaré numerosas
almas que van camino del infierno.
Debido a que la luz era tan fuerte caí al piso. Entonces, oí unos ruidos de susurros. Había algo que no podía ver con claridad,
pero se parecía al demonio. De repente,
comenzó a atacarme y a oprimirme fuertemente el pecho muchas veces hasta que me
salieron moretones. Era difícil para mí
respirar. Pronto, la Santísima Madre se
apareció y el dolor y la tensión sobre mi pecho disminuyeron. Ella tenía un manto azul como era
usual. Ella abrió sus brazos y miró
hacia abajo. Una luz brillante la
rodeaba y brillaba sobre la gente abajo.
Todas las personas que vi en la visión recibieron la luz de la Santísima
Madre. Allí cerca estaba la corriente
de agua que la Santísima Madre nos dio.
Ella continuó hablando con una voz amable.
LA SANTÍSIMA MADRE:
¡Mis amados sacerdotes! No
olviden mi deseo de otorgarles a todos ustedes el amor combinado del Sagrado
Corazón de Jesús y mi Inmaculado Corazón, que están ardiendo, pero síganme con
energía y con valor, unidos en una total confianza y amor y con la fe que les
ha sido confiada a ustedes.
¡Todos los sacerdotes en el mundo!
¡Qué corrupto y contaminado está este mundo! Promoción de discordias por medio de intrigas y contradicciones,
actividades sacrílegas, conductas irresponsables, calumnias a causa de celos,
avaricia —el deseo de poseer todo en lugar de compartirlo con otros, corrupción
a través de la avaricia, y el intento de justificar todo tipo de desorden moral
por medio del orgullo— todos estos son los astutos enemigos que causan la ruina
de las almas.
Debido a que la gente une sus fuerzas con el demonio por medio de su
orgullo, ellos, aún sin darse cuenta ellos mismos, se convierten en lobos con
piel de oveja y saquean habitualmente y empujan a numerosas ovejas sin
misericordia a un remolino de confusión.
Por esta razón, quiero llamar a las almas que se han contaminado con
estos errores y que van camino del infierno a mi seno de amor y llenar todas
sus deficiencias. Cuando se olviden de
ustedes totalmente y me sigan, confiando en mis palabras que les doy por medio
de mi pequeña y pobre alma a quien he escogido, Dios de la Santísima Trinidad
dará Su luz brillante a todos por medio de ustedes, que son Sus pequeños
trabajadores, y habrá un nuevo Pentecostés.
Cuando el Padre Spies oyó acerca de la llamada de la Santísima Madre y
salía de la Capilla rumbo de la montaña, apareció un círculo de luz como un
arco iris alrededor del sol. Esta luz
se hizo más fuerte cuando llegamos a la montaña. La Santísima Madre se apareció en el cielo encima de la Fuente
Milagrosa. Se veía igual que la visión
que vi en la Capilla. Ella dijo con una
hermosa voz: "La luz brillante que rodea el sol representa mi amor y mi presencia." Poco después, ella desapareció.
Junio 27, 1993
- Domingo, celebrando el
establecimiento del Papado.
Cuando oí la llamada de la Santísima Madre, fui a su estatua, la cual
estaba exudando aceite fragante, y recé junto con los peregrinos. A las 3 p.m., la estatua de la Santísima
Madre parecía estar totalmente húmeda con el aceite fragante y el área
alrededor de la estatua se puso brillante.
Oí su amorosa y amable voz.
LA SANTÍSIMA MADRE:
¡Hija! Mi Hijo Jesús le dio a
Pedro las llaves del Cielo. ¿Acaso el
Papa no es el sucesor de Pedro? Reza y
ofrece sacrificios por el Papa. Apóyalo
y protégelo. Como el Vicario de mi Hijo
Jesús, él está cargando una pesada cruz. Él se ha consagrado a mí, me ama tanto y me acepta tan
bien... Él ya entiende mis palabras
que estoy dando a todos con lágrimas y lágrimas de sangre en Corea.
Al Papa, que es mi hijo, a quien amo sin límites y a quien podría poner
en mis ojos sin sentir ningún dolor, daré un amor y una señal especiales.
Muchos hijos están atascados en el espíritu mundano. Ellos continúan cometiendo pecados, clavando
más clavos en el Señor, oprimiendo la corona de espinas más fuertemente sobre
Su Cabeza, y por lo tanto, haciendo que Él derrame más Sangre.
Sin embargo, el Señor no sangra en vano, pero deja caer Su Sangre en un
cáliz y se lo da a todos sus hijos por medio de los sacerdotes a quienes Él ha
llamado. ¿Pero cuántos de los hijos lo
están aceptando a Él?
El Señor te salvó por medio de Su Pasión y Su Muerte en la Cruz. Él salvó a todos ustedes con Su Preciosa
Sangre, Heridas, y dolorosa Muerte y los está guiando a la Vida de Resurrección
por medio de Su Cuerpo y Sangre en el Santísimo Sacramento.
Ahora todos los sacerdotes deben enseñar la importancia de la Santa
Eucaristía a todos los hijos del mundo, al celebrar la Sagrada Misa con un
verdadero amor y sincera participación.
Por lo tanto, hoy hago una solicitud especial a mi amado hijo, el
Papa.
He manifestado las imágenes de la Santa Eucaristía en diversas maneras
para que todos mis hijos puedan entender la importancia de la Santa Eucaristía.
Rápidamente conviértanse en
ardientes llamas de amor, expiación y adoración hacia el Señor quien está en la
Santa Eucaristía.
Me quedaré cerca del Papa, lo ayudaré y protegeré de los peligros, y
estaré con él en el Jardín Celestial.
Si mis palabras son aceptadas y practicadas bien, entonces el castigo
que está por caer sobre todos ustedes se convertirá en un Segundo Pentecostés,
y la Iglesia será renovada por el irresistible poder del Espíritu Santo y del
Amor.
Cuando ella terminó de hablar, la luz desapareció también. Algunos de los peregrinos y yo tomamos
fotografías de la estatua de la Santísima Madre. Estábamos sorprendidos, porque todos nosotros presentes allí vimos
la estatua moverse hacia la izquierda.
Unas imágenes de la Sagrada Hostia y un Cáliz aparecieron en las
fotografías.
¡Que el Señor le conceda Su
Infinito Amor y Misericordia al Santo Padre!
Amen.
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